Una violencia sexual invisible
Naciones Unidas censura a Espa?a por ignorar a las v¨ªctimas de las agresiones, abusos y acosos, una lacra que afecta a 1,4 millones de mujeres
Las denuncias por violaciones, abusos y acosos sexualesque han inundado el panorama medi¨¢tico desde hace un mes no son un espejismo. Reflejan una realidad dram¨¢tica. El esc¨¢ndalo masivo que ha sacudido con s¨®rdidos episodios EE UU, Reino Unido y Francia no es una acumulaci¨®n de casos aislados. Son consecuencia de una corriente de opini¨®n nacida de la etiqueta #Metoo. Una corriente que se ha sentido en Espa?a con menor intensidad, donde su verdadera dimensi¨®n permanece oculta por el miedo, la presi¨®n social y la verg¨¹enza a denunciar, subrayan los expertos
Sin embargo, hay cifras que retratan esta lacra, como el n¨²mero de v¨ªctimas de la violencia sexual: 1,4 millones de mujeres, seg¨²n la macroencuesta oficial de 2015. El Gobierno carece de campa?as para prevenirla, pese a las cr¨ªticas de Naciones Unidas y las documentadas denuncias de las ONG. Una ceguera similar a la de hace 20 a?os, cuando Ana Orantes denunci¨® en televisi¨®n las palizas de su marido y d¨ªas despu¨¦s acab¨® abrasada en una hoguera, un asesinato que despert¨® las conciencias de una sociedad hasta entonces anestesiada.
Este jueves Amnist¨ªa Internacional ha denunciado en un informe sobre la violencia sexual en Espa?a que esta permanece ¡°invisible¡± y reclam¨® al Gobierno que concrete medidas como un Centro de Crisis por cada 200.000 mujeres y uno por cada comunidad aut¨®noma disponible todos los d¨ªas del a?o, como recomienda el Consejo de Europa. ¡°Fallamos como sociedad cuando a las v¨ªctimas de violencia sexual se las trata como acusadas, y cuando la noticia es si su relato es veraz o no¡±, se?al¨® Virginia ?lvarez, responsable de pol¨ªtica interior de esta ONG. Amnist¨ªa Internacional record¨® que la violencia sexual ha acabado con la vida de 916 mujeres desde 2008.
?Est¨¢ madura la sociedad espa?ola para rechazar los abusos y acosos sexuales con la misma convicci¨®n que las agresiones? ?Est¨¢ concienciada para arropar sin fisuras a las v¨ªctimas que se atreven a denunciar y recriminar en voz alta esta plaga? Vista la respuesta que obtienen las mujeres que dan un paso al frente, en su c¨ªrculo cercano y desde la opini¨®n p¨²blica, no. A¨²n no.
La violaci¨®n m¨²ltiple en los San Fermines de 2016 que supuestamente cometi¨® La Manada, el grupo de cinco acusados ¡ªun guardia civil y un militar entre ellos¡ª que se tildaban de animales entre s¨ª, parece un caso aislado, pero la violencia brota con regularidad. El pasado agosto cuatro hombres fueron detenidos en Gran Canaria por otra violaci¨®n grupal y en abril otros cuatro atacaron de manera similar a otra mujer en Sevilla. ¡°El problema hoy es que la agresi¨®n grupal est¨¢ aumentando. Es un punto de inflexi¨®n. El grupo genera combusti¨®n por s¨ª mismo. ?Cometen los hechos por el alcohol y las drogas? ?O toman las drogas para desinhibirse y salen de caza y cometen el acto? La respuesta es la segunda¡±, reflexiona Javier Urra, doctor en psicolog¨ªa con 20 a?os de experiencia en la Audiencia Nacional y colaborador del Consejo General de la Psicolog¨ªa.
Estas semanas los relatos han sido casos aislados de actrices y alg¨²n manifiesto como el de las mujeres del mundo del teatro, pero la indignaci¨®n se mueve al ralent¨ª y sin consecuencias procesales para los abusadores. Tras pedir el anonimato, una artista explica por qu¨¦ evit¨® y evita contarle a un juez la agresi¨®n sexual de un reputado comisario de exposiciones: ¡°Me sent¨ª violada y con la dignidad por los suelos. Me dijo ¡®no se lo cuentes a nadie, que son imaginaciones tuyas¡¯. La falta de pruebas fue determinante para no denunciar. (¡) Todav¨ªa no me siento c¨®moda haci¨¦ndolo p¨²blico, quiz¨¢s m¨¢s adelante, cuando sienta que estoy preparada para la descalificaci¨®n p¨²blica. A este pa¨ªs le faltan 10 o 20 a?os para poder hacer y decir muchas cosas, todav¨ªa estamos en pa?ales¡±.
Una excepci¨®n reciente para dar el paso y llegar al juzgado ha sido la l¨ªder de Podemos en Andaluc¨ªa, Teresa Rodr¨ªguez, a la que un empresario arrincon¨® mientras le tapaba la boca y besaba su propia mano. Tras denunciarle, el empresario aleg¨® como disculpa que le hab¨ªa gastado ¡°una broma¡± porque la diputada es ¡°de C¨¢diz¡±. La fiscal¨ªa le pide un a?o y nueve meses de c¨¢rcel por atentado contra la autoridad y contra la integridad moral. ¡°Quiero que no vuelva a hacerlo con nadie m¨¢s y especialmente con personas m¨¢s vulnerables que yo¡±, aclar¨® Rodr¨ªguez en los juzgados.
En 2016 las mujeres denunciaron 1.249 violaciones -tres al d¨ªa- y 6.922 abusos sexuales
El a?o pasado las mujeres denunciaron 1.249 violaciones ¡ªtres al d¨ªa¡ª, 1.684 agresiones sexuales sin penetraci¨®n y 6.922 abusos (sin mediar violencia ni intimidaci¨®n) y acosos (pedir favores sexuales), seg¨²n el Ministerio del Interior. Un total de 9.855 ataques o vejaciones, que van desde un insulto ultrajante en la calle hasta una violaci¨®n, pasando por que el jefe exija a su secretaria un favor sexual para mantener el empleo. Sin embargo, las cifras fr¨ªas de estas denuncias esconden su verdadero alcance debido a la ausencia de estudios institucionales que destripen con detalle la violencia sexual. ¡°Con las agresiones sexuales, a las mujeres nos llega el mensaje de no te quejes e intenta evitarlo, transmitido por la sociedad a trav¨¦s de las madres. Todas mis alumnas han sufrido alguna, es algo profundamente interiorizado¡±, censura la fil¨®sofa Ana de Miguel, autora de Neoliberalismo sexual, el mito de la libre elecci¨®n.
Javier Urra: "El problema hoy es que el ataque grupal est¨¢ aumentando"
La alarma social que genera la violencia machista en el ¨¢mbito dom¨¦stico es plato de telediario cada semana: 44 mujeres fallecidas, 142.893 denuncias, 14.501 partes de lesiones y 15.823 hombres condenados solo en 2016. A pesar de su gravedad, afortunadamente la curva de cr¨ªmenes es descendente en la ¨²ltima d¨¦cada. En parte porque se suceden las campa?as institucionales contra esta violencia desde la pareja o expareja. Como contraste, los abusos y ataques de hombres cercanos a la v¨ªctima o desconocidos, fuera del entorno ¨ªntimo, carecen de difusi¨®n medi¨¢tica. Su visibilidad y prevenci¨®n es casi nula. ¡°El panorama es muy oscuro. El Estado no se ha centrado deliberadamente en la violencia sexual porque en ese momento adquiere responsabilidades¡±, critica B¨¢rbara Tard¨®n, doctora en Estudios Interdisciplinares de G¨¦nero en la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
El Gobierno ha recortado un 54% los fondos para Igualdad desde 2008
Mientras que el presupuesto de Igualdad se ha recortado un 54% desde 2008, los ¨²ltimos recortes presupuestarios se han cebado con los centros de atenci¨®n a las v¨ªctimas, algunos de ellos al borde de la desaparici¨®n. La Asociaci¨®n Asistencia a Mujeres Violadas (CAVAS) de Madrid est¨¢ desde hace una semana ¡°desahuciada¡± y sin la subvenci¨®n que permite su actividad con una abogada y una psic¨®loga, denuncia su directora, Tina Alarc¨®n. ¡°La situaci¨®n es desesperada. Tenemos m¨¢s de 300 expedientes abiertos a la espera de juicio y necesitamos al menos dos despachos¡±, lamenta a la espera de que la Comunidad de Madrid d¨¦ v¨ªa libre al pago que les permite subsistir. Ocho de las 17 comunidades aut¨®nomas ¡ªel 47%, casi la mitad¡ª carecen de centros de atenci¨®n espec¨ªficos para v¨ªctimas de violencia sexual, algunas tan relevantes como Galicia.
Las cifras de la inversi¨®n estatal
El presupuesto de Igualdad se ha recortado un 54% desde 2008 (de 43 millones a 19)
El Pacto contra la Violencia de G¨¦nero incluye un presupuesto de 231 millones para 2018 (100 para comunidades aut¨®nomas, 73 para ministerios de Sanidad, Interior, Justicia y Educaci¨®n, 38 para la Delegaci¨®n del Gobierno para la Violencia de G¨¦nero y 10 para Ayuntamientos)
El presupuesto para Violencia de G¨¦nero (solo parejas y exparejas) subi¨® un 6% entre 2015 y 2016
En 2016 los presupuestos para igualdad y violencia representan el 0,0103% del total.
El 10% de las mujeres de m¨¢s de 16 a?os en Espa?a ha sufrido violencia f¨ªsica, el 25% violencia psicol¨®gica de control, el 22% violencia psicol¨®gica emocional, 8% violencia sexual (la mitad antes de los 15 a?os) y 11% violencia econ¨®mica
El 45% de las v¨ªctimas acudieron a servicios m¨¦dicos, psicol¨®gicos, jur¨ªdicos o sociales, y s¨®lo un 29% la denunciaron, y de ellas un 21% retiraron luego la denuncia
Fuente: Ministerio de Sanidad (Macroencuesta 2015 a 10.171 mujeres) y Plataforma Impacto de G¨¦nero ya!
De fondo late una cuesti¨®n clave: ante la emergencia en 2004 por la escalada de asesinatos de parejas y exparejas, la Ley contra la Violencia de G¨¦nero abarc¨® solo el ¨¢mbito dom¨¦stico e ignor¨® la violencia sexual en las calles y el ¨¢mbito laboral. Al contrario que Naciones Unidas y todos los expertos, el Estado excluye del concepto violencia de g¨¦nero ¡ªy por ende de los recursos destinados a paliarla¡ª la ejercida por desconocidos y amigos, pero tambi¨¦n los matrimonios forzosos, la mutilaci¨®n genital femenina y la trata de mujeres.
La ONU ha censurado esa desatenci¨®n institucional de Espa?a hacia sus v¨ªctimas. En 2015, el Comit¨¦ de Naciones Unidas para la Eliminaci¨®n de la Discriminaci¨®n contra la Mujer (CEDAW) sac¨® los colores al Ministerio de Sanidad, y le exigi¨® un plan espec¨ªfico para ¡°recopilar datos estad¨ªsticos sobre la violencia dom¨¦stica y sexual desglosados por sexo, edad, nacionalidad y relaci¨®n entre la v¨ªctima y el autor¡±. Es decir, disponer de una fotograf¨ªa fiel del problema. La recomendaci¨®n cay¨® en saco roto y este verano el Gobierno, que en 2014 ratific¨® el convenio de Estambul para la lucha contra la violencia a mujeres, evit¨® dar una r¨¦plica en el informe que remiti¨® al comit¨¦ con sede en Ginebra.
En su lugar, 250 organizaciones en defensa de la mujer presentaron en julio un cr¨ªtico informe denominado Sombra CEDAW, que s¨ª respond¨ªa a la espinosa cuesti¨®n: ¡°Se hace necesario contar con una estructura de recogida y tratamiento de datos, con una metodolog¨ªa compartida (¡) el sistema espa?ol no contabiliza en sus estad¨ªsticas de violencia de g¨¦nero los asesinatos de mujeres con un m¨®vil sexual por hombres desconocidos, cercanos o de redes organizadas, por lo que queda descartada la posibilidad de contabilizar los feminicidios asociados¡±.
Mientras, el Comit¨¦ contra la Tortura de Naciones Unidas clam¨® en 2015 contra los recortes que afectan a las v¨ªctimas: ¡°El Estado parte deber¨ªa asignar los recursos financieros suficientes para que los servicios de atenci¨®n integral a mujeres v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero funcionen de manera efectiva, a pesar de la crisis econ¨®mica¡±.
?ngeles ?lvarez, portavoz en la comisi¨®n de igualdad del PSOE, pone el dedo en la llaga: ¡°Ahora mismo lo m¨¢s urgente es saber qu¨¦ est¨¢ pasando, porque nos llevaremos una gran sorpresa. Si el CIS incluye indicadores para identificar los casos [tal y como estipula el Pacto Nacional contra la Violencia de G¨¦nero firmado este verano] los datos escandalizar¨¢n al pa¨ªs¡±, avanza. La pelota est¨¢ en el tejado del Gobierno, que debe implementar esta recomendaci¨®n para pormenorizar los datos y poner las agresiones sexuales blanco sobre negro, incluida en dicho pacto, firmado por todos los partidos antes del verano.
Obst¨¢culos institucionales
En paralelo al retrato pendiente, para atajar las agresiones es necesario que las denuncias aumenten. ¡°La baja denuncia es un serio problema en Europa, ya que muchas mujeres no cuentan a nadie la violencia que experimentan¡±, destacaba en 2015 la macroencuesta de la UE respondida por 42.000 mujeres. ¡°Una de cada cuatro v¨ªctimas de violencia no dom¨¦stica denuncian sus casos m¨¢s recientes a la polic¨ªa (¡) El 74% de los acosos sexuales nunca son denunciados a la polic¨ªa¡±, abunda esta encuesta.
La violencia f¨ªsica y sexual a las mujeres en Europa
62 millones de mujeres europeas (una de cada tres) han sufrido violencia desde los 15 a?os
13 millones de mujeres sufrieron violencia f¨ªsica en los 12 meses previos a la encuesta
Una de cada 5 mujeres (22%) ha sufrido violencia f¨ªsica o sexual de su pareja.
El 42% de las mujeres que sufrieron violencia de sus parejas estaba embarazada
El 73% de las mujeres v¨ªctimas de violencia f¨ªsica o sexual confes¨® que al menos uno de sus hijos era consciente de dicha violencia.
El 66% de las mujeres no inform¨® de los incidentes m¨¢s serios de violencia dom¨¦stica a la polic¨ªa.
Entre el 45% y el 55% de las mujeres europeas ha experimentado alguna forma de acoso sexual desde los 15 a?os de edad. En Espa?a el porcentaje se sit¨²a en el 50%.
Una de cada cinco mujeres ha sido objeto de tocamientos, abrazos o besos en contra de su voluntad desde los 15 a?os de edad.
Despu¨¦s de romper con una pareja, una de cada seis mujeres fue v¨ªctima de su excompa?ero.
Una de cada 10 mujeres ha sido acosada por su anterior pareja.
El 75% de las v¨ªctimas de acosos sexuales nunca report¨® a la polic¨ªa.
Fuente: Agencia Europea de Derechos Humanos (macroencuesta de la UE a 42.000 mujeres)
Episodios denigrantes debido a la sensaci¨®n de impunidad masculina se reproducen a diario, pero muchas mujeres pisan el freno para olvidarlos y evitar el farragoso proceso judicial. Distintas investigaciones ¡ªAmnist¨ªa Internacional, 2009; Save the Children, 2012; Fundaci¨®n para la Convivencia Aspacia, 2014; Sisma Mujer, 2013 y Mugarik, 2017¡ª subrayan una y otra vez los obst¨¢culos institucionales que afrontan las v¨ªctimas en los juzgados.
¡°Las v¨ªctimas no se sienten escuchadas. Todas perciben desconfianza hacia el sistema y los jueces reproducen mitos como culpar a las mujeres por estar borrachas o salir de noche¡±, lamenta Tania Sordo, abogada especializada en violencia de g¨¦nero. Fuentes policiales ratifican esta dejadez: ¡°Judicialmente se adolece de sensibilidad y se pasea al agresor por delante de la v¨ªctima¡±. La presidenta del Observatorio para la Violencia de G¨¦nero, Mar¨ªa ?ngeles Carmona, admite los fallos del sistema, pero es optimista: ¡°Desde luego que tenemos fallos, pero seguiremos adelante. Una de las medidas pendientes es el dise?o de las instalaciones judiciales para que la v¨ªctima no se cruce con su agresor¡±.
El an¨¢lisis cr¨ªtico de la situaci¨®n tambi¨¦n es compartido por Carmen Due?as, portavoz de Igualdad del PP en el Congreso: ¡°Ser¨ªa absurdo no hacer autocr¨ªtica, quedan muchas cosas por hacer. Ha sido una violencia invisible que hay que sacar a la luz. Requiere de nuestro compromiso activo porque el repunte de actitudes impropias en adolescentes es muy claro¡±, explica sobre la laguna estad¨ªstica que espera el Gobierno corrija de una vez.
Tanto la directora del Instituto de la Mujer, Carmen Cer¨®n, como la delegada del Gobierno para la Violencia de G¨¦nero, Mar¨ªa Jos¨¦ Ord¨®?ez, han rechazado opinar para este reportaje.
Un elemento clave para comenzar a revertir la sensibilidad p¨²blica hacia las agresiones, abusos y acosos sexuales ser¨ªan las campa?as institucionales. De momento, el Gobierno est¨¢ lejos de los esfuerzos de Ejecutivos como el brit¨¢nico o el irland¨¦s, que difunden campa?as para reducir los ataques. O m¨¢s lejos a¨²n de la voluntad que demostr¨® el expresidente estadounidense Barack Obama cuando apoy¨® la campa?a It?s on us y dio un discurso para ¡°rechazar la silenciosa tolerancia hacia los asaltos sexuales y no aceptar lo inaceptable¡±.
Si la cifra de 1,4 millones de v¨ªctimas espa?olas puede resultar abultada (del total de 23,6 millones de mujeres), basta con echar un ojo al escalofriante dato de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS): el 35% de mujeres en el mundo han sufrido violencia f¨ªsica o sexual de la pareja o por terceros. A falta de una radiograf¨ªa institucional que ofrezca por fin la imagen real de la violencia sexual, la diputada ?lvarez es de las pocas que ofrece una cierta esperanza para vislumbrar mejoras: ¡°En este pa¨ªs no hemos enfocado las agresiones como una prioridad. Esta d¨¦cada que entra debe dar respuesta a estas agresiones y a la trata¡±.
Un caso de violencia extrema que el Gobierno ignora
De la cascada infinita de casos de violencia de g¨¦nero, hay uno que pende con especial peso sobre la conciencia colectiva del Gobierno por su reprobaci¨®n internacional. El Comit¨¦ de Naciones Unidas para la Eliminaci¨®n de la Discriminaci¨®n contra la Mujer (CEDAW) conden¨® a Espa?a en 2014 por no proteger a una mujer v¨ªctima de violencia de g¨¦nero y a su hija, de siete a?os, a la que el maltratador asesin¨® en 2003. La ONU exigi¨® al Gobierno una disculpa p¨²blica y que resarciera a la mujer, ?ngela Gonz¨¢lez, pero la respuesta oficial ha sido el silencio.
¡°Nadie desde el Gobierno ha pedido disculpas p¨²blicas ni ha indemnizado por el da?o¡±, resume su abogada, Gemma Fern¨¢ndez, de la organizaci¨®n Women?s link. Gonz¨¢lez hab¨ªa denunciado a su exmarido 30 veces por amenazas y agresiones, pero un juzgado permiti¨® que el hombre viera sin supervisi¨®n a la ni?a y en una de las visitas la mat¨® de tres disparos. Despu¨¦s se suicid¨®.
Hace tres a?os que la resoluci¨®n de Naciones Unidas censur¨® la actuaci¨®n del Ejecutivo, que considera que al ser un dictamen vinculante no est¨¢ obligada a cumplirla. Y sin embargo, Espa?a ingres¨® hace un mes como nuevo miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para el periodo 2018-2020, mientras ignora sus resoluciones. ¡°Para resultar cre¨ªble en la escena internacional, Espa?a debe mejorar su propia situaci¨®n de derechos humanos¡±, censuran fuentes de Amnist¨ªa Internacional. ¡°Es una hipocres¨ªa¡±, resume Fern¨¢ndez.
El caso cambi¨® la perspectiva de la violencia de g¨¦nero como un nuevo lenguaje vinculado a los derechos humanos y puso en el centro del debate a los ni?os y su especial vulneraci¨®n ante los asesinatos. Esto ¨²ltimo propici¨® que el Pacto contra la Violencia de G¨¦nero de los grupos pol¨ªticos reconociera a las madres de los ni?os asesinados como v¨ªctimas.
Catorce a?os despu¨¦s del crimen, el calvario judicial de Gonz¨¢lez sigue abierto en el Tribunal Supremo, al que el dictamen de la CEDAW dio ox¨ªgeno para reabrir la batalla por la reparaci¨®n del da?o. Despu¨¦s de aceptar en casaci¨®n el asunto este verano, el alto tribunal est¨¢ pendiente de fijar una fecha este oto?o para deliberar sobre si a la v¨ªctima le corresponden una disculpa y una indemnizaci¨®n, tal y como fijaron por unanimidad los 23 miembros del comit¨¦ con sede en Ginebra.
El acta del examen al que la CEDAW someti¨® a Espa?a hace dos a?os desvela la respuesta del Gobierno en boca de una de sus representantes. ¡°El Consejo de Estado ha recordado que para la jurisprudencia espa?ola las resoluciones del comit¨¦ CEDAW eran recomendaciones y no deber¨ªan ser consideradas obligatorias desde un punto de vista jur¨ªdico¡±. A esto un miembro de la CEDAW replic¨®: ¡°Aunque no sean obligatorias, implementar las resoluciones y conceder una compensaci¨®n demostrar¨ªa respeto por la capacidad de los tratados de derechos humanos y una fuerte decisi¨®n pol¨ªtica para defender a las v¨ªctimas de la violencia dom¨¦stica¡±.
La resoluci¨®n de la ONU en 2014 supuso la primera condena a un Estado firmante de la convenci¨®n. ¡°El comit¨¦ considera que el Estado parte [Espa?a] ha infringido los derechos de la autora [?ngela Gonz¨¢lez] y su hija fallecida (¡) la autora ha sufrido un da?o de suma gravedad y un perjuicio irreparable como consecuencia de la p¨¦rdida de su hija y las violaciones descritas. Adem¨¢s, sus esfuerzos por obtener una reparaci¨®n han resultado infructuosos¡±. Este dictamen ha abierto ahora una rendija en el Supremo despu¨¦s de continuos portazos por parte de la Audiencia Nacional, el Supremo y el Constitucional que han inadmitido los recursos de la v¨ªctima para que la Administraci¨®n reconozca que no protegi¨® a su ¨²nica hija.
¡°?ngela sufre y revive el asesinato de su hija cada vez que tiene que hablar sobre el caso. Es una herida abierta y vuelve a conectar con ese sentimiento de rabia y dolor¡±, concluye Fern¨¢ndez sobre la v¨ªctima, a la que el pasado septiembre recibi¨® el Defensor del Pueblo, Francisco Fern¨¢ndez. Su pelea judicial sigue de momento abierta.
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