El pecado eterno de Teresa
Hace 101 a?os vecinos del Valle de Ar¨¢n construyeron un cementerio civil para una joven que no pudo ser enterrada en el religioso por haber tenido hijos con un primo sin estar casada
Teresa y Francisco eran dos primos de Baus¨¦n, un peque?o pueblo del Valle de Ar¨¢n (Lleida), justo en la frontera entre Catalu?a y Francia. Como muchos j¨®venes unidos por lazos familiares en la Espa?a rural de principios del siglo XX, se enamoraron, se convirtieron en pareja y fueron padres. En su caso, de C¨¢ndido y Valerosa. Sin embargo, a diferencia de la inmensa mayor¨ªa de novios en su misma situaci¨®n, ellos no se casaron, no pudieron o no quisieron pagar la dispensa de consanguineidad de unas 25 pesetas que exig¨ªa entonces la Iglesia. Y el gesto tuvo sus consecuencias. Cuando Teresa muri¨® de forma repentina en 1916, a los 33 a?os, el cura de la localidad, tan r¨ªgido como las normas de la ¨¦poca, neg¨® el permiso para que el cuerpo fuera enterrado en el cementerio religioso y los vecinos tuvieron que construir en solo 24 horas uno civil para que los restos de la joven no acabaran en un agujero en mitad del campo.
La pareja no pag¨® la dispensa de consanguineidad de 25 pesetas que exig¨ªa el cura para contraer matrimonio
No hay noticias de otro camposanto igual en Espa?a, por c¨®mo se levant¨®, por su car¨¢cter laico y por tener una ¨²nica ocupante. A cinco minutos andando de la localidad, cerrado por una puerta y un muro de un metro de altura, y bajo una acacia, all¨ª solo descansa Teresa. Sin ning¨²n s¨ªmbolo religioso y con dos dedicatorias, una de ellas con errata incluida: "Rercuerdo a mi amada Teresa que falleci¨® el 10 de mayo de 1916 a la edad de 33 a?os" (sic) y "A nuestra querida madre". Los hijos quisieron llevar tambi¨¦n a su padre [fallecido en Francia, adonde emigr¨® tras enviudar], pero "entre los permisos y el dinero que costaba, finalmente no pudieron", explica la alcaldesa de Baus¨¦n, Veronique Fontan. No son pocos los curiosos y senderistas del Bajo Ar¨¢n que se asoman por encima de la tapia para ver este lugar tan singular. Sus bisnietos, los ¨²nicos familiares vivos y que siempre han rechazado hablar sobre ¨¦l, tambi¨¦n acuden de vez en cuando desde Francia al cementerio de su bisabuela.
Ninguno de los protagonistas dej¨® nada escrito, as¨ª que la historia se ha ido transmitiendo, con sus matices, de generaci¨®n en generaci¨®n por el boca a boca de los habitantes del lugar. El padre Josep Amiell, sacerdote durante muchos a?os en Vielha, la capital del valle, asegura que ha estudiado el caso a conciencia, aunque no ha logrado dar respuesta a por qu¨¦ la pareja no abon¨® el canon. "Eran 25 pesetas, dos jornales de la ¨¦poca, y pod¨ªa rebajarse en caso de pobreza o ser gratuito cuando la muerte estaba cerca, como ocurri¨® con Teresa. Al p¨¢rroco se le ha acusado injustamente de pesetero", lamenta.
El panel instalado por el Ayuntamiento, sin embargo, s¨ª apunta claramente a la cuesti¨®n econ¨®mica: "La pareja, que estaba habituada a los trabajos duros y a los salarios escasos, no consigui¨® nunca dinero suficiente para satisfacer este requisito. Suplicaron mil veces y mil veces la respuesta fue negativa y tajante", se puede leer en este escrito colocado el a?o pasado en Baus¨¦n con motivo del centenario. "No s¨¦ qu¨¦ pasar¨ªa", concluye Amiell. "Seguramente no hubo entendimiento entre el cura, un hombre recto, y Francisco, que no era anticlerical. El p¨¢rroco siempre pensar¨ªa que acabar¨ªan cas¨¢ndose, de lo contrario nunca habr¨ªa bautizado a su hijo". El sacerdote, Joaquim Tellosa, falleci¨® solo siete a?os despu¨¦s que Teresa, tras 45 como responsable de la parroquia del pueblo.
Josep Amiell tampoco comprende c¨®mo los vecinos construyeron el cementerio cuando la joven pod¨ªa ser enterrada en la zona civil que, seg¨²n ¨¦l, deb¨ªa haber en el camposanto del pueblo reservada para las personas que, como Teresa, hab¨ªan vivido en "una situaci¨®n irregular". A esta pregunta s¨ª tiene respuesta la periodista Nieves Concostrina, una de las que m¨¢s ha ayudado a divulgar la historia fuera de los l¨ªmites de la comarca: "En el siglo XIX, las autoridades exigieron la creaci¨®n de cementerios civiles porque hab¨ªa cuerpos que terminaban en la calle, en el campo o en una acequia devorados por las alima?as. Pero la realidad es que a principios del XX solo los hab¨ªa en las grandes ciudades, no en los pueblos", comenta.
Han pasado 101 a?os desde que el cad¨¢ver de Teresa fue conducido desde su casa hasta este paraje conocido como Coret, donde los vecinos levantaron en horas este camposanto de unos 10x10 metros en medio de la naturaleza pirenaica para que pudiera descansar en paz. Durante mucho tiempo, la historia apenas trascendi¨® m¨¢s all¨¢ de las monta?as del valle, pero la explosi¨®n del turismo y de los nuevos canales de comunicaci¨®n la han difundido al mundo. Tanto que la pareja ha sido bautizada como "los amantes de Baus¨¦n".
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