He nacido con el derecho a decidir
El ¨²nico derecho a decidir es el personal, no el colectivo, el de pensar individualmente y no en grupo
Volvamos por un momento al principio, a esa extra?a publicidad en favor del derecho a decidir que prohibi¨® la justicia antes de que cayera todo el peso del Estado sobre el proyecto secesionista. Era extra?a, de entrada, porque el plebiscito ya no va de derecho a decidir, sino de ratificar la ley de transitoriedad y fundaci¨®n de la rep¨²blica, y significaba por tanto que, quien vote, y vote lo que vote, no expresar¨¢ una opini¨®n libremente entre elegida entre varias, sino que contribuir¨¢ directamente a engordar el qu¨®rum de la adhesi¨®n a la secesi¨®n unilateral que se ha propuesto la mayor¨ªa de JxS¨ª y CUP con la votaci¨®n del 7 de septiembre.
Dig¨¢moslo bien claro: ya era un enga?o cuando empez¨® su emisi¨®n y lo es m¨¢s todav¨ªa vista ahora mismo, porque al parecer de lo que se trata ni siquiera es de decidir sino meramente de echar a Rajoy y proclamar la rep¨²blica. En cuanto a enga?os, ya no viene de uno, despu¨¦s de tantos como ha habido, tantos o m¨¢s que la campa?a del Br¨¨xit. Lo dif¨ªcil es encontrar algo que no sea enga?o en la propaganda y el discurso de la ANC, ?mnium y compa?¨ªa. Era tan afortunado y eficaz el eslogan que sus propietarios han querido retenerlo y repetirlo incluso cuando convocan directamente a votar a favor de la independencia y contra el r¨¦gimen del 78. Esta publicidad jugaba como cebo para pescar a Colau e Iglesias, antes de que fuera la represi¨®n del Estado la que convocara a la alianza contra natura entre quienes cercaron el Parlament y quienes fueron cercados en el Parlament en 2011, despu¨¦s del 15-M.
Esta publicidad prohibida se dirige personalmente a cada uno de los votantes potenciales, para apelar a una especie de derecho humano fundamental que nos viene dado desde el nacimiento. Este derecho innato, en caso de existir, al contrario de lo que dice la publicidad prohibida, no deber¨ªa tener nada que ver con la autodeterminaci¨®n de los pueblos, la vieja idea centenaria que sirvi¨® para la emancipaci¨®n de los pa¨ªses colonizados, sino con una idea a¨²n m¨¢s vieja y m¨¢s eficaz, m¨¢s potente y respetable, porque no se trata de un discutible y discutido derecho colectivo sino de un fundamental e inalienable derecho individual: la libertad, el derecho a decidir por uno mismo y la obligaci¨®n para una persona libre que hizo decir a Kant la frase famosa: atr¨¦vete a pensar.
Este es el derecho a decidir que corresponde defender hoy. El personal, no el colectivo, el de pensar individualmente y no en grupo. El de no dejarse empujar por lo que piensan los dem¨¢s, por la propaganda sobre el derecho a decidir o por la coacci¨®n que equipara la abstenci¨®n en el refer¨¦ndum con el apoyo a Rajoy, a su quietismo y a sus m¨¦todos. Este es el derecho a decidir que no tiene ninguna garant¨ªa en la convocatoria del 1-O y que por eso mismo se convierte en el derecho a elegir entre ir o no a votar, participar en el plebiscito de ratificaci¨®n de una secesi¨®n ilegal y unilateral, improbable e incre¨ªble, o expresar nuestra disconformidad con una forma tan torpe de hacer las cosas, sin respeto de las garant¨ªas y de los procedimientos, sin cobertura legal y lo que es peor, con mofa y befa de los derechos de las minor¨ªas parlamentarias y de los ciudadanos que las representan y con intimidaci¨®n sobre las personas, sobre todo en los pueblos y ciudades peque?as.
Una vez entendemos que es individual, el derecho a decidir tambi¨¦n podr¨ªa servir para describir lo que es la democracia. Es decir, el Gobierno con el consenso y la participaci¨®n de los gobernados. Visto as¨ª, parece bastante claro que desde 2010 con la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto de Catalu?a se ha roto este consenso imprescindible entre Catalu?a y el gobierno del PP, por lo que la traducci¨®n pr¨¢ctica, no la quim¨¦rica, significa que hay que encontrar un nuevo consenso sobre la forma de gobernarnos juntos, catalanes y espa?oles, que habr¨¢ que refrendar libremente de una forma u otra, ya sea en una consulta referendaria ya sea en unas elecciones.
Yo tambi¨¦n he nacido con el derecho a decidir, claro que s¨ª. Todos hemos nacido con el derecho a decidir, catalanes y no catalanes, pero de ninguna manera significa que obligatoriamente estemos convocados a dar nuestra adhesi¨®n a un plebiscito para la secesi¨®n de Catalu?a, amparado en un derecho a la autodeterminaci¨®n de los pueblos colonizados que es claramente inservible en nuestro caso. Como tampoco estamos obligados por la misma regla de tres a apoyar a Rajoy para parar el independentismo. El derecho a decidir es ante todo el derecho a no participar en esta convocatoria fraudulenta del 1-O y a no dejarse arrollar por el manique¨ªsmo y la doble coacci¨®n de unos y otros.
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