Las personas m¨¢s indefensas del mundo
El juicio a La Manada recuerda al asesinato de Nagore Laffage, donde tambi¨¦n se puso sobre la mesa la culpabilizaci¨®n de las v¨ªctimas
¡°Esto marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s en la reacci¨®n social frente a la violencia contra las mujeres¡±, dijo entonces la socialista Rafaela Romero. Un periodista local confirm¨® que jam¨¢s se hab¨ªa visto en Pamplona un juicio con un seguimiento igual: ¡°Hasta ahora pod¨ªas ver tres, cuatro c¨¢maras. Esto lo desborda todo¡±. La defensa, por su parte, tuvo que explicar en el juicio ¡ªcasi pidiendo comprensi¨®n ante sus intentos poco entendibles por el p¨²blico¡ª que su trabajo era buscar, a toda costa, circunstancias que atenuasen la condena del acusado.
Los hechos ocurrieron hace nueve a?os, cuando Nagore Laffage, enfermera de 20 a?os, y Jos¨¦ Diego Yllanes, m¨¦dico de 27, se encontraron la noche de San Ferm¨ªn. Los dos subieron al piso de Yllanes y all¨ª ¨¦l le rompi¨® la ropa, la agredi¨® (se encontraron 38 heridas, externas e internas) y finalmente la mat¨®. La raz¨®n fue que ella se neg¨® a mantener relaciones sexuales y ¨¦l, dijo, perdi¨® la cabeza. Ya se hab¨ªan besado y acariciado, declar¨®. Luego ¡°hubo un malentendido¡±. Helena Taberna relat¨® en el documental Nagore el inmenso socav¨®n que se ha quedado en la familia Laffage Casasola tras el asesinato de la peque?a de la casa. Su madre, Asun Casasola, dice que quiz¨¢s a Nagore le tocaba morir ese d¨ªa, ¡°pero no as¨ª, nunca de esa manera¡±. El hermano de Nagore, Guillermo Laffage, dice que siempre quiso tener dos hijos, ¡°pero ahora quiero tener tres, por si pasa algo parecido y que uno no se quede solo¡±.
?Por qu¨¦ en Pamplona, donde se celebra el juicio contra cinco hombres (La Manada) acusados de violar a una joven de 18 a?os, se recuerda tanto estos d¨ªas a Nagore? Hay distancia entre un caso y otro: Laffage est¨¢ muerta y su asesino reconoci¨® el crimen; la chica de 18 est¨¢ viva y los acusados dicen que no la violaron. Pero hay algo m¨¢s, una corriente que conecta aquel juicio con este de forma irreversible. El ¡°antes y el despu¨¦s¡± que se citaba ya en el juicio al asesino de Laffage y se repite ocho a?os despu¨¦s: la conciencia feminista que ha movilizado a miles de personas, que ha levantado incontables testimonios de abusos sexuales en todo el mundo y que en Espa?a se rebela ante cualquier intento de culpabilizaci¨®n de la v¨ªctima. Durante el juicio a la madre de Laffage se le pregunt¨® si su hija era muy ligona (¡°en todo momento juzgaron a mi hija, no al asesino¡±); a la v¨ªctima de La Manada se le puso un detective para espiar su actitud tras la agresi¨®n.
En la jornada de ayer del juicio a La Manada, las defensas y las acusaciones dedicaron varias horas a analizar los 96 segundos grabados por los acusados mientras manten¨ªan relaciones con la v¨ªctima entre comentarios soeces, risas y ¨®rdenes. Fotograma a fotograma. La chica aparece con los ¡°ojos cerrados¡± y en actitud ¡°pasiva o neutra¡±, nunca participativa. Eso es prueba de su estado en shock para la acusaci¨®n particular, el abogado Carlos Bacaicoa, que sali¨® en un receso a decir que eran unas im¨¢genes ¡°repugnantes¡±; eso es prueba de que fue consentido, dijo la defensa, desde donde se inform¨® de que durante unos segundos la chica parece participar. Son los v¨ªdeos por los que el juez instructor confirm¨®, en septiembre de 2016, prisi¨®n incondicional para los acusados: ¡°Las declaraciones formalmente coincidentes de los procesados no resisten el contraste con las grabaciones realizadas por ellos mismos en el portal, en las que no se aprecia consentimiento alguno por parte de la v¨ªctima sino mero sometimiento a una apabullante situaci¨®n de superioridad f¨ªsica y num¨¦rica y de abandono ante la imposibilidad de oponerse a las pretensiones l¨²bricas impuestas por sus agresores¡±.
Nagore podr¨ªa estar viva hoy. Para ello ten¨ªa que haber cedido a las pretensiones de Yllanes aquel 7 de julio. Dejarse hacer para que parase de golpearla y marcharse a su casa. Quiz¨¢s as¨ª sobreviviese. ?Hubiera denunciado entonces? ?Soportar¨ªa la culpabilizaci¨®n a la que todav¨ªa es sometida una mujer cuando denuncia una violaci¨®n? Es imposible saberlo. S¨ª es posible saber lo que hizo: resistirse y forcejear con Yllanes. En las palabras que V¨ªctor Sarasa, acusaci¨®n del Ayuntamiento de Pamplona, pronuncia en el documental Nagore, fue ¡°la persona m¨¢s indefensa del mundo en una vivienda que desconoc¨ªa y de la que no pod¨ªa salir, acorralada por una persona infinitamente m¨¢s fuerte que la golpe¨® de forma salvaje hasta dejarla sin fuerza y sin consciencia, tanto que la pudo estrangular con una sola mano¡±. Yllanes no fue condenado por asesinato, sino por homicidio: no se apreci¨® alevos¨ªa, seg¨²n el jurado popular. Hoy acude a prisi¨®n s¨®lo a dormir, cumplidos 8 a?os y 11 meses de los 12,5 a los que fue condenado.
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