La ambici¨®n enterr¨® la carrera de El Mulo como lanchero de coca
Rafael Bugallo cay¨® en dos descargas crey¨¦ndose m¨¢s listo que la polic¨ªa
Con 60 a?os, el piloto de planeadoras Rafael Bugallo, apodado El Mulo por su corpulencia f¨ªsica, llevaba m¨¢s de media vida trabajando a destajo para los capos, primero del tabaco, y luego del hach¨ªs y la coca¨ªna, a cambio de una comisi¨®n en dinero o mercanc¨ªa. Acostumbrado a esquivar a la muerte y la polic¨ªa, este curtido marinero se convirti¨® en una leyenda cuando a golpe de redadas empezaron a entrar en la c¨¢rcel los grandes jefes del narcotr¨¢fico y se desmoronaban sus organizaciones, mientras El Mulo lograba salir indemne.
En la localidad de Cambados (Pontevedra), donde siempre residi¨®, creo su propia escuela de transportistas, uno de los grupos m¨¢s demandados que contaba con expertos mec¨¢nicos de motores, t¨¦cnicos en comunicaciones y todo lo necesario para el pertrecho de las lanchas que ten¨ªan que navegar varios d¨ªas hasta alcanzar a mitad del Atl¨¢ntico el barco nodriza y luego descargarlo en alguna cala de las R¨ªas Baixas. Para este viaje se necesita mucha preparaci¨®n y destreza, una profesi¨®n peligrosa que se cobr¨® muchas vidas en huidas y persecuciones de la polic¨ªa. Pero en 2008, cuando el narcotr¨¢fico estaba en plena ebullici¨®n despu¨¦s de una temporada de tregua por los efectos de continuas operaciones antidroga, El Mulo y su gente cometieron un error, creyendo que la polic¨ªa no controlaba sus movimientos mientras preparaban una descarga de 3,6 toneladas de coca¨ªna, que en aquellos momentos se pagaba en primera venta a 32.000 el kilo.
El fallo en las comunicaciones entre los lancheros hizo fracasar el desembarco y aunque intentaron salvar el alijo fonde¨¢ndolo en la r¨ªa de Vigo y destruir las pruebas quemando la planeadora en la playa de A Lanzada (O Grove), la polic¨ªa y Aduanas acabaron implicando a El Mulo. Ahora, diez a?os despu¨¦s de aquel episodio, Bugallo acaba de ser condenado a 8 a?os y seis meses de prisi¨®n y a pagar una multa 256 millones de euros. Diez de sus colaboradores tambi¨¦n fueron condenados.
Casi un a?o antes, la polic¨ªa presentaba un atestado en un juzgado para solicitar el pinchazo de los tel¨¦fonos m¨®viles de El Mulo y sus hombres, bas¨¢ndose en informaciones de confidentes: ¡°A la vista del atestado presentado por la Udyco Pontevedra, se expone una informaci¨®n confidencial recabada de varias fuentes que, en resumen, pone de manifiesto que los sospechosos constituyen una organizaci¨®n dedicada a la recepci¨®n en el mar y desembarco por la costa gallega, por medio de lanchas r¨¢pidas, de coca¨ªna en cantidad notoria, para su ocultaci¨®n y posterior distribuci¨®n. Igualmente, dicha informaci¨®n apunta que en una nave situada en Meis estar¨ªan ocultando una embarcaci¨®n dotada de potentes motores destinada a tal il¨ªcita actividad, as¨ª como, posiblemente, la droga que transporten e introduzcan¡±.
A?ad¨ªa el atestado que se aport¨® como prueba en el juicio que ¡°la misma fuente se?ala que la organizaci¨®n investigada se encuentra desde hace unos meses preparando una operaci¨®n para la recepci¨®n, desembarco y ocultaci¨®n de un alijo de entre tres y cuatro mil kilogramos de coca¨ªna, para lo cual ha estado efectuando gestiones para la localizaci¨®n de un barco que se encargara de recoger el alijo desde la embarcaci¨®n nodriza para acercarla a la lancha de propulsi¨®n r¨¢pida encargada de su desembarco, habi¨¦ndolo logrado¡±.
Tambi¨¦n apuntaba la polic¨ªa ¡°que en el marco de esas gestiones, tras las vigilancias y seguimientos llevados a cabo por los funcionarios identificados en el atestado, se han podido constatar que son frecuentes las citas que mantienen los sospechosos, reuniones rodeadas de una serie de cautelas destinadas a evitar su detecci¨®n¡±. Y concluye los investigadores que ¡°a mayor abundamiento, no hay constancia de v¨ªnculo laboral, profesional ni de otro tipo que justifique las reuniones mantenidas en la nave industrial, lo cual unido a los lugares donde las mismas se han desarrollado, as¨ª como a las cautelas adoptadas por los investigados, corrobora que su objeto no es sino la negociaci¨®n y los preparativos para el porte de la droga¡±.
Mientras esta causa avanzaba en el juzgado para implicar a El Mulo y su grupo, Bugallo, con otras 17 personas, organiz¨® otra descarga de 1.200 kilos de coca¨ªna que fue abortada en enero de 2015 y por la que desde entonces se encuentra en prisi¨®n a la espera del juicio y otra eventual condena de 24 a?os. Durante los registros de su chal¨¦ para localizar a El Mulo, que apareci¨® horas despu¨¦s escondido en un zulo detr¨¢s del armario de su dormitorio, la polic¨ªa encontr¨® un documento en el que detallaba pormenores de la descarga anterior, implicando, incluso al due?o de la droga que no lleg¨® a ser acusado. Este papel manuscrito fue una prueba de cargo contra Bugallo para condenarle.
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