Las garant¨ªas de Urkullu
El PP y el PSE optan por la prudencia tras el compromiso del lehendakari de que la reforma del Estatuto vasco ser¨¢ consensuada
Tres d¨ªas despu¨¦s de que el PNV presentara su controvertida propuesta de reforma del Estatuto vasco, el lehendakari I?igo Urkullu acot¨® el debate al asegurar que la reforma ser¨¢ ¡°consensuada entre diferentes pensamientos ideol¨®gicos; viable pol¨ªtica, legal y jur¨ªdicamente¡± y ¡°tendr¨¢ recorrido institucional¡±. Con esa declaraci¨®n, Urkullu se presenta como garante de un proceso de reforma estatutaria que ha reavivado el recelo del constitucionalismo, cuando no la hostilidad, por la introducci¨®n del ¡°derecho a decidir¡±, eufemismo con el que el independentismo catal¨¢n camufl¨® el derecho a la autodeterminaci¨®n en un desaf¨ªo que no se ha cerrado a¨²n.
Ante los recelos y rechazos a un proceso cuyo debate se alargar¨¢ durante este a?o si los partidos vascos llegan a un acuerdo, Urkullu decidi¨® fortalecer sus garant¨ªas ¡ªconsenso entre nacionalistas y no nacionalistas y legalidad¡ª, haci¨¦ndolas p¨²blicas con una declaraci¨®n y no limit¨¢ndose a trasladarlas privadamente a los socialistas y al PP. ¡°Tenemos garant¨ªas. No estamos intranquilos porque el Gobierno vasco no va a cometer ninguna ilegalidad. Tenemos la experiencia del tiempo que perdimos con el Plan Ibarretxe y, m¨¢s reciente, a¨²n, la dram¨¢tica situaci¨®n en Catalu?a que ha llevado a la ruptura y al enfrentamiento. Urkullu, y tambi¨¦n el PNV, saben el l¨ªmite al que pueden llegar, se?alan fuentes de la direcci¨®n del PSE, que comparte el Gobierno vasco con el PNV.
El PP, aunque no oculta su preocupaci¨®n porque ¡°el PNV puede meterse en un callej¨®n del que no pueda salir¡±, ha decidido ¡°juzgar por los hechos¡± y ha optado por la ¡°prudencia y cautela¡±, seg¨²n su l¨ªder vasco, Alfonso Alonso. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le avala.
Urkullu trata de convencer al constitucionalismo de que su proceso no es equiparable al del secesionismo catal¨¢n. La reforma vasca obedece a un compromiso electoral del PNV y del propio lehendakari porque Euskadi qued¨® fuera de las reformas estatutarias de hace una d¨¦cada por el fallido Plan Ibarretxe y lleva casi 40 a?os con un texto sin adaptarse a los cambios pol¨ªticos y sociales generados en este tiempo.
Papel moderador
Una diferencia entre el proceso reformista que se abre en Euskadi y el de Catalu?a es el papel del lehendakari, que se reserva el de garante y moderador y no impulsor del mismo. As¨ª lo acord¨® Urkullu con sus socios socialistas durante la formaci¨®n del Gobierno vasco. Ser¨¢n, por tanto, los grupos parlamentarios los que protagonizar¨¢n el debate, y el lehendakari lo supervisar¨¢.
En contraste, en el proceso catal¨¢n fueron los presidentes Artur Mas y luego Carles Puigdemont quienes impulsaron el proceso secesionista, espoleados por ERC y las plataformas soberanistas. Ya antes, en 2004, el presidente Pasqual Maragall espole¨® la reforma del Estatut de Sau sin control, en plena competici¨®n entre ERC y CiU, sin fijar unas l¨ªneas rojas que marcaran los l¨ªmites del encaje constitucional.
El criterio de consenso transversal del lehendakari marca otra diferencia sustancial con el proceso catal¨¢n, cuyo motor ha sido el pacto entre partidos soberanistas. Urkullu descarta un acuerdo de reforma limitado a los partidos nacionalistas, PNV y Bildu, con el aditamento de Podemos, en base al derecho a decidir. Rechaza abiertamente esta f¨®rmula. La actitud del PNV y el fiasco soberanista en Catalu?a han obligado, incluso, a Bildu a modular su posici¨®n rupturista y no plantear a priori la consulta de autodeterminaci¨®n a la catalana.
Adem¨¢s, la controvertida propuesta de reforma del PNV ¡°se gu¨ªa por los conceptos tradicionales de la reintegraci¨®n foral plena, los derechos hist¨®ricos, reconocidos en la Constituci¨®n, y no por el m¨¢s reciente derecho a la autodeterminaci¨®n que ha orientado el proceso catal¨¢n¡± se?alan fuentes nacionalistas.
Queda por delante un a?o de debate en el que los grupos parlamentarios vascos tratar¨¢n de lograr un texto unificado. Ese texto tendr¨¢ que ser negociado, posteriormente, con las instituciones centrales y refrendado.
Tampoco resulta el momento m¨¢s propicio para que Euskadi aborde una reforma estatutaria, admiten fuentes nacionalistas. El proceso secesionista catal¨¢n ha exacerbado el rechazo generalizado en Espa?a no solo al independentismo; tambi¨¦n, por extensi¨®n, al nacionalismo, al que se percibe como insolidario.
Ciudadanos, que en Euskadi no tiene representaci¨®n parlamentaria, est¨¢ tratando de capitalizar, frente al PP, esa corriente, tras su victoria en las elecciones catalanas y califica la propuesta del PNV de Ibarretxe-2. ¡°Nuestro temor es que la nueva visi¨®n neocentralizadora arraigue tanto que afecte al PP y a los socialistas¡±, se?alan fuentes nacionalistas vascas.
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