Sanci¨®n in¨¦dita de 1,1 millones a Asc¨® por extraviar residuos radiactivos

La central nuclear de Asc¨® actu¨® con ¡°negligencia¡± en la gesti¨®n de fuentes radiactivas en desuso, lo que le acaba de costar una sanci¨®n de 1,1 millones de euros. As¨ª lo ha decidido la Audiencia Nacional en una sentencia, a la que ha tenido acceso EL PA?S, que confirma lo que dos inspectoras del Consejo de Seguridad Nuclear descubrieron en 2011: que la central hab¨ªa perdido o traspapelado 233 residuos radiactivos. El suceso oblig¨® a activar el primer y hasta ahora ¨²nico ¡°hallazgo blanco¡± en materia de protecci¨®n radiol¨®gica al p¨²blico en Espa?a.

Las funcionarias del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) acudieron a Asc¨® a inspeccionar el inventario total de fuentes utilizadas hasta entonces en la central, en el que figuraban 275 fuentes a¨²n operativas y 518 dadas de baja. De estas ¨²ltimas, los responsables no fueron capaces de precisar d¨®nde se almacenaban 233, es decir, casi la mitad.

Los gestores de la central aseguraron que algunas se habr¨ªan enviado a El Cabril, dentro de bidones con otros materiales residuales de distinta naturaleza, desde 1992 y hasta 2004, y que otras estar¨ªan en bidones que todav¨ªa no hab¨ªan sido expedidos y que se almacenaban en el Almac¨¦n Temporal de Residuos S¨®lidos de la propia central. En otro grupo de fuentes se indicaba directamente ¡°desconocimiento del paradero, p¨¦rdida o extrav¨ªo¡±.

El informe de las inspectoras fue demoledor: provoc¨® que el CSN propusiera al Ministerio de Industria, Energ¨ªa y Turismo que abriera un expediente sancionador. En enero de 2014, el entonces ministro Jos¨¦ Manuel Soria firm¨® la orden que resolv¨ªa el expediente con una multa de 1,1 millones por una infracci¨®n ¡°grave¡±.

La investigaci¨®n concluy¨® que el seguimiento de la localizaci¨®n (trazabilidad) de las fuentes radiactivas hab¨ªa sido ¡°muy deficiente¡±, seg¨²n la orden, no publicada, pero que Industria entreg¨® a EL PA?S el a?o pasado en cumplimiento de la Ley de Transparencia. La central argument¨® que, tras la inspecci¨®n, hab¨ªa adoptado medidas para que no se repitieran los hechos, pero el CSN concluy¨® que ¡°la subsanaci¨®n no ha sido completa como demuestra el hecho de que a d¨ªa de hoy contin¨²e sin conocer el paradero de una serie de fuentes¡±.

La orden, en la que ahora basan su fallo los magistrados de la sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional, desestim¨® casi todas las alegaciones que hizo Asc¨®. Entre otras cosas, los propietarios argumentaron para evitar la sanci¨®n que se hab¨ªa procedido inmediatamente y por propia iniciativa a subsanar las causas, pero el CSN dictamin¨® que "solo empez¨® a afrontarlo seriamente a ra¨ªz de que se le comunicase que constitu¨ªa un potencial hallazgo blanco en el SISC", el sistema integrado de supervisi¨®n de centrales nucleares.

Tras la inspecci¨®n, los gestores trataron de reconstruir d¨®nde pod¨ªan estar las fuentes radiactivas traspapeladas. En muchos casos consiguieron recuperar la informaci¨®n perdida. En cuatro casos, sin embargo, tuvieron que reconocer que estaban extraviadas. "Las expedientadas carecen de? informaci¨®n fehaciente alguna sobre su ubicaci¨®n", se?ala sobre ellas el informe final.

La propiedad de Asc¨® (ANAV, participada por Endesa e Iberdrola con el 15% del segundo reactor) recurri¨® la sanci¨®n a la Audiencia Nacional, que acaba de confirmarla. ¡°Las numerosas discrepancias y fallos en los registros, archivos y bases de datos, acerca del destino y ubicaci¨®n de las fuentes, han tenido un impacto negativo importante en el control de esos materiales radiactivos¡±, recoge el fallo.

La p¨¦rdida de las fuentes radiactivas ¡ªson residuos de baja y media intensidad; no combustible gastado¡ª en Asc¨® tuvo otro efecto: el CSN tuvo que declarar lo que se conoce como ¡°hallazgo blanco¡±. Fue el primero, y hasta ahora el ¨²nico, que se ha declarado en Espa?a en materia de protecci¨®n radiol¨®gica al p¨²blico.

Asc¨® ven¨ªa, adem¨¢s, de estar bajo vigilancia especial por parte del CSN por la fuga de part¨ªculas radiactivas que se produjo en 2007 y que cost¨® a las el¨¦ctricas una sanci¨®n de 15,4 millones de euros, la m¨¢s alta impuesta nunca en Espa?a a una central nuclear. ANAV no inform¨® de los hechos al CSN hasta meses despu¨¦s. El caso acab¨® con el despido de la direcci¨®n.

¡°Siempre controladas¡±

?¡°Las fuentes radiactivas deben mantenerse controladas desde su cuna hasta su tumba, es decir, deben marcarse al fabricarlas y mantener un control de su destino por donde vayan siendo utilizadas hasta ser ya consideradas como residuo¡±, explica Eduardo Gallego, catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Nuclear en la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid (UPM).

Cuando se consideran residuo, se gestiona su retirada y almacenamiento definitivo, algo de lo que en Espa?a se encarga la empresa p¨²blica Enresa. Durante todo el proceso, el fabricante, el vendedor, los usuarios y finalmente Enresa ¡°deben mantener la documentaci¨®n¡±, a?ade. La p¨¦rdida de trazabilidad, como la ocurrida en Asc¨®, ¡°es un indicador de gesti¨®n deficiente¡±.

El control es tan estricto porque la consecuencia puede ser el extrav¨ªo o p¨¦rdida total de la fuente. De acabar en las manos equivocadas, el material radiactivo puede provocar da?os graves a las personas o contaminar el medio ambiente. A las fuentes sin control, explica el experto, se las llama ¡°fuentes hu¨¦rfanas¡±, y ha habido casos graves en la historia, como el ¡°producido en Goiania (Brasil) en 1987, al robar unos chatarreros una fuente intensa de una cl¨ªnica de radioterapia abandonada, que lleg¨® a causar la muerte a cuatro personas, la hospitalizaci¨®n de varias y la contaminaci¨®n de una zona urbana de un kil¨®metro cuadrado¡±.

Sin embargo, la p¨¦rdida de trazabilidad por s¨ª misma no tiene por qu¨¦ causar consecuencias radiol¨®gicas si la fuente no sale al exterior, a?ade el experto. Esto es lo que sucedi¨® en Asc¨®, seg¨²n el CSN, que mantiene que nunca hubo ning¨²n peligro para las personas ni para el medio ambiente.

Adem¨¢s de la sanci¨®n, la Audiencia Nacional ha impuesto las costas a la demandante, Endesa, que declin¨® hacer comentarios a EL PA?S. Solamente confirm¨® que, pese a que pod¨ªa recurrir en casaci¨®n al Tribunal Supremo, no lo va a hacer. Es decir, acepta la multa.

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