Las 14 llamadas que sientan por primera vez a Granados en el banquillo

Todo comenz¨® la noche del 5 al 6 de septiembre de 2014 en Valdemoro, la localidad del sur de Madrid donde Granados fue alcalde y que la investigaci¨®n del ¡®caso P¨²nica¡¯ ha revelado como epicentro de la trama de corrupci¨®n. Se celebraban las fiestas patronales de Nuestra Se?ora del Rosario y Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez Talamino, integrante de la Unidad Central Operativa (UCO) vecino del municipio y que participaba en la investigaci¨®n sobre la red, se acerc¨® al entonces ya exsenador mientras tomaba una copas para hacerle un comentario que dej¨® preocupado a ¨¦ste. A partir de ese momento y durante los ocho d¨ªas siguientes se sucedieron las llamadas y reuniones entre el ex secretario general del PP madrile?o, el guardia civil y un segundo miembro del Instituto armado, ¨¦ste en excedencia, que han desembocado este martes, m¨¢s de tres a?os despu¨¦s, en el primer juicio del ¡®caso P¨²nica¡¯. Granados se enfrenta a una petici¨®n de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n de tres a?os de prisi¨®n acusado de aprovecharse de la revelaci¨®n de un secreto realizado por un funcionario p¨²blico. La acusaci¨®n popular que ejerce la Asociaci¨®n de Abogados Dem¨®cratas de Europa (ADADE) eleva la suya hasta los seis a?os.

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Entre aquella noche y el 13 de septiembre del mismo a?o, los tres procesados intercambiaron un total de 14 llamadas telef¨®nicas y celebraron cuatro encuentros en los que, supuestamente, el agente de las UCO dio el chivatazo que oblig¨® al entonces juez instructor Eloy Velasco a precipitar las detenciones para evitar la destrucci¨®n de pruebas. La primera conversaci¨®n telef¨®nica se produjo pocas horas despu¨¦s de aquel encuentro entre Rodr¨ªguez Talamino y el pol¨ªtico en las fiestas de Valdemoro. La realiz¨® Granados al tercer encausado, Jos¨¦ Luis Caro Vinagre, guardia civil en excedencia y amigo de sus dos compa?eros de banquillo que hab¨ªa trabajado para el pol¨ªtico cuando estuvo en la Consejer¨ªa de Interior del Ejecutivo de Esperanza Aguirre. "Me cont¨® una pel¨ªcula sin venir a cuento, y no... entend¨ª yo muy bien [...] Es que me dio la sensaci¨®n de que me lo quer¨ªa contar... porque fue sin salir", le relat¨® el dirigente popular. Caro Vinagre le respondi¨® que a ¨¦l tambi¨¦n le hab¨ªa abordado en la calle porque, seg¨²n le dijo, "tengo que hablar con Paco y contigo", pero que lo dej¨® ah¨ª. Ambos concluyeron que hab¨ªa que volver a hablar con ¨¦l para que "nos lo cuente".

A esa llamada le sigui¨® otra minutos despu¨¦s de Granados a su entonces socio, el constructor David Marjaliza, para indicarle que "uno que est¨¢ en la UCO" le hab¨ªa comentado algo que le hab¨ªa sonado a advertencia ya que le apunt¨® que la Guardia Civil estaba "haciendo cosas" en la puerta de las oficinas que el constructor ten¨ªa en el Edificio ?boli, en la cercana localidad de Pinto. "?Seguimientos o qu¨¦?", fue la pregunta que le plante¨® el empresario. Granados le respondi¨® con un rotundo "s¨ª" para se?alarle que "supongo que ma?ana tendr¨¦ m¨¢s informaci¨®n". Inmediatamente despu¨¦s era el empresario el que realizaba una llamada. En este caso, a su secretaria y persona de la m¨¢xima confianza, Ana Mar¨ªa Ram¨ªrez, para alertarla. "Que tengo un polic¨ªa, un guardia civil en la puerta. Y bueno, aparte el tel¨¦fono pinchado, ya lo sabes", le dijo a su interlocutora, aunque en un primer momento relacion¨® esta vigilancias con la visita que hab¨ªa recibido de un individuo al que apodaba ¡®El Cojo' y cuyo hermano estaba ¡°en la c¨¢rcel por droga".

Ese mismo 6 de septiembre se produjo una cuarta llamada entre los implicados. En este caso, entre Granados y Caro Vinagre. En ella, el guardia civil le coment¨ªo al pol¨ªtico que "ya he hablado con ¨¦ste", aunque evitando dar m¨¢s detalles por tel¨¦fono. Se limitaron a quedar en la puerta de la casa del agente en excedencia para tratarlo en persona. La informaci¨®n que el pol¨ªtico recibi¨® gener¨® a ¨¦ste enorme preocupaci¨®n e hizo que a las dos de la madrugada del 7 de septiembre volviera a ponerse en contacto con Caro Vinagre para decirle que esa noche no iba a bajar a las fiestas de Valdemoro porque "no tengo muchas ganas despu¨¦s de lo que ha pasado hoy". Sin embargo, la UCO muestra en sus informes su sospecha de que aquella llamada intentaba realmente ocultar un nuevo encuentro entre ambos.

Los documentos policiales destacan una llamada, la quinta, de la que se deduce que antes de aquel encuentro Rodr¨ªguez Talamino hab¨ªa transmitido al otro guardia civil datos sobre el grupo concreto de la unidad que estaba al frente de las pesquisas y que ¨¦ste se lo hab¨ªa comunicado a su vez al pol¨ªtico. De hecho, en esta nueva comunicaci¨®n, el ex secretario general del PP madrile?o dio a entender claramente que hab¨ªa realizado una consulta en Internet y hab¨ªa descubierto que los que le investigaban se dedicaban a casos de corrupci¨®n. "Y eso tiene una pinta mal¨ªsima, me he metido yo [en Internet], y eso tiene una pintaaaa", le espet¨® a su interlocutor. En una nueva llamada de ese mismo d¨ªa, el pol¨ªtico y su amigo acordaron recabar m¨¢s datos sobre la investigaci¨®n ya que, como destacaba Granados en la misma, "el tema va pa' lante y serio".

A ra¨ªz de la intervenci¨®n de aquellas llamadas, los responsables de la investigaci¨®n decidieron 'alejar' de la investigaci¨®n al presunto autor del chivatazo con un viaje fuera de Madrid y, de paso, impedir que entrase en contacto con el otro guardia civil. De hecho, el mismo 9 de septiembre Caro Vinagre volvi¨® a llamar al pol¨ªtico para decirle que el d¨ªa anterior hab¨ªa hablado con "¨¦ste", en referencia a Rodr¨ªguez Talamino, pero que ten¨ªa que concretar "a ver si hablo con ¨¦l ahora a mediod¨ªa [...] Hoy concreto para verle", a?adi¨®. Horas despu¨¦s se produjo la novena llamada, en la que de nuevo el agente en excedencia comunic¨® al presunto cabecilla de la trama que ver¨ªa al agente de la UCO tres d¨ªas despu¨¦s ya que ¨¦ste estaba entonces de viaje.

Un d¨ªa antes de ese encuentro, los investigadores interceptaron otra llamada relacionada con el 'chivatazo'. En este caso, de Marjaliza a un "estrecho colaborador" en la que el constructor insist¨ªa a su interlocutor de manera sospechosa sobre la supuesta legalidad de su actividad con la multinacional Cofely, una de las empresas presuntamente implicadas en la red de corrupci¨®n. Tambi¨¦n para entonces Ana Mar¨ªa Ram¨ªrez, la secretaria del constructor, hab¨ªa llamado a su marido, guardia civil de profesi¨®n y hermano del entonces alcalde de Valdemoro, Juan Carlos Boza Lechuga, tambi¨¦n imputado en la causa, para preguntarle por las capacidades de las c¨¢maras t¨¦rmicas que utilizaba el Instituto armado y si "atraviesan paredes".

El 12 de septiembre de 2014 se reanud¨® el intercambio de llamadas entre Caro Vinagre y el pol¨ªtico. La primera, poco despu¨¦s de las diez y media de la ma?ana. En ella, el primero le anunci¨® que a lo mejor quedaba esa misma jornada con el miembro de la UCO presunto autor de la filtraci¨®n para tomar algo. Una segunda se produjo diez horas despu¨¦s y en ella le se?al¨® que dicho encuentro se hab¨ªa pospuesto para el d¨ªa siguiente. En dicha conversaci¨®n, Granados le pidi¨® que le preguntase si la investigaci¨®n le afectaba a ¨¦l: "Sobre todo si va la cosa conmigo, claro". Finalmente, s¨®lo unas horas m¨¢s tarde, a la una y veinte de la madrugada del 13 de septiembre, Caro Vinagre telefone¨® de nuevo al ex senador para que le abriese la puerta de su domicilio porque "me he tra¨ªdo al 'calvito", apelativo con el que ambos se refer¨ªan a Rodr¨ªguez Talamino que entonces llevaba la cabeza rapada. Los investigadores concluyen que en ese momento los tres mantuvieron una reuni¨®n en la vivienda del pol¨ªtico en el que el miembro de la UCO les confirm¨® sus temores.

Aquel chivatazo oblig¨® a los investigadores a retirar la c¨¢mara oculta instalada frente a las oficinas de Marjaliza, con la consiguiente p¨¦rdida de informaci¨®n. Los informes de la Guardia Civil revelan que a partir de ese momento disminuy¨® la frecuencia en las llamadas entre los principales implicados "y el contenido de las mismas", ya que desde ese momento "evitaban pronunciarse sobre temas de inter¨¦s para la investigaci¨®n". Adem¨¢s, Marjaliza destruy¨® documentaci¨®n, como luego ¨¦l reconocer¨ªa en su confesi¨®n, y cambi¨® de terminales telef¨®nicos. La UCO tuvo que disminuir los seguimientos para evitar ser detectados "con la consiguiente p¨¦rdida de informaci¨®n". Todo ello desemboc¨® en "una explotaci¨®n precipitada de la investigaci¨®n" el 27 de octubre de 2014, recalcan los documentos policiales que a partir de este martes ser¨¢n el principal sustento en el juicio contra Granados y sus dos compa?eros de banquillo. Para estos dos ¨²ltimos, la fiscal¨ªa pide tambi¨¦n tres a?os de prisi¨®n, en su caso como autor (Rodr¨ªguez Talamino) y colaborador (Caro Vinagre) de un delito de revelaci¨®n de secretos.