Perfilando al asesino
Un equipo de psicologos de la Guardia Civil asesor¨® a los investigadores del caso de Diana Quer para enfrentarse al presunto homicida
Desde una perspectiva criminol¨®gica se entiende que ¡°cuanto m¨¢s riesgo ha asumido una v¨ªctima aumenta el n¨²mero de autores potenciales, es decir, hay m¨¢s probabilidad de que pueda ser cualquiera, de que lo ocurrido se deba a un encuentro fortuito. Y a la inversa: si alguien es atacado a plena luz del d¨ªa en un lugar concurrido, es m¨¢s probable que el autor sea de su entorno¡±. Desde una perspectiva psicol¨®gica, se interpreta que ¡°cuanto m¨¢s se quiere uno a s¨ª mismo, menos quiere a los dem¨¢s¡±. Ambos principios b¨¢sicos, entre otros muchos aplicados por un equipo de psic¨®logos de la Guardia Civil, sirvieron para abrir y cerrar hip¨®tesis y cercar al homicida en el caso de la desaparici¨®n de la joven madrile?a Diana Quer el 22 de agosto de 2016, en A Pobra de Carami?al (A Coru?a). El 30 de diciembre era detenido Jos¨¦ Enrique Abu¨ªn, El Chicle; y al amanecer del ¨²ltimo d¨ªa del a?o se localizaba el cuerpo de la chica en un dep¨®sito de agua de Asados (Rianxo). Pero 500 d¨ªas antes de eso, los investigadores tuvieron que empezar a conocer muchas cosas de la personalidad de la v¨ªctima y de su presunto agresor.
La Secci¨®n de An¨¢lisis del Comportamiento Delictivo de la Unidad T¨¦cnica de Polic¨ªa Judicial de la Guardia Civil la componen cuatro psic¨®logos y un crimin¨®logo. Su misi¨®n, desde que fue creada en 1994, es apoyar a los investigadores y analizar todos los aspectos de la personalidad de la v¨ªctima y del sospechoso que sirvan para priorizar las hip¨®tesis y l¨ªneas de investigaci¨®n, tambi¨¦n las estrategias para actuar sobre los presuntos implicados y aportar detalles que apuntalen los indicios incriminatorios. Casi siempre se les llama para elaborar un perfil en cr¨ªmenes de autor desconocido, casos en punto muerto. Los responsables de la investigaci¨®n de la desaparici¨®n de Diana Quer, el 22 de agosto de 2016 en A Pobra de Carami?al, les llamaron hace unas semanas. La denuncia por una agresi¨®n de una joven en Boiro (A Coru?a) el 29 de diciembre les hizo sospechar que pod¨ªa tratarse del tipo que figuraba en su lista como ¡°sospechoso n¨²mero uno¡±, Abu¨ªn.
Un caso claro
En un caso que los investigadores aseguran que ten¨ªan claro, pero que un juez archiv¨® en abril ¡°por falta de pruebas¡±, no se pod¨ªan permitir fisuras. Los psic¨®logos llegados de Madrid jugaron un papel crucial, seg¨²n dijo el coronel S¨¢nchez Corb¨ª, despu¨¦s de que El Chicle confesara y ubicara el cuerpo de la joven en un dep¨®sito de agua de una antigua nave de Asados (Rianxo). All¨ª la encontraron, sumergida, desnuda y atada a dos bloques de hormig¨®n. Casi 500 d¨ªas despu¨¦s el caso quedaba listo para ser juzgado, y unos padres vapuleados por los medios pod¨ªan por fin enterrar a su hija este jueves y descansar.
De El Chicle los investigadores lo sab¨ªan casi todo tras m¨¢s de un a?o sigui¨¦ndole los pasos. Conoc¨ªan su fanfarroner¨ªa, sus escarceos, sus infidelidades, su desapego hacia su mujer y su hija, su apego a sus padres, sus aficiones al running y a los coches, su tendencia a exhibir p¨²blicamente lo que para ¨¦l eran logros pero, sobre todo, conoc¨ªan sus preocupaciones: ¡°Sab¨ªa que le segu¨ªan y actuaba en consecuencia¡±. Todo eso fue clave en un interrogatorio en el que los agentes midieron muy bien los tiempos: 72 horas que dijera d¨®nde hab¨ªa dejado el cuerpo. ¡°Al quedarse sin la coartada de su mujer, tuvo que reconocer que la hab¨ªa matado, pero dijo haberla atropellado y arrojado su cuerpo en un lugar en el que no pod¨ªa ser encontrado: unas tierras movidas, una r¨ªa... Quer¨ªa convertir el caso en otro Marta del Castillo¡±, dice un investigador.
Ante ese previsible comportamiento mentiroso los psic¨®logos les asesoraron. Ten¨ªan que ganarse su confianza. Hab¨ªa que dejarle hablar de ¨¦l, para que se sintiera c¨®modo porque le gustaba hablar de s¨ª mismo. Y que, poco a poco, le fueran poniendo frente a sus contradicciones. Al final, El Chicle, desesperado y acorralado, confesar¨ªa el lugar en el que estaba el cuerpo convencido de que esa familia no se merec¨ªa no poder enterrar a su hija. Como un ¨²ltimo acto de bondad. Incluso lleg¨® a agradecerles a los investigadores la liberaci¨®n que sent¨ªa al finalizar el interrogatorio.
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