Arriate, el pueblo que compr¨® su independencia
El municipio malague?o se segreg¨® de Ronda en 1661 pero sigui¨® inmerso en un r¨¦gimen de vasallaje un siglo m¨¢s
En Arriate todos los caminos llevan a Ronda. ¡°Si se tratara de un huevo, nosotros ser¨ªamos la yema y Ronda la clara¡±, explica un lugare?o. Arriate est¨¢ rodeado por el t¨¦rmino municipal vecino, al que perteneci¨® hasta 1661. Ese a?o, y tras muchos litigios, sus habitantes consiguieron la independencia tras pagar una importante suma que lograron reunir en colectas. No exist¨ªa un sentimiento de pertenencia como hoy en Catalu?a, sino un anhelo de libertad que fue aumentando progresivamente entre sus moradores, que pagaban excesivos tributos a los nobles y sobreviv¨ªan a duras penas. A pesar de la segregaci¨®n territorial, el r¨¦gimen de vasallaje continu¨® ahogando sus precarias haciendas un siglo m¨¢s.
¡°No creo que existan muchos pueblos que hayan comprado su propio t¨¦rmino¡±, destaca Rafael Melgar, uno de los 4.500 vecinos de la localidad malague?a. En su opini¨®n, este hecho define la personalidad de los arriate?os porque refuerza su identidad. No obstante, Melgar observa una clara diferencia entre la historia de su pueblo y el proceso catal¨¢n: ¡°Nuestros antepasados intentaron independizarse legalmente. Litigaron en los juzgados para conseguirlo a pesar del poder que ten¨ªan los nobles¡±. Tras la conquista cristiana de Ronda en 1485, la Corona de Castilla otorg¨® a la familia D¨¢vila, que hab¨ªa auxiliado a los Reyes Cat¨®licos, el sitio de Arriate, entonces despoblado.
Los D¨¢vila fundaron la villa a partir de su Casa Grande, en cuyos terrenos se levanta ahora una residencia de ancianos. Alrededor construyeron viviendas para los labradores que comenzaban a asentarse. Explotaron la zona tres siglos y, durante ese tiempo, entroncaron con otros nobles: los Ovalle, los Loaysa y los Moctezuma, descendientes del ¨²ltimo emperador azteca. El top¨®nimo hace justica al lugar: los ¨¢rabes, que lo habitaron durante siete siglos, lo llamaron Arriadh (los vergeles) por su rica flora. Hoy Arriate, una localidad de apenas 8.300 metros cuadrados a cinco kil¨®metros de Ronda, sigue siendo un lugar eminentemente agr¨ªcola. Los gallos siguen despertando a sus vecinos al amanecer y, a escasos metros del asfalto, se ocultan aut¨¦nticas joyas naturales como el Molino Canto.
Intento fallido
En 1530 los Ovalle crearon un mayorazgo para beneficiar al primog¨¦nito como heredero ¨²nico. La intenci¨®n era que sus descendientes no dividiesen las posesiones. Sin embargo, estos acapararon m¨¢s terrenos de los que les correspond¨ªan, lo que dio lugar a diferentes litigios. ¡°Los campesinos solo quer¨ªan tener el derecho de explotaci¨®n para no pagar tantos impuestos¡±, explica el historiador Sergio Ram¨ªrez. Todo el proceso est¨¢ documentado en su libro Arriate en las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. El pleito clave es el que mantienen los Ovalle con los vecinos en 1619, que se alarga siete a?os. La justicia da la raz¨®n a los nobles, que en 1629 inician la compra de los terrenos. Los arriate?os aluden ante el tribunal su derecho de tanteo y este les da la raz¨®n. Consiguen adquirir el pueblo en 1631 con la promesa de abonar una importante compensaci¨®n econ¨®mica a Ronda.
El sue?o de libertad no dur¨® ni un lustro y repercuti¨® de manera negativa en sus habitantes. Las deudas obligaron a los arriate?os a renunciar a su soberan¨ªa en 1635. Los terrenos retornaron a Ronda y los Ovalle establecieron un se?or¨ªo, una instituci¨®n de vasallaje con condiciones m¨¢s duras que el mayorazgo. ¡°Recuerda a Catalu?a porque entonces tambi¨¦n exist¨ªa divisi¨®n entre favorables y detractores de la independencia¡±, reflexiona Ram¨ªrez. Y a?ade: ¡°Si los catalanes dicen que Espa?a les roba, a los arriate?os les robaban los nobles. Los campesinos no ten¨ªan ni derechos ni propiedades, viv¨ªan para pagar tributos¡±. Los se?ores de Arriate continuaron administrando el pueblo a su antojo durante d¨¦cadas, pero sus deudas con la Hacienda Real ofrecieron a los vecinos una nueva oportunidad. El 14 de febrero de 1661 Felipe IV ratific¨® la autonom¨ªa de la villa y eximi¨® a sus moradores de pagar el d¨¦bito que arrastraban desde el intento de independencia fallido.
¡°Tenemos unos valores muy arraigados. Presumimos de pueblo y de haberlo heredado¡±, se?ala Francisco Rosado, otro vecino. Como muchos arriate?os trabaja en Ronda, ciudad con la que han mantenido una tensa relaci¨®n durante siglos. ¡°Ya hemos superado las diferencias. Antes les llam¨¢bamos despectivamente rondinos, pero ahora lo hacemos con cari?o¡±. Isabel S¨¢nchez rechaza la existencia de un nacionalismo arriate?o: ¡°No tuvimos bandera propia hasta hace unos a?os. Nuestra independencia no se bas¨® en sentimientos, fue una lucha por adquirir derechos¡±. Los consiguieron definitivamente en septiembre de 1783, cuando el Consejo Real otorg¨® la jurisdicci¨®n y el vasallaje de la villa a sus ciudadanos. Sin saberlo, hab¨ªan sembrado la semilla de un tiempo nuevo: el fin del feudalismo, que no se aboli¨® en Espa?a hasta la Constituci¨®n de 1812.
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