Muere el doctor Luis Montes, abanderado de la muerte digna
El m¨¦dico fue perseguido por el PP de Madrid por las sedaciones en el Hospital Severo Ochoa de Legan¨¦s
El doctor Luis Montes (Salamanca, 1949), presidente de la asociaci¨®n Derecho a Morir Dignamente (DMD), acusado y posteriormente absuelto, en 2007, de causar la muerte mediante sedaciones terminales irregulares a 400 enfermos del Hospital Severo Ochoa de Legan¨¦s (Madrid), ha fallecido este jueves a los 69 a?os, seg¨²n ha confirmado fuentes de la asociaci¨®n.La muerte se ha producido de forma inesperada cuando se desplazaba a un acto vinculado con la asociaci¨®n, en la que se hab¨ªa volcado durante los ¨²ltimos a?os.
Montes, cuya especializaci¨®n era la de anestesista aunque en Legan¨¦s ejerc¨ªa de jefe del servicio de urgencias, acab¨® siendo la cabeza visible de un grupo de facultativos del que tambi¨¦n formaban parte el ginec¨®logo Javier Mart¨ªnez Salme¨¢n, el internista Frutos del Nogal y el otorrino Carlos Barra, entre otros. Todos ellos coparon cargos de responsabilidad en el Severo Ochoa y el Hospital de M¨®stoles tras una larga trayectoria en el sur de la Comunidad de Madrid, donde lucharon por imprimir a la pr¨¢ctica de la medicina un marcado car¨¢cter progresista y de servicio p¨²blico.
Un ejemplo es su firme oposici¨®n a intentos privatizadores de la sanidad de los Gobiernos del PP. Otro, que se remonta a los a?os 80, fue su apuesta porque fueran los hospitales p¨²blicos los que asumieran la realizaci¨®n de abortos, pr¨¢ctica entonces no siempre accesible para quien la necesitaba y siempre relegada a cl¨ªnicas privadas. Desde los pasillos de urgencias de Legan¨¦s, Montes decidi¨® en sus ¨²ltimos a?os en ejercicio poner fin a lo que, en sus propias palabras, era una de ¡°las grandes cuentas pendientes de la sanidad p¨²blica: la muerte digna¡±. ¡°La gente sufr¨ªa y agonizaba durante horas y d¨ªas sin otra raz¨®n que los prejuicios y la ineptitud de muchos facultativos¡±, sol¨ªa afirmar.
Esta actitud disgust¨® a algunos m¨¦dicos del Severo Ochoa y a los sectores m¨¢s conservadores del PP madrile?o, lo que acab¨® provocando uno de los mayores esc¨¢ndalos ocurridos en la sanidad p¨²blica espa?ola durante las ¨²ltimas d¨¦cadas. Tras recibir una denuncia an¨®nima, y sin contar con informe o prueba alguna que sustentara la gravedad de las acusaciones, el entonces consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela (PP), purg¨® a Montes y sus aliados en el Severo Ochoa y puso en marcha una aut¨¦ntica cacer¨ªa de brujas contra los facultativos, a los que lleg¨® a acusar impl¨ªcitamente de decenas de muertes por sedaciones ilegales.
Lamela, en todo momento apoyado por la presidenta regional Esperanza Aguirre, hizo todo lo posible para sustentar las acusaciones. Cre¨® comisiones para que elaboraran informes ad hoc, juego al que se prestaron algunas de las m¨¢s destacadas figuras m¨¦dicas de la Comunidad de Madrid. Y adopt¨® cuanta decisi¨®n administrativa fue necesaria para lograr que ni Montes, ni su equipo ni quienes salieron en su defensa volvieran a ocupar cargo de responsabilidad alguno.
Pero si Lamela logr¨® en su embestida el apoyo de algunos de los sectores m¨¦dicos m¨¢s conservadores ¡ªy el silencio c¨®mplice de la entonces presidenta del Colegio de M¨¦dicos, Juliana Fari?a¡ª, el consejero fracas¨® rotundamente cuando fue la justicia la que examin¨® el caso. En junio de 2007, el juez instructor archiv¨® el caso con una decisi¨®n que ten¨ªa algo de salom¨®nica. Por una parte, libraba a Montes y su equipo de toda responsabilidad penal, pero admit¨ªa que en cuatro sedaciones se hab¨ªan producido irregularidades.
Esto dej¨® insatisfecho a Montes, que recurri¨® el caso hasta que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid desmont¨® punto por punto las acusaciones de Lamela y eximi¨® a Montes de cualquier mala pr¨¢ctica.
Empez¨® entonces otro largo proceso judicial, esta vez sin ¨¦xito para Montes y 39 de sus colaboradores, para exigir que fueran resarcidos por los da?os morales y econ¨®micos sufridos. Pero para Montes, seg¨²n sus palabras, lo peor que hizo Lamela fue hacer que "la gente muera peor".
Desde 2009 el doctor era presidente federal de DMD, desde donde defend¨ªa la despenalizaci¨®n de la eutanasia, el acceso universal a los cuidados paliativos y a la sedaci¨®n. Montes pon¨ªa en el centro de su trabajo el derecho a la autonom¨ªa, la libertad individual y la voluntad del paciente. La militancia de Montes se remonta a los tiempos de la oposici¨®n al franquismo, donde se volc¨® en el trabajo comunitario en los barrios de chabolas que abundaban en el norte del actual distrito de Tetuan.
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