El viento que trajo un hurac¨¢n, fuego y lluvia
Un flujo del sur cambi¨® la direcci¨®n de Ophelia, que deb¨ªa haberse dirigido hacia EE UU o el Caribe
En la noche del 11 de octubre el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus siglas en ingl¨¦s) estableci¨® que Ophelia hab¨ªa pasado las fases de depresi¨®n tropical y tormenta tropical, hasta llegar a convertirse en el d¨¦cimo hurac¨¢n de la temporada 2017. Debido a la situaci¨®n de la atmosfera, Ophelia, que se gest¨® a unos 1.500 kil¨®metros de las islas Azores, se vio inmersa en un flujo del sureste que la arrastr¨® hacia Europa, cuando lo m¨¢s habitual es que los huracanes tomen direcci¨®n oeste hacia el Caribe y Estados Unidos.
El d¨ªa 14 de octubre Ophelia fue declarado por el NHC como un hurac¨¢n de categor¨ªa 3 de la escala Saffir-Simpson, es decir, el sexto mayor de la temporada 2017. Esto supuso que se convirtiese en el hurac¨¢n de mayor categor¨ªa en las cercan¨ªas de Europa desde 1851. Los vientos sostenidos de 185 kil¨®metros por hora de Ophelia a unos 355 kil¨®metros de las Azores pronto se ver¨ªan apaciguados al transitar por aguas m¨¢s fr¨ªas y por zonas con vientos propicios a desmoronar la estructura del hurac¨¢n. Esto acaeci¨® el domingo, cuando Ophelia pas¨® a ser una fuerte borrasca de origen tropical con su centro situado a 600 kil¨®metros de Finisterre. El flujo sur continu¨® impulsando los restos de Ophelia en su movimiento hacia el norte, tocando finalmente tierra en Irlanda, donde se registraron rachas de viento de hasta 191 kil¨®metros por hora. Tres personas perdieron la vida y se registraron numerosos da?os materiales.
Los mismos vientos provenientes del sur, que propiciaron la an¨®mala trayectoria del hurac¨¢n, son los que han contribuido a extender los incendios en Galicia y Asturias. Dada la sequ¨ªa que sufre el noroeste peninsular, las anormalmente c¨¢lidas temperaturas propiciadas por los vientos del sur y la baja humedad son el caldo de cultivo ideal para que los incendios forestales se propaguen descontroladamente. Los fuegos en Galicia y Asturias asolaron 35.500 hect¨¢reas de bosques y causaron la muerte a cuatro personas.
Y por ¨²ltimo lleg¨® la lluvia. Tras el paso de Ophelia, se abri¨® el bloqueo atmosf¨¦rico que cerraba la puerta de entrada a la llegada de las precipitaciones desde el Atl¨¢ntico. Por suerte, la tan ansiada lluvia, que lleg¨® esta semana, ayud¨® a paliar los efectos de los incendios, a humedecer nuestros secos campos y a darnos un respiro con la contaminaci¨®n en las ciudades. Aun as¨ª, las reservas de agua contin¨²an cayendo y suponen actualmente un 37,9% del total posible. Esto nos coloca en un valor un 11,6% menor que en el a?o 2016 y casi un 15,5% por debajo de lo que era habitual en los ¨²ltimos diez a?os para estas fechas.
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