Cuando Espa?a volvi¨® a la guerra

¡°Hab¨ªa muchos soldados que no hab¨ªan o¨ªdo un tiro en su vida. Un tiro de verdad, no de pr¨¢cticas¡±, recuerda el entonces coronel Francisco Javier Zorzo. El desembarco de la Agrupaci¨®n M¨¢laga en noviembre de 1992 en el puerto croata de Split supuso el bautismo de fuego de un Ej¨¦rcito nutrido mayoritariamente todav¨ªa por reclutas de reemplazo.

Desde 1989, oficiales espa?oles hab¨ªan sido observadores de la ONU en ?frica y Centroam¨¦rica y en 1991, tras la guerra del Golfo, un contingente de la Brigada Paracaidista se despleg¨® en misi¨®n humanitaria en el Kurdist¨¢n. Pero nunca antes se hab¨ªan interpuesto en pleno conflicto y eso ten¨ªa un riesgo.

¡°Estas cosas se sabe cu¨¢ndo empiezan, pero no cu¨¢ndo acaban¡±, advirti¨® Gonzalo Rodr¨ªguez Mart¨ªn-Granizo, entonces jefe de la c¨²pula militar, al ministro de Defensa, Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas. Ni siquiera el precavido almirante hubiese aventurado que 25 a?os despu¨¦s a¨²n estar¨ªan destinados militares espa?oles ¡ªya solo media decena¡ª en Bosnia-Herzegovina.

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El Gobierno acept¨® la petici¨®n que le hab¨ªa hecho la ONU para intentar frenar la primera contienda en suelo europeo tras la Segunda Guerra Mundial y Garc¨ªa Vargas elev¨® la apuesta: encomend¨® tan delicada tarea a la Legi¨®n, unidad que parec¨ªa sentenciada a disoluci¨®n forzosa tras la sucesi¨®n de esc¨¢ndalos que hab¨ªan empa?ado su imagen. Busc¨® a un oficial con experiencia internacional ¡ªZorzo hab¨ªa sido asesor de Naciones Unidas en las conversaciones de paz de El Salvador¡ª y lo puso al frente del Tercio de Ronda solo tres meses antes de su salida hacia los Balcanes.

Para la Operaci¨®n Indur¨¢in, su nombre inicial, se le encomendaron solo 300 hombres, aunque afortunadamente alguien cay¨® en la cuenta de la dimensi¨®n del reto y revis¨® n¨²meros sobre la marcha: cuando desembarcaron en Split ya eran m¨¢s de 700 y en pocos meses superar¨ªan los mil.

Por vez primera, los militares espa?oles tuvieron que trabajar codo con codo en un escenario b¨¦lico con sus hom¨®logos de otros Ej¨¦rcitos occidentales y, aunque sus medios eran vetustos y escasos, superaron holgadamente el examen. ¡°Sirvi¨® para que la sociedad espa?ola, los civiles y alg¨²n que otro militar, se dieran cuenta de que ten¨ªan un Ej¨¦rcito del que pod¨ªan fiarse¡±, recuerda Zorzo, ya general en la reserva. ¡°Cuando elogiaban a mis soldados, yo les dec¨ªa: ¡®No son champi?ones. Esto no sale por generaci¨®n espont¨¢nea; es producto de mucha formaci¨®n e instrucci¨®n¡±, a?ade.

Zorzo logr¨® regresar con todos sus hombres, pero la Agrupaci¨®n Canarias, que le sucedi¨®, se vio bajo el fuego cruzado entre bosnios y croatas. El primero en caer fue el teniente Arturo Mu?oz Castellanos, fulminado de un disparo cuando llevaba plasma al hospital de Mostar. El premio Pr¨ªncipe de Asturias de Cooperaci¨®n Internacional, concedido en 1993 a los cascos azules espa?oles, y la plaza de Espa?a en la antigua l¨ªnea de frente de dicha ciudad rinden homenaje a los 24 muertos intentando llevar la paz a aquellas tierras.

172 muertos

A Bosnia siguieron decenas de operaciones, no todas con el mismo apoyo en la opini¨®n p¨²blica que aquella. El env¨ªo de tropas a Afganist¨¢n en 2002 tras la ca¨ªda del r¨¦gimen talib¨¢n suscit¨® recelos y la participaci¨®n en la ocupaci¨®n de Irak tras la invasi¨®n de 2003, una marea de protestas que se llev¨® por delante, con el 11-M, al Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

Lo primero que hizo el socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero cuando lleg¨® al poder en 2004 fue ordenar la retirada de Irak. Un a?o despu¨¦s, se aprob¨® la nueva ley de Defensa Nacional, que condiciona el env¨ªo de tropas al exterior a la legitimidad internacional y la aprobaci¨®n del Parlamento. As¨ª ha sido desde entonces.

Actualmente, 2.679 militares espa?oles est¨¢n desplegados en 19 operaciones en cuatro continentes, con la ONU (L¨ªbano), la UE (Mal¨ª), la OTAN (Afganist¨¢n), una coalici¨®n (Irak) o por acuerdo bilateral (Senegal).

En este cuarto de siglo, 172 miembros del Ej¨¦rcito espa?ol, incluidos tres int¨¦rpretes, han muerto en misiones internacionales y m¨¢s de 160.000, todos profesionales, han participado en ellas, la mayor¨ªa en varias ocasiones. Lo raro ahora es encontrar soldados que no hayan o¨ªdos tiros de verdad, y a veces muy cerca.