Los leones canijos que el Congreso repudi¨®
Tachados de peque?os y comparados con perros, los felinos de Jos¨¦ Bellver fueron instalados en el Jard¨ªn de Monforte de Valencia
Lejos del escenario principal de la democracia espa?ola, los debates parlamentarios y jornadas de tensi¨®n hist¨®ricas como la del 23-F, los otros leones del Congreso de los Diputados reposan en un tranquilo jard¨ªn de Valencia.
Las dos esculturas, obra de Jos¨¦ Bellver, fueron talladas antes que las poderosas bestias de Ponciano Ponzano que todav¨ªa flanquean la entrada al Congreso, pero tuvieron mala suerte. Mal informado o negligente, Bellver, nacido en ?vila en 1824, pero de familia valenciana, hijo y hermano de escultores, labr¨® en piedra dos figuras fuera de escala para rematar el imponente front¨®n neocl¨¢sico del Palacio de las Cortes, que hab¨ªa sido inaugurado en 1850.
Con apenas 90 cent¨ªmetros de alto y 140 de largo, las figuras de Bellver fueron tachadas de canijas, comparadas con perros y enviadas a un almac¨¦n del Congreso.
El de Bellver hab¨ªa sido el segundo intento de decorar el acceso a la C¨¢mara siguiendo un dise?o cl¨¢sico, el de los leones que pisan el orbe. Antes que ¨¦l hab¨ªa fracasado el propio Ponzano, creador, debido a las estrecheces presupuestarias, de dos felinos en yeso, pintados en negro para hacerlos parecer de bronce, que un a?o despu¨¦s de la inauguraci¨®n del edificio tuvieron que ser retirados por su visible deterioro.
El escarnio al que fueron sometidas las esculturas de Bellver y el miedo a encadenar un nuevo proyecto fallido hicieron que en el tercer intento el Congreso no escatimara dinero ni tiempo. El autor volvi¨® a ser Ponzano, ya que sus primeros leones de yeso sirvieron de molde para los nuevos, realizados en bronce en la F¨¢brica de Artiller¨ªa de Sevilla. El metal se obtuvo de la fundici¨®n de dos ca?ones tomados a las tropas marroqu¨ªes por el general Leopoldo O'Donnell en la batalla de War-Ras, librada en 1860, durante la primera Guerra de ?frica ¡ªla que termin¨® con victoria de Espa?a¡ª.
Un documento del Archivo General de Andaluc¨ªa detalla que las nuevas esculturas requirieron ocho a?os de trabajo y superaron ampliamente las dimensiones de las Bellver, con 2,10 metros de alto por 2,20 de largo. Los leones fueron colocados en la entrada del Palacio de las Cortes en mayo de 1872.
Los peque?os leones de Bellver han ocupado en este siglo y medio un lugar mucho menos relevante. Pero su calidad de vida ¡ªpor decirlo as¨ª¡ª es dif¨ªcil de igualar. Flanquean la entrada del Jard¨ªn de Monforte, uno de los tres mejores de Espa?a en estilo neocl¨¢sico junto al Laberint d'Horta de Barcelona y el parque del Capricho de Madrid, seg¨²n la paisajista Mar¨ªa Teresa Santamar¨ªa, autora de un libro sobre el espacio.
El hombre que encarg¨® el dise?o del jard¨ªn al arquitecto Monle¨®n Estell¨¦s y rescat¨® los leones de Bellver del almac¨¦n del Congreso fue Juan Bautista Romero, marqu¨¦s de San Juan, empresario enriquecido con el comercio de la seda, financiero y senador vitalicio. Romero los eligi¨® para realzar el delicado jard¨ªn de atm¨®sfera rom¨¢ntica que entonces se hallaba fuera de los l¨ªmites de la ciudad ¡ªmuy cerca del emplazamiento del antiguo Palacio Real de Valencia, demolido a principios del siglo XIX durante la Guerra de Independencia¡ª, y ahora es un oasis entre el ajetreo y el ruido urbanos.
El lugar fue declarado Jard¨ªn Art¨ªstico Nacional en 1941 y restaurado un a?o m¨¢s tarde por el pintor y jardinero Javier de Winthuysen. Nacido en Sevilla y amigo de poetas, antes de empezar Winthuysen pas¨® largo tiempo mirando el jard¨ªn para evitar que la intervenci¨®n alterara su esencia, explica Santamar¨ªa.
El Ayuntamiento de Valencia compr¨® el Jard¨ªn de Monforte en 1970 y el palacete situado a su entrada se convirti¨® despu¨¦s de la Transici¨®n en punto de celebraci¨®n de bodas civiles. Hace dos a?os, el Consistorio recuper¨® el acceso original al jard¨ªn, a trav¨¦s de este inmueble. De modo que lo primero que ven los reci¨¦n casados al salir a hacerse la sesi¨®n fotogr¨¢fica entre los ¨¢rboles de Monforte son los leones de Bellver, y las fieras parecen satisfechas con su destino.
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