Un juicio de 96 segundos
Las dos partes del proceso a La Manada sostienen que el v¨ªdeo prueba sus tesis: que fue sexo ¡®consentido¡¯, seg¨²n la defensa, y una violaci¨®n, como esgrime la acusaci¨®n
Tardar¨¢ en olvidarse, si se olvida, el juicio que esta semana se celebr¨® en Pamplona. Una ciudad cuyas fiestas, las m¨¢s internacionales de toda Espa?a, est¨¢ bajo el foco por constantes denuncias de abusos sexuales, y en donde el 6 de julio siempre hay una imagen que solapa a la del chupinazo: la de la chica que se levanta la camiseta a hombros de un chico mientras a su alrededor una marea de manos tratan de tocarle los pechos. Por eso cuando en la madrugada del 7 de julio, San Ferm¨ªn, una chica de 18 a?os denunci¨® una violaci¨®n por parte de cinco j¨®venes, todo el mundo, especialmente Pamplona, dijo basta. Aquello era una bomba nuclear. Y bajo las circunstancias extraordinarias de ese basta, y de una marea humana clamando ¡°yo s¨ª te creo¡±, se ha celebrado el juicio.
Pero no s¨®lo por eso ser¨¢ recordado. Pocas veces un tribunal tiene la oportunidad de ver el delito que se denuncia. Y eso quiz¨¢s es lo m¨¢s delicado de todo. El martes, los abogados de la defensa, los de las acusaciones particulares y los tres magistrados (dos hombres y una mujer), dedicaron cinco horas a escudri?ar 96 segundos de los v¨ªdeos grabados por los acusados. Fotograma a fotograma, intercalando comentarios y descripciones de los agentes de la Polic¨ªa Foral que ya lo hab¨ªan visto, con el objetivo de saber si la chica hab¨ªa dado el consentimiento para mantener relaciones o estaba siendo violada.
En esa sala blindada, con las ventanas empapeladas, se escudri?aban las reacciones de una chica de 18 a?os rodeada por cinco hombres: se discut¨ªa si el sonido que se escuchaba era un quejido o un gemido, si un movimiento de la mano es un acto reflejo o voluntario, si estaba disfrutando o estaba paralizada de miedo, si se mov¨ªa o no. Im¨¢genes que han sido interpretadas por agentes policiales en un informe de 200 p¨¢ginas para advertir de que la chica manten¨ªa una actitud ¡°pasiva y neutra¡±, que su actitud no era ¡°participativa¡± y que hubo ¡°humillaci¨®n y vejaci¨®n¡± hacia ella (algo que coincide con lo alegado por el instructor para decretar prisi¨®n incondicional). Fotogramas que expertos en lenguaje no verbal citados por la defensa entienden que demuestran que hubo consentimiento por parte de la joven, esgrimiendo seis segundos del v¨ªdeo en el que se percibe, seg¨²n ellos, ¡°sincronizaci¨®n de relaciones¡±.
En esos 96 segundos de siete v¨ªdeos realizados por los acusados (uno de ellos, el m¨¢s largo, rescatado tras ser borrado por Alfonso Jes¨²s Cabezuelo, militar, que seg¨²n Diario de Noticias dijo haberlo eliminado para que no lo viese su novia) est¨¢ el caso. ¡°Clar¨ªsimo¡± para las dos partes: una ¡°pel¨ªcula porno casera¡± para el abogado de los acusados, y una violaci¨®n grupal a una chica que se declar¨® en estado de shock en cuanto vio lo que empezaban a hacer los chicos. Hay hechos probados y admitidos por las dos partes: la joven y los acusados se conocieron en la Plaza del Castillo, entablaron conversaci¨®n y se colaron en un portal (el n¨²mero 5 de la calle Paulino Caballero, un portal moderno y amplio) aprovechando que entraba un vecino. Seg¨²n ellos, lo hicieron para mantener sexo; seg¨²n ella, porque cre¨ªa que iban a fumar un porro. La defensa esgrimi¨® que los chicos no ten¨ªan hach¨ªs encima (s¨ª hab¨ªan consumido coca¨ªna). Despu¨¦s de 20 minutos dentro, salieron solos del edificio: la dejaron desnuda y le robaron el tel¨¦fono m¨®vil. ¡°?Por qu¨¦?¡±, le preguntaron al que le rob¨®. ¡°No s¨¦, por avaricia¡±, respondi¨® Antonio Manuel Guerrero, guardia civil; ¨¦l tiene un Iphone 5 y el tel¨¦fono que rob¨® es de una gama peor.
Fuera de esa sala donde se confrontan las declaraciones de los acusados y de la chica, una multitud espera. Si la denuncia lleg¨® en un momento en el que la sociedad dijo basta, el juicio se ha presentado en medio de una gigantesca catarsis provocada por las denuncias de violaciones y abusos sexuales por parte de un poderoso productor de cine de Hollywood, Harvey Weinstein. ¡°Yo s¨ª te creo¡± es el lema de decenas de miles de personas que se han manifestado en las calles y en las redes sociales para apoyar a la joven y denunciar que sea ella la juzgada socialmente atendiendo a criterios machistas.
Se han empapelado ¨¢rboles y paredes con los rostros de los acusados, y el jueves por la noche aparecieron cinco mu?ecos colgados de un puente con un cartel que ped¨ªa, parad¨®jicamente, justicia. El antes (los mensajes de Whatsapp con desprecios continuos a las mujeres y alusiones constantes a violaciones, el v¨ªdeo grabado mientras abusaban de una chica inconsciente en Pozoblanco) y el despu¨¦s (dejar a la chica desnuda rob¨¢ndole el m¨®vil) dejan clara una cosa: si los cinco acusados no violaron a la joven, crearon todas las circunstancias para que lo pareciese. Lo que el Tribunal dirime es el ¡°durante¡±, y ni con las im¨¢genes del presunto delito delante se ponen de acuerdo las partes. A partir de este lunes se empezar¨¢ a aclarar todo.
El lunes, 46 periodistas acreditados y 24 ciudadanos llenar¨¢n la sala de vistas en las dos ¨²nicas sesiones p¨²blicas del juicio. 60 personas que antes de entrar deber¨¢n dejar sus tel¨¦fonos m¨®viles, ordenadores, tablets, relojes, grabadoras y bol¨ªgrafos digitales con el objetivo de que no se grabe ninguna imagen y ning¨²n audio. Agentes de la Polic¨ªa Foral supervisar¨¢n en todo momento al p¨²blico para desalojar a quien incumpla las prohibiciones. Presentar¨¢n su informe definitivo, entre el lunes y el martes, el fiscal, la acusaci¨®n particular, dos acciones populares y tres defensas.
¡°?Qu¨¦ es normal?¡±
En el juicio han saltado muchas cosas por los aires, entre ellas la visi¨®n estereotipada de una violaci¨®n seg¨²n la cual esta se produce con una mujer resisti¨¦ndose y forcejeando. No es menos violaci¨®n si no hay resistencia, se ha repetido en la vista, del mismo modo que no hay un patr¨®n de conducta ¨²nico para una v¨ªctima de violaci¨®n, como parec¨ªa cuestionar uno de los abogados de la defensa que present¨® y retir¨® hasta en dos ocasiones un informe de un detective que sigui¨® a la chica para demostrar que su actitud era normal. "?Qu¨¦ es normal?", le preguntaron en el juicio. Otra cosa es si no se ofrece resistencia por ser sexo "consentido", como dice la defensa, o por entrar "en shock", como alega la denunciante. Respecto a la expresi¨®n "sexo consentido", Miquel Molina escrib¨ªa ayer en La Vanguardia: "El concepto de consentimiento sugiere que alguien, m¨¢s que participar activamente en un acto sexual, se deja hacer (...) La frontera entre lo que es una violaci¨®n y lo que es mantener relaciones sexuales por voluntad propia (parece que hay resistencia a considerar a las mujeres como un sujeto sexual activo) ser¨ªa m¨¢s di¨¢fana si, en lugar de usar la expresi¨®n jur¨ªdica de sexo consentido, habl¨¢ramos de sexo deseado".
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