Es la hora de la bandera negra

Cuando se estrecha el sitio, antes de que se levante la bandera blanca, los intransigentes levantan la de signo contrario, la bandera negra. Su significado es claro: ni un paso atr¨¢s, antes la muerte que la derrota. Es la hora de liquidar a los dubitativos y traidores, para prepararse ante el asalto final en el que todo se jugar¨¢ por la conjugaci¨®n de la fortuna y del valor.

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La bandera negra catalana es tambi¨¦n un s¨ªmbolo del militarismo independentista. La organizaci¨®n armada de Estat Catal¨¤ en los a?os 20 y 30 se llamaba Bandera Negra. Se inspira en las se?eras que exhib¨ªan los sitiados de 1714, con una calavera en su centro, como los piratas, y ha sido redise?ada para los tiempos presentes. Lleva una estrella blanca en un lado, evocando las estrellas solitarias roja o blanca de la estelada y una cruz de San Andr¨¦s blanca, evocaci¨®n inevitable de las dos tibias cruzadas sobre la calavera de la ense?a pirata.

Cuando aparece la bandera negra, mala se?al. Quiere decir que van mal dadas. Ha ido apareciendo de forma espor¨¢dica en los cinco cansinos a?os del proc¨¦s, pero ahora ha irrumpido en las grandes manifestaciones. La vimos en la del s¨¢bado 21 de octubre, en la gran concentraci¨®n de apoyo a los dos Jordis que fue tambi¨¦n de rechazo al 155, y me temo que la veremos todav¨ªa m¨¢s en los acontecimientos que se preparan, sobre todo si Carles Puigdemont no da el paso atr¨¢s que ahora mismo muchos le est¨¢n demandando.

Los de la bandera negra tienen muy claros cu¨¢les son los siguientes pasos. Declaraci¨®n unilateral de independencia y a continuaci¨®n movilizaci¨®n en las calles para bloquear los edificios p¨²blicos e instalaciones donde se hallen las autoridades catalanas afectadas por la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155. Luego organizaci¨®n de la desobediencia y de la resistencia pac¨ªfica ante las destituciones de directivos en toda la Administraci¨®n, Mossos, TV3, sistema escolar y sanitario. Probablemente, organizaci¨®n de una asamblea de electos y quiz¨¢s incluso de un gobierno en la clandestinidad.

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Todo con el objetivo de obstaculizar la aplicaci¨®n del 155 hasta obligar al Gobierno a recurrir a un art¨ªculo todav¨ªa m¨¢s duro de la Constituci¨®n, como es el 116, que trata de los estados de alarma, excepci¨®n y sitio y que puede alcanzar a la suspensi¨®n de las libertades p¨²blicas y al nombramiento de un gobernador militar.

Si esto llegara a suceder, los de la bandera negra no tienen muchas dudas de que la posibilidad de una mediaci¨®n primero y de una negociaci¨®n despu¨¦s estar¨ªa mucho m¨¢s cerca. Descuentan los desastrosos efectos colaterales que producir¨ªa una evoluci¨®n tan dram¨¢tica, sobre la econom¨ªa, la vida diaria, la convivencia y la imagen de Barcelona, de Catalu?a y de Espa?a, sin hablar ya de la libertad y el futuro de muchas personas o del riesgo de violencia que pudiera poner en peligro la integridad y la vida de los ciudadanos. O quiz¨¢s no los descuentan, sino que al contrario, los incluyen en la negrura de su bandera luctuosa por todo lo que se est¨¢ perdiendo, a su parecer parte de la presi¨®n suicida que hay que realizar sobre el Gobierno de Espa?a para que se entre a negociar.

Frente a la bandera negra se alza la presi¨®n sobre Puigdemont para que convoque elecciones anticipadas para el Parlamento de Catalu?a. Toda la prensa propiamente barcelonesa, La Vanguardia, El Peri¨®dico e incluso el independentista Ara, apoya esta opci¨®n. La apoyan la C¨¢mara de Comercio y el C¨ªrculo de Econom¨ªa. Tambi¨¦n el Partido Nacionalista Vasco y el PSC. El espacio de los comunes y Podemos no pueden estar en contra. Y la ¨²nica duda que queda es si el gesto de renunciar a la DUI impl¨ªcito en esta convocatoria y el hecho mismo de repartir de nuevo las cartas entre todas las opciones ¡ªno escoger entre un s¨ª o un no a la independencia¡ª bastar¨ªan para que Rajoy frenara el designio, al parecer sin retroceso, de aplicar el art¨ªculo 155.

Una s¨²bita convocatoria electoral ahora provocar¨ªa, sin duda, una descongesti¨®n en una sociedad crispada y agarrotada. Dar¨ªa un respiro a todos. Ser¨ªa al menos una pausa o tregua en la marcha sin freno hacia ninguna parte y obligar¨ªa a ordenar el balance de estos cinco a?os y a reformular los programas. Todo en favor de la raz¨®n y de la argumentaci¨®n, despu¨¦s de a?os de sentimientos y de pasiones. Se abrir¨ªa la puerta a un realineamiento, qui¨¦n sabe si desfavorable al soberanismo.

Si llegar a la urnas es el objetivo que Rajoy propuso para su intervenci¨®n en Catalu?a, ?qu¨¦ mejor demostraci¨®n de la eficacia del 155, utilizado solo como amenaza? En caso contrario, es decir, de que Puigdemont convocara elecciones y Rajoy persistiera en su destituci¨®n y en la intervenci¨®n de la autonom¨ªa, tendr¨ªa muy dif¨ªcil explicar dentro y fuera que no se trata de la interrupci¨®n dudosamente constitucional de un proceso electoral perfectamente legal, dando as¨ª argumentos a quienes pretenden tachar la aplicaci¨®n del 155 como un golpe de Estado. Mal negocio para los dem¨®cratas y de nuevo buen negocio para los de la bandera negra.

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