El Congreso aborda en dos comisiones la injerencia rusa en Catalu?a
La vicepresidenta del Gobierno compareci¨® ante la de secretos oficiales, y el director del Centro de Comunicaci¨®n Estrat¨¦gica de la OTAN, en la de Seguridad Nacional
El Gobierno reconoci¨® hace un mes su preocupaci¨®n por la injerencia de hackers "de territorio ruso" y de Venezuela en la crisis catalana a trav¨¦s de las redes sociales, tras las informaciones publicadas por EL PA?S, y d¨ªas despu¨¦s el PSOE pidi¨® la comparecencia de la vicepresidenta, m¨¢xima responsable del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en la comisi¨®n de secretos oficiales. No obstante, el deber de confidencialidad hizo ayer guardar silencio a la salida, despu¨¦s de tres horas de reuni¨®n, a todos los partidos presentes, entre ellos los secesionistas ERC y PDeCAT.
La comparecencia de Janis Sarts, director del NATO STRATCOM, con sede en Riga (Letonia), ante la comisi¨®n mixta de Seguridad Nacional, s¨ª ofreci¨® m¨¢s detalles. Sarts fue sumamente cauto sobre la implicaci¨®n de Mosc¨² en la crisis catalana. Se limit¨® a se?alar que Catalu?a fue uno de los temas ¨¢lgidos en la red de bots (robots) vinculados a la "narrativa rusa" y que su centro no ha monitorizado esos mensajes porque solo trabaja en ingl¨¦s y ruso. Ademas, tampoco el Gobierno espa?ol se lo pidi¨®; lo que aprovech¨® para invitar a Espa?a a unirse al centro que dirige.
Sin embargo, asegur¨® que existen "amplias evidencias" de la vinculaci¨®n del Kremlin con las campa?as de desinformaci¨®n en Ucrania y Alemania (donde se invent¨® la presunta violaci¨®n de una ni?a rusa por refugiados) y aventur¨®, como opini¨®n personal, que los ataques contra la candidata dem¨®crata Hillary Clinton, durante la campa?a electoral estadounidense, no se habr¨ªan producido sin luz verde de "las m¨¢s altas instancias" de Mosc¨².
Luego, en una charla con periodistas, Sarts reiter¨® que, en una investigaci¨®n en la que rastreaban mensajes con palabras como "NATO", "Lituania", "Letonia" o "Estonia" en cuentas robotizadas relacionadas con Rusia, irrumpi¨® el tema de Catalu?a. La b¨²squeda se realiz¨® en mensajes escritos en ingl¨¦s y en ruso durante los meses de verano y los analistas llegaron a la conclusi¨®n de que un 85% de los contenidos en ruso proced¨ªa de robots, al igual que un 50% de los contenidos en ingl¨¦s. El responsable de la OTAN tambi¨¦n apunt¨® que algunos de sus principales impulsores, como Julian Assange, Edward Snowden o RT (Russia Today) han estado vinculados con campa?as rusas en el pasado en Estados Unidos o en otros lugares. "Eso es un hecho", subray¨®.
Sobre la intervenci¨®n del Kremlin, cree que es "bastante clara" en Ucrania y Alemania y que est¨¢n aflorando datos que apuntan en esa direcci¨®n en la investigaci¨®n que se desarrolla en Estados Unidos. "En otros casos no hay evidencias p¨²blicas que vinculen al Gobierno, s¨ª al territorio ruso [como origen de las falsas noticias], pero no m¨¢s all¨¢".
Lo que s¨ª existe, admite, es un patr¨®n com¨²n en estas campa?as y es c¨®mo los principales medios de comunicaci¨®n rusos, "bajo control directo o indirecto del Gobierno", se coordinan para impulsarlas. En todo caso, Sarts cree que si hubo injerencia del Kremlin en Catalu?a fue "una operaci¨®n peque?a en comparaci¨®n con otras".
En cuanto a propuestas de soluci¨®n a los ciberataques, Sarts sugiri¨® a los diferentes grupos parlamentarios que deben "aumentar la concienciaci¨®n" sobre la gravedad del problema y "crear una narrativa nacional" fuerte capaz de responder con eficacias a estos fen¨®menos.
Tambi¨¦n reflexion¨® sobre el fondo de la cuesti¨®n con un argumento llamativo: "Los robots no tienen libertad de expresi¨®n". Sarts explic¨® que el complejo y delicado debate sobre la libertad de expresi¨®n en las redes, a la hora de atajar este problema, se puede sortear por el hecho de que la difusi¨®n sistem¨¢tica y masiva de mensajes interesados se hace mediante m¨¢quinas y, por tanto, hay margen para actuar. Como posible l¨ªnea de trabajo, la acci¨®n legal deber¨ªa centrarse, opin¨®, no en el contenido de los mensajes, sino en la modalidad de propagaci¨®n. Para ello ser¨ªa necesario superar las legislaciones nacionales y actuar en marcos m¨¢s amplios, como el europeo.
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