¡°El fuego ha conformado nuestro paisaje¡±
Fern¨¢ndez se ocupa, entre otras cosas, de la resaca del monte, del d¨ªa despu¨¦s del incendio
¡°Muchos paisajes gallegos son as¨ª porque se han quemado repetidamente. El fuego ha conformado nuestro paisaje¡±. Cristina Fern¨¢ndez, cient¨ªfica del Centro de Investigaci¨®n Forestal de Louriz¨¢n (Pontevedra), descansa tras 15 minutos de explicaciones t¨¦cnicas. ¡°Esto ya es personal¡±, dice, ¡°pero mi lugar favorito es el macizo central orensano, la sierra de Manzaneda, que pr¨¢cticamente no tiene ¨¢rboles, que es brezo. La inmensidad que sientes es espectacular. Y esos matorrales que ves all¨ª son as¨ª porque se han quemado durante milenios¡±. Fern¨¢ndez regresa del ensimismamiento. ¡°A nivel paisaj¨ªstico el problema se produce cuando esa frecuencia, ese r¨¦gimen de fuego, ese nivel de perturbaci¨®n, se modifica¡±.
Fern¨¢ndez se ocupa, entre otras cosas, de la resaca del monte, del d¨ªa despu¨¦s del incendio. Tiene 30 a?os de experiencia; hace 11, en la ola de incendios de 2006, vio tambalearse muchas de sus ense?anzas. ¡°Hab¨ªa que hacer una aproximaci¨®n nueva a la restauraci¨®n del monte. No est¨¢bamos atendiendo a la emergencia, a lo que ocurre en las primeras semanas y primeros meses. Hoy sabemos que en Galicia el riesgo de p¨¦rdida de suelo es m¨¢s alto que en otros lugares¡±. El monte gallego regenera bien, muchas veces sin protocolo de actuaci¨®n externa; en cualquier caso, en las zonas m¨¢s sensibles se protege la tierra con paja para evitar que erosione, se impiden escorrent¨ªas y se procura que la ceniza no corra.
Es posible un monte m¨¢s fuerte tras un incendio, afirma la experta. Haciendo, por ejemplo, que sea m¨¢s diverso. ¡°Los cultivos forestales cumplen una funci¨®n importante, pero es importante variar. Hacer franjas en las que haya m¨¢s especies plantadas, que la continuidad de un solo tipo de vegetaci¨®n no sea tan grande. Y concienciarnos del valor que tiene el monte. Ahora la sociedad es receptiva a este dolor, pero no se valora el potencial que tenemos en Galicia para que el monte sea al mismo tiempo productivo, una fuente de riqueza y un tesoro ecol¨®gico¡±. Aqu¨ª sonr¨ªe con amargura: ¡°Es obvio que no lo valoramos tanto como creemos, si no no arder¨ªa¡±.
Fern¨¢ndez trabaja en Louriz¨¢n, la misma parroquia en la que la dictadura impuso la f¨¢brica pastera Ence, modificando en las d¨¦cadas siguientes el monte del sur gallego al poblarlo de eucaliptos. ?Son un problema? ¡°Cuando son productivos y la gente vive de ellos, se cuidan. No es un bosque, se cultiva. Nadie cuestiona que se cultiven patatas. El eucalipto es un cultivo forestal, hay que enfocarlo as¨ª: produce pasta de papel y es una manera de que la gente se gane la vida. Lo que hace falta es racionalizar esa gesti¨®n. Pero me cuesta echarle la culpa del incendio a lo que arde; el culpable es el que quema. Luego pueden discutirse otros aspectos¡±.
No vuelven las vidas perdidas, el ganado, las casas. ?Pero el paisaje puede volver? ¡°Puede hacerlo. Mucha de la vegetaci¨®n que tenemos tiene una gran capacidad de regeneraci¨®n. Por ejemplo, lo que hay sobre todo al sur de Pontevedra es pino. Pinares emblem¨¢ticos en cuanto a calidad en toda Espa?a. Y se regeneraron muy bien despu¨¦s de 2006. A¨²n no tengo una idea muy clara de c¨®mo estamos ahora porque es muy pronto, pero s¨ª seguimos las actuaciones que hicimos el a?o pasado en As Neves. Ardi¨® un pinar que hab¨ªa regenerado desde 2006. Eso no puede ser. Los pinos en 10 a?os no han generado semilla nueva, tardan a?os en ser f¨¦rtiles. El problema es quemar sin dar la oportunidad de que la vegetaci¨®n se renueve¡±.
Lo que queda ahora es proteger el suelo m¨¢s delicado para dejar hacer a la naturaleza. En primavera se ver¨¢n los primeros resultados. ¡°El fuego tambi¨¦n puede ser una oportunidad¡±, dice Fern¨¢ndez. ¡°Oportunidad para cambiar, para pensar si eso es lo que queremos o si buscamos otra direcci¨®n. Hoy es pronto para que se vea de esta manera¡±.
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