?Hay que repartir los votos de otra forma?
PP y PSOE han dado carpetazo a la propuesta de Podemos y Ciudadanos de cambiar la f¨®rmula electoral de asignaci¨®n de esca?os, pero los nuevos partidos insisten en la injusticia y falta de proporcionalidad del sistema actual
La reuni¨®n de Ciudadanos y el PP el pasado mi¨¦rcoles dinamit¨® la posibilidad de una reforma electoral inmediata, pero no agota el debate sobre si Espa?a necesita un sistema de reparto de los esca?os m¨¢s proporcional que el vigente. El carpetazo sigue dejando abierta la pregunta inicial: ?Ha llegado la hora de cambiar? En las ¨²ltimas elecciones generales, al PP le cost¨® cada esca?o 57.709 votos; al PSOE, 63.820; a Podemos, 71.123; y a Ciudadanos, 97.617. Teniendo en cuenta el actual esquema de voto con cuatro partidos con aspiraciones de Gobierno, ?es injusto este resultado? ?Hay una alternativa mejor?
¡°El sistema electoral actual fue dise?ado durante la Transici¨®n para garantizar la estabilidad y la gobernabilidad en una democracia naciente y para permitir que la UCD de Adolfo Su¨¢rez fuera el pilar del nuevo Congreso¡±, se?ala Pablo Echenique, secretario de Organizaci¨®n de Podemos ¡ªel partido del que ha surgido la propuesta de reforma¡ª. Se configur¨® con 52 circunscripciones provinciales de distinto tama?o y poblaci¨®n que sobrerrepresentan el voto rural de la Espa?a despoblada, tradicionalmente m¨¢s conservador que el urbano, y con un modelo que es mucho m¨¢s proporcional en unos distritos que en otros. ¡°En una situaci¨®n electoral radicalmente distinta, creemos que lo m¨¢s justo es mejorar la proporcionalidad¡±, defiende Echenique.
Durante 40 a?os el sistema ha funcionado con relativa calma. Como la ingenier¨ªa electoral es impredecible ¡ªporque el comportamiento de los votantes lo es¡ª, dentro del mismo sistema nacido para proteger a UCD ese mismo partido ha desaparecido, el PSOE logr¨® una mayor¨ªa absoluta aplastante en 1982, populares y socialistas se han ido alternando en el poder, los nacionalistas y regionalistas han tenido su lugar¡ y solo los partidos nacionales peque?os, como Izquierda Unida o UPyD, se han quejado. No han podido actuar como partidos bisagra, papel que han ocupado los nacionalistas, porque al tener disperso el voto les resultaba muy costoso alcanzar esca?os en la mayor¨ªa de las circunscripciones. En 2008, por ejemplo, con casi un mill¨®n de votos, IU solo logr¨® dos esca?os mientras CiU ten¨ªa 10 con 779.000 votos. ¡°Viv¨ªamos en una herida electoral perpetua¡±, recuerda Gaspar Llamazares, coordinador general de la formaci¨®n entre 2000 y 2008. ¡°Pero el resto de los partidos estaban muy c¨®modos, de forma que sobre este tema ha habido un debate acad¨¦mico pero no pol¨ªtico. Espero que ahora se abra¡±.
Sainte-Lagu? y D'Hondt
Los polit¨®logos coinciden en que la proporcionalidad del sistema electoral espa?ol es mejorable. El Consejo de Estado ya constat¨® en 2009, en un informe sobre las posibilidades de una reforma del mismo, que ¨¦ste ten¨ªa ¡°desajustes importantes en la correspondencia entre el n¨²mero de esca?os y el n¨²mero de votos¡±.
Casi 10 a?os despu¨¦s, Podemos y Ciudadanos, enfrentados en casi todo, han propuesto hacer solo una peque?a modificaci¨®n en la ley electoral, un cambio que no exige una reforma de la Constituci¨®n: utilizar una f¨®rmula matem¨¢tica distinta ¡ªla m¨¢s proporcional Sainte-Lagu? en vez de la vigente D'Hondt¡ª para asignar los esca?os en cada circunscripci¨®n. Este cambio mejorar¨ªa la proporcionalidad general y permitir¨ªa que en algunas provincias peque?as entrara un tercer o cuarto partido ¡ªque podr¨ªa ser Podemos o Ciudadanos, pero tambi¨¦n cualquier otro peque?o y regional que pudiera surgir¡ª.
Con la propuesta de Podemos y Ciudadanos habr¨ªan bailado 21 de las 52 circunscripciones en las ¨²ltimas elecciones. Ciudadanos ganar¨ªa 12 esca?os y Podemos 6, mientras que el PSOE se dejar¨ªa 1 y el PP, 15. El cambio afectar¨ªa a Albacete, Burgos, C¨¢ceres y Huelva, que reparten solo cuatro esca?os cada uno, pero tambi¨¦n a Madrid y Sevilla, que est¨¢n entre las circunscripciones m¨¢s grandes.
Quedan fuera de la propuesta otras dos posibilidades que suelen plantearse para mejorar la proporcionalidad, recomendadas en aquel informe del Consejo de Estado, y que no necesitan tampoco de un cambio constitucional: aumentar el n¨²mero de diputados de 350 a 400 ¡ªalgo que a los partidos les cuesta proponer por la gran desafecci¨®n de la poblaci¨®n espa?ola hacia su clase pol¨ªtica¡ª o bajar el m¨ªnimo de esca?os por provincia de dos a uno.
¡°Nosotros hemos tratado de ser pragm¨¢ticos, y por eso hemos propuesto cambiar solo la f¨®rmula electoral¡±, explica Echenique. ¡°Aumentar el n¨²mero de diputados o reducir el n¨²mero de esca?os que le corresponden a Soria o Teruel es m¨¢s complicado, exige un mayor debate social y, sobre todo, no mejora tan sustancialmente la proporcionalidad global. Hemos hecho simulaciones num¨¦ricas con los resultados de 2016 cambiando variables: f¨®rmula electoral, n¨²mero de diputados y esca?os por provincia, y la m¨¢s sencilla y la que m¨¢s hace mejorar la proporcionalidad es la primera. Las otras dos no producen cambios significativos. Con la nuestra, adem¨¢s, no se toca el principio de territorialidad: las provincias quedan con la misma representaci¨®n¡±.
El PP y Jos¨¦ Luis ?balos, del PSOE, han criticado la propuesta se?alando que ataca los derechos de la Espa?a despoblada, pero se han basado en una premisa falsa. La propuesta no toca el n¨²mero de esca?os de ninguna provincia. Simplemente modifica c¨®mo se reparten los diputados dentro de cada una de ellas. Si a Soria le corresponden ahora dos esca?os, los seguir¨¢ teniendo. Lo ¨²nico que podr¨ªa cambiar es a qu¨¦ partidos se asignan esos dos.
La clave: la provincia
Alberto Penad¨¦s, polit¨®logo de la Universidad de Salamanca y autor junto a Jos¨¦ Manuel Pav¨ªa de La reforma electoral perfecta, asegura que ¡°no tiene sentido una reforma en la que solo se cambie la f¨®rmula matem¨¢tica porque el verdadero problema del sistema espa?ol son los distritos peque?os¡±. Su colega Cristina Ares, de la Universidad de Santiago de Compostela, abunda en la idea: ¡°Es leg¨ªtimo que Ciudadanos y Podemos promuevan esta reforma, pero la forma de enfocarla no me parece del todo adecuada. Deber¨ªan demostrar una mayor preocupaci¨®n por resolver el problema fundamental del sistema: que el voto de algunos ciudadanos cuenta mucho m¨¢s que el de otros. Y el elemento que m¨¢s afecta a la proporcionalidad no es la f¨®rmula para la conversi¨®n de votos en esca?os sino el tama?o de las circunscripciones¡±.
Hay quien habla de circunscripciones auton¨®micas; quien plantea una nueva divisi¨®n del territorio en distritos homog¨¦neos en cuanto a su poblaci¨®n; quien habla de dobles vueltas o de sistemas mixtos como el alem¨¢n, que mezcla una votaci¨®n con sistema mayoritario en distritos peque?os con una lista nacional proporcional... Si se abre la posibilidad de un cambio constitucional, las opciones son infinitas.
Echenique responde: ¡°Una reforma de la Constituci¨®n es larga y complicada, y las leyes electorales son injustas en cada elecci¨®n. ?Por qu¨¦ no optar por una soluci¨®n sencilla que se puede poner ya en pr¨¢ctica? Nosotros hemos elegido Sainte-Lagu? porque no presenta aberraciones, se ha probado en otros pa¨ªses, se parece bastante a D'Hondt y aumenta la proporcionalidad de forma notable, pero no somos militantes de esta f¨®rmula. Si alguien tiene otra, debatamos sobre ello¡±.
Su propuesta tambi¨¦n producir¨ªa disfunciones. En Segovia, por ejemplo, que reparte tres esca?os, el PP, que logr¨® el 45,46% de los votos en 2016 ceder¨ªa uno de sus dos esca?os a Ciudadanos, que fue la tercera fuerza en la provincia con solo el 15,32%. En Huelva pasa algo parecido: el PSOE logr¨® casi el 36% de los votos y el PP el 33,4%, y obtuvieron dos actas de diputado cada uno (Podemos se llev¨® la quinta). Con Sainte-Lagu? el partido de Rajoy ceder¨ªa uno a Ciudadanos, que solo obtuvo el 11,7%. En el c¨®mputo global nacional, sin embargo, estos desarreglos se compensan, y es cierto que, si se busca una mayor proporcionalidad, Sainte-Lagu? lo logra en mayor medida que D'Hondt.
El PSOE dice que el cambio no se puede hacer as¨ª, a toda prisa, ¡°con la calculadora de esca?os en la mano¡±, argumenta Meritxell Batet, secretaria adjunta del grupo parlamentario. ¡°Estas no son formas. Nosotros hemos sido los que hemos impulsado una subcomisi¨®n en el Congreso para tratar este tema, porque nos interesa, y estamos trabajando en ello, pero por orden. Primero se han abordado las cuestiones que tienen que ver con los derechos de los ciudadanos, como mejorar el voto en el extranjero y el de las personas con discapacidad, y nos gustar¨ªa ir cerrando temas para poder avanzar legislativamente. Si Podemos y Ciudadanos quieren que el pr¨®ximo bloque sea el sistema electoral, perfecto, pero cambiar solo la f¨®rmula es un parche coyuntural. Si de verdad queremos mejorar la proporcionalidad, hay que cambiar la circunscripci¨®n, que deje de ser la provincia, y pensar en las distintas opciones y variables. Por otro lado, hay que contar con el PP. Se trata de leyes que exigen un consenso¡±.
La gobernabilidad
En todo caso, cualquier aumento de la proporcionalidad plantea problemas. Con m¨¢s fragmentaci¨®n, ?c¨®mo se garantizar¨ªa la gobernabilidad en un momento en el que las fuerzas pol¨ªticas sufren incluso para aprobar los presupuestos y el Congreso vive una par¨¢lisis legislativa?
El PP ¡ªque se ver¨ªa perjudicado, al menos seg¨²n el esquema de voto actual, por cualquier mejora en la proporcionalidad¡ª defiende que el sistema vigente ha funcionado bien. ¡°Todos los sistemas electorales son democr¨¢ticos¡±, dice Jos¨¦ Antonio Berm¨²dez de Castro, secretario general del Grupo Popular en el Congreso. ¡°El nuestro ha permitido la alternancia y la pluralidad. ?Se puede mejorar la proporcionalidad? S¨ª, y estamos dispuestos a estudiar f¨®rmulas, pero siempre y cuando no perjudiquen la gobernabilidad¡±. Con la calculadora de Sainte-Lagu? en la mano, la suma de PP, Ciudadanos y PNV en 2016 se quedar¨ªa lejos de la mayor¨ªa necesaria para sacar adelante los presupuestos.
¡°Las mayor¨ªas absolutas se han acabado por ahora¡±, responde Echenique. ¡°Sin D'Hondt y tambi¨¦n con D'Hondt. Nos toca madurar, aprender democracia y llegar a acuerdos, y no nos parece justo seguir con un sistema que favorece de forma clara a un partido¡±.
Ciudadanos no renuncia a la reforma ni asume como propia la f¨®rmula de Podemos. ¡°Estamos estudiando otros escenarios¡±, dice su secretario general, Jos¨¦ Manuel Villegas. ¡°Seguiremos trabajando en la subcomisi¨®n, pero tenemos claro que no va a ser f¨¢cil. Tampoco hay que obsesionarse con las cuentas sobre el n¨²mero de esca?os que lograr¨ªamos, porque las circunstancias cambian, pero estamos convencidos de hay que mejorar el sistema electoral para hacerlo m¨¢s proporcional¡±.
El que hoy se siente beneficiado puede acabar perjudicado ma?ana. Por ejemplo, si el voto rural de la Espa?a despoblada empezara a pasar a Ciudadanos, al PP podr¨ªa favorecerle la f¨®rmula que hoy rechaza. Quiz¨¢ lo m¨¢s sensato para todos sea idear un sistema que garantice la gobernabilidad y un nivel razonable de proporcionalidad sin pensar solo en los resultados de 2016, que pueden cambiar radicalmente incluso dentro de dos a?os.
El origen: 1977 y su contexto
1977. El mundo pol¨ªtico se estaba creando de nuevo, y hab¨ªa que decidirlo todo. Tambi¨¦n el sistema electoral. ?Mayoritario? ?Proporcional? Los procuradores franquistas quer¨ªan un sistema mayoritario que instaurara un Ejecutivo fuerte y a ser posible conservador. El acuerdo alcanzado fue finalmente el siguiente, seg¨²n explicaban Jos¨¦ Ram¨®n Montero, catedr¨¢tico em¨¦rito de Ciencia Pol¨ªtica de la UAM y Pedro Riera, en un informe preparado para el Consejo de Estado en 2008: el Congreso se elegir¨ªa mediante una f¨®rmula proporcional pero con correctores y una barrera m¨ªnima de votos para poder llegar al Congreso, y adem¨¢s el distrito electoral ser¨ªa peque?o, la provincia. Qu¨¦ se pretend¨ªa: lograr Gobiernos y partidos fuertes y evitar una excesiva fragmentaci¨®n ¡ªpero a la vez garantizar que no se quedaran sin esca?os los partidos nacionalistas y regionalistas¡ª.
¡°Uno de ellos, ?scar Alzaga, ha reconocido que el encargo que recibieron consist¨ªa en dise?ar un conjunto de mecanismos que permitieran a la UCD alcanzar la mayor¨ªa absoluta en el Congreso con solo el 36%-37% de los votos, justamente el porcentaje que le auguraban las encuestas¡±, escrib¨ªan Montero y Riera. Las bases del sistema electoral se establecieron en un decreto ley de marzo de 1977, algunos principios se blindaron en la Constituci¨®n de 1978 y en 1985 se aprob¨® la Ley Org¨¢nica del R¨¦gimen Electoral general (LOREG).
La f¨®rmula matem¨¢tica elegida, D'Hondt, junto a la circunscripci¨®n ¡ª52 provincias muy desiguales en poblaci¨®n y esca?os¡ª provocaron, seg¨²n explica el polit¨®logo Alberto Penad¨¦s, que en realidad en Espa?a haya tres sistemas en uno. Un sistema mayoritario que opera de facto en las provincias m¨¢s peque?as que tienen de uno a cinco esca?os, un sistema proporcional en las m¨¢s grandes (con m¨¢s de 10 esca?os) y uno intermedio en las provincias medianas (a las que corresponden de seis a nueve diputados).
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