El Gobierno reh¨²sa tomar medidas para proteger a Espa?a de injerencias

A pesar de que las redes de injerencia rusas lograron en 2017 su objetivo de aprovechar la crisis catalana para trasladar una imagen negativa de Espa?a ante sus socios internacionales, el Gobierno y el Congreso no han tomado las medidas necesarias para remediar la vulnerabilidad en que queda el Estado, especialmente ante elecciones generales o un refer¨¦ndum de reforma constitucional. El presupuesto de la Comisi¨®n Europea para proteger de injerencias a los pa¨ªses de la Uni¨®n es muy limitado y Espa?a no ha solicitado la cobertura del centro de an¨¢lisis estrat¨¦gico de la OTAN contra la desinformaci¨®n. El resultado es que Espa?a queda desprotegida, dada la constante intromisi¨®n no s¨®lo de medios y organizaciones rusas, sino tambi¨¦n del entorno chavista.

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Las redes rusas efectuaron entre septiembre y octubre un ataque en redes sociales a Espa?a con la intenci¨®n de agravar la crisis catalana y avivar la divisi¨®n por medio de noticias falsas o exageradas, amplificadas con el uso de cuentas automatizadas, conocidas como bots. Su objetivo principal en aquellas fechas era darle a los independentistas la impresi¨®n de que su pulso contra Espa?a era realista y ten¨ªa un apoyo internacional del que en realidad carec¨ªan. Tambi¨¦n retrataron a Espa?a como un Estado autoritario y en descomposici¨®n, una forma de da?ar la imagen de este pa¨ªs y de la UE en todo el mundo.

Un an¨¢lisis de EL PA?S y la Universidad de George Washington escrut¨® cinco millones de mensajes en Twitter sobre la crisis catalana, llegando a la conclusi¨®n de que hubo 4.800 bots en la ¨®rbita rusa programado constantemente informaciones falsas o manipuladas con titulares como ¡°Kosovo llev¨® a Catalu?a¡±, ¡°Catalu?a tendr¨¢ un efecto domin¨® y habr¨¢ 45 nuevos pa¨ªses en Europa¡± o ¡°Doce pa¨ªses apoyan la independencia de Catalu?a¡±.

Ante esta agresi¨®n, la vicepresidenta Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa anunci¨® el pasado d¨ªa 13 la creaci¨®n en 2018 de un Centro de Operaciones de Seguridad (COS) para proteger las redes inform¨¢ticas de la Administraci¨®n p¨²blica ante ciberataques. Su funci¨®n ser¨¢ vigilar el ciberespacio 24 horas al d¨ªa siete d¨ªas a la semana, como hacen los controladores a¨¦reos, seg¨²n explic¨® Luis Jim¨¦nez, subdirector del Centro Criptol¨®gico Nacional (CCN), el organismo del servicio secreto CNI que hasta ahora cumpl¨ªa esta funci¨®n.

La creaci¨®n del COS completa una mara?a de centros, algunos con competencias solapadas, que incluye tambi¨¦n al CERTSI (Equipo de Respuesta de Emergencias Cibern¨¦ticas de Seguridad e Industria), competente en la protecci¨®n de las redes de ciudadanos, empresas e infraestructuras cr¨ªticas (electricidad, energ¨ªa, transporte, etc) y dependiente de los Ministerios de Agenda Digital e Interior; y el Mando de Ciberdefensa, responsable de proteger las redes de las Fuerzas Armadas.

Ninguno de ellos se ocupa, sin embargo, de combatir la difusi¨®n de noticias falsas en las redes sociales a pesar de que estas, cuando tienen como objetivo la desestabilizaci¨®n, ¡°pueden representar una amenaza para la seguridad de los estados¡±, seg¨²n una proposici¨®n no de ley (PNL) presentada por el Grupo Popular en el Congreso el pasado d¨ªa 18.

La ministra de Defensa, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, anunci¨® a principios de mes que propondr¨ªa al Congreso la creaci¨®n de un ¡°grupo de trabajo¡± con parlamentarios y editores de los principales medios de comunicaci¨®n para analizar lo que denomin¨® ¡°guerra de la informaci¨®n¡± y proponer medidas para atajarla.

Sorprendentemente, esta idea no figura en la PNL de su partido. Lo que propone el PP es elaborar m¨¦todos para identificar y ¡°sellar¡± las falsas noticias (no explica si se trata de eliminarlas o etiquetarlas); atribuir a los ¡°servicios encargados de la seguridad p¨²blica¡± (se supone que fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia) ¡°sistemas de vigilancia, monitorizaci¨®n, mitigaci¨®n y respuesta ante acciones extranjeras¡± desestabilizadoras; promover un acuerdo internacional contra la desinformaci¨®n como amenaza global a los sistemas democr¨¢ticos; y ¡°reforzar la comunicaci¨®n estrat¨¦gica¡± para hacer frente a campa?as de actores hostiles contra pa¨ªses de la UE.

La ambici¨®n y ambig¨¹edad de la propuesta del PP contrasta con la t¨ªmida respuesta ante la injerencia rusa en la crisis catalana. El Gobierno abord¨® la cuesti¨®n en la Comisi¨®n de Secretos Oficiales y jurament¨® a los diputados de la misma a que guardaran mutismo absoluto por temor a que la filtraci¨®n de que sus datos apuntan a la autor¨ªa de Mosc¨² pudiese molestar al Kremlin y provocar un incidente diplom¨¢tico.

A nivel internacional, dos son los organismos que pueden amparar a Espa?a ante posibles injerencias. Por un lado, la Uni¨®n Europea y por otro la OTAN. La alta representante para la Pol¨ªtica Exterior de la Uni¨®n Europea, Federica Mogherini, anunci¨® recientemente que en 2018 dedicar¨¢ 1,1 millones a combatir la desinformaci¨®n y las injerencias extracomunitarias. De su departamento depende un grupo de especialistas, el East Stratcom Task Force, que sigue las redes sociales a la b¨²squeda de bulos que tengan como finalidad la desestabilizaci¨®n pol¨ªtica. Hasta ahora ese departamento no ten¨ªa un presupuesto esp¨¦c¨ªfico, a pesar de las peticiones de diversos europarlamentarios preocupados por la injerencia rusa.

Respecto a la OTAN, existe un Centro de Comunicaciones Estrat¨¦gicas que presta servicio de defensa digital, pero al que el pa¨ªs en cuesti¨®n debe solicitar el ingreso con el pago correspondiente adicional al gasto militar. Ese centro, con un presupuesto total anual de cinco millones de euros, presta servicio no s¨®lo a las rep¨²blicas b¨¢lticas y los pa¨ªses n¨®rdicos, m¨¢s expuestos a la agresi¨®n rusa, sino tambi¨¦n a Francia, Italia, Reino Unido y Alemania. Espa?a no participa, por lo que entre sus empleados no hay nadie que se dedique a seguir al detalle las informaciones publicadas por el entorno de RT y Sputnik en espa?ol, y su impacto en redes.

Ambos organismos internacionales manejan cifras que permiten hacerse una idea de la magnitud de la maquinaria de injerencia y desinformaci¨®n rusa: el Kremlin invierte hasta 1.000 millones de euros anuales en sus medios informativos p¨²blicos. RT tiene presencia en 100 pa¨ªses y Sputnik publica noticias en 33 idiomas. El gobierno ruso da mayor impacto a sus bulos y noticias falsas con lo que se conoce como 'granjas de trolls', empresas an¨®nimas que utilizan perfiles falsos y automatizados para dominar los algoritmos de las redes sociales y alcanzar el mayor impacto posible.