Tel¨¦fono contra el suicidio, ?d¨ªgame?
Cada a?o se quitan la vida unas 3.500 personas. Los afectados creen que muchos se pueden prevenir
En poco m¨¢s de dos meses, el tel¨¦fono contra el suicidio de la Asociaci¨®n La Barandilla (911 385 385) ha sonado m¨¢s de 130 veces, dice su presidenta, Ana Lancho. "Y eso que somos una asociaci¨®n peque?a que casi no ha tenido publicidad". Y que, por falta de fondos, solo atiende de 9 a 21 horas los siete d¨ªas de la semana. Lancho no tiene dudas sobre su efectividad. "Despu¨¦s de muchos a?os trabajando en el hospital de d¨ªa de la asociaci¨®n y viendo a muchas personas con enfermedad mental y otros problemas, cre¨ªmos que deb¨ªamos afrontarlo. Hay que hablar del suicidio. Y hay que hacerlo con las personas afectadas para poder ayudarlas".
Lancho y su asociaci¨®n forman parte de un movimiento creciente de personas relacionadas con el suicidio que cree que el silencio que rodea a esta pr¨¢ctica es perjudicial. Entre ellos est¨¢ Cecilia Borr¨¤s con la asociaci¨®n que fund¨® y preside: Despu¨¦s del Suicidio. Asociaci¨®n de Supervivientes. Borr¨¤s perdi¨® por esta causa a un hijo en 2012 y desde entonces trabaja para poner este problema en la agenda. "La mayor¨ªa de las veces, las personas que se suicidan no es que quieran morir, lo que de verdad quieren es dejar de sufrir. Y eso se puede tratar", afirma Borr¨¤s. Lancho coincide: "Hay que hacerles ver que el dolor puede pasar, pero la muerte, no".?
Los datos demuestran que el problema del suicidio est¨¢ estancado. "La invisibilidad no ayuda; no hay prevenci¨®n", dice Lancho. Cada a?o alrededor de 3.500 personas se quitan la vida en Espa?a. O, al menos, eso es lo que recoge el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE, 3.569 en 2016, el 0,9% del total). Las asociaciones opinan que el n¨²mero real de casos es mayor, ya que muchas veces los allegados piden que en la causa no figure en el certificado m¨¦dico por miedo al estigma, a los problemas judiciales o a que en la parroquia pongan pegas para el entierro.?
Aparte del n¨²mero de muertes, a los afectados les preocupa que este se mantiene invariable. Mientras en otras causas de fallecimiento como los accidentes de tr¨¢fico o el sida ha habido descensos claros, en el suicidio se mantiene. Por ejemplo, en 2004 fueron 3.507, tambi¨¦n el 0,9%.
Carmen Regidor Marcos, una madrile?a de 59 a?os, ha estado dos veces a punto de engrosar esa estad¨ªstica. Hace ya m¨¢s de 10 a?os, tras una vida llena de complicaciones (malos tratos, indigencia, alcoholismo, prostituci¨®n) intent¨® dos veces quitarse la vida. No lo consigui¨®, algo de lo que no se arrepiente.
Regidor consigui¨® salir del alcohol, pero en noviembre del a?o pasado, por problemas con un hermano por la herencia de sus padres, volvi¨® a caer. "Me est¨¢ costando mucho salir", admite con una sonrisa que parece desmentir todo su sufrimiento. "Me reclu¨ª much¨ªsimo. La vuelta est¨¢ siendo mucho peor", cuenta. Ella fue de las primeras en llamar al tel¨¦fono de La Barandilla. "En principio lo hice por curiosidad, pero no me atrever¨ªa a decir que no estuviera pensando en el suicidio otra vez". "No es f¨¢cil. Hay que ser valiente para plante¨¢rtelo; no es nada de cobardes. Pero uno toma la decisi¨®n cuando no existe nada que pisar ni sobre lo que volar".?
Un paso que merece continuidad
Cecilia Borr¨¤s, presidenta de Despu¨¦s del Suicidio. Asociaci¨®n de Supervivientes, valora mucho una iniciativa como la del tel¨¦fono contra el suicidio de la Fundaci¨®n La Barandilla. Coincide con la presidenta de esta, Ana Lajman, en que deber¨ªa estar operativo las 24 horas del d¨ªa. "Por la noche hay m¨¢s demanda", afirma, pero sabe de la complejidad de contar con este servicio atendido por profesionales.Por la noche las llamadas se desv¨ªan a? Tel¨¦fono de la Esperanza.
Adem¨¢s, Borr¨¤s cree que las cifras de llamadas atendidas muestran que la iniciativa es un ¨¦xito, y apunta aspectos de mejora que cree que deber¨ªan contar con financiaci¨®n. El primero, que sea un tel¨¦fono gratuito como el 016 de atenci¨®n a las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero.
El segundo, que igual que el 016, no deje rastro en la factura. De esta manera la persona se sentir¨¢ m¨¢s libre de llamar para comentar su caso sin preocupar a su entorno si no quiere hacerlo. "Muchas veces se elige hablar con un escucha an¨®nimo", afirma.
Despu¨¦s de dos llamadas al tel¨¦fono, Regidor es en este momento m¨¢s una usuaria del centro de d¨ªa que del tel¨¦fono contra el suicidio. "Para m¨ª es mi espacio de salud", afirma. Por eso con ella se ha hecho la excepci¨®n de que sabe con qui¨¦n ha hablado. En la asociaci¨®n a los profesionales que cogen las llamadas les llaman escuchas, y son an¨®nimas. "Tenemos 10. Hay una psic¨®loga contratada, y el resto son voluntarios: un psiquiatra, siete psic¨®logas y una asistente social especializada en salud mental", dice Lancho. La presidenta de la asociaci¨®n admite que el ideal ser¨ªa que todos estuvieran contratados y poder atender las 24 horas al d¨ªa, pero los fondos no les llegan para tanto.
Una de las escuchas es J. L. A ella le toc¨® el momento m¨¢s complicado del poco tiempo que lleva la asociaci¨®n: atender a una persona con un suicidio en curso. "Llam¨® cuando ya se hab¨ªa tomado las pastillas. Hubo un momento en que colg¨® el tel¨¦fono, y pens¨¦ que ya se hab¨ªa acabado. Pero lo volvi¨® a coger y lo mantuvimos despierto m¨¢s de 40 minutos hasta que nos dijo d¨®nde viv¨ªa y llegaron la polic¨ªa y el Samur". En otros tres casos, las personas que llamaron "ya ten¨ªan todo preparado". Consiguieron convencerlas de que no se quitaran la vida.
"La gente llama en un momento de desesperanza. Y nosotros respondemos con protocolos. A veces tenemos que preguntarles qu¨¦ les est¨¢ pasando, que por qu¨¦ han llamado. Pero la mayor¨ªa de las veces empiezan a hablar, aunque cuando tienen que mencionar el suicidio a muchos les cuesta decirlo"¡¤, cuenta J. L. Entonces, a ellos les toca reorientar a la persona y "engancharles a la vida, buscarles la fortaleza que puedan tener". "Muchas veces les decimos que quieren dejar de sufrir, no que se quieran morir".
El anonimato es importante para que los escuchas puedan hacer su trabajo con cierta distancia, y sin que se cree un enganche con alguno de los que llaman. "Muchos nos preguntan que qui¨¦nes somos, pero se tranquilizan cuando saben que somos profesionales. A veces solo quieren hablar, porque es un tema que no pueden tratar con su mujer o con su marido, porque se preocupar¨ªan. Al final todos, todos, dan las gracias", afirma J. L.
Aproximadamente la mitad de los que llaman al tel¨¦fono son hombres, y el grueso de sus usuarios son de mediana edad. "Tenemos que llegar m¨¢s a los j¨®venes", dice Lancho, la presidenta de la asociaci¨®n.
Cecilia Borr¨¤s cree que los datos de llamadas al tel¨¦fono ¨C"son much¨ªsimas, casi dos al d¨ªa"¨C indican claramente la magnitud del problema. "Y eso que ellos no atienden por la noche [derivan las llamadas al tel¨¦fono de la esperanza], que es la peor hora". La presidenta de Supervivientes-Despu¨¦s del Suicidio est¨¢ muy esperanzada con este tipo de iniciativas. "Es muy importante que d¨¦ visibilidad y que sean profesionales. Cuando uno est¨¢ tan desesperado no llama para que un voluntario con su mejor intenci¨®n le diga que hay que animarse. Esa fase ya la tienen superada. Necesitan atenci¨®n profesional".?
Carmen Regidor lo tiene claro. "Si el tel¨¦fono hubiera funcionado el a?o pasado, yo no estar¨ªa como estoy ahora. Pero soy optimista y lo voy a superar".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.