Cartas de extorsi¨®n, sentencias de muerte
Adem¨¢s del miedo y la desconfianza, los empresarios se enfrentaban al dilema de salvar su vida o pagar para que ETA siguiera matando


¡°Reconozco que no era nada valiente. Cada vez que llegaba una carta no paraba de llorar¡±. La empresa de pinturas de Carlos, en Vitoria, ten¨ªa once personas en n¨®mina. Las cartas le comenzaron a llegar en 1994 y no pararon, en varias oleadas hasta 2008. La posibilidad de que le asesinaran si no contribu¨ªa a alimentar la maquinaria sangrienta de ETA pesaba demasiado. La sensaci¨®n de estar jugando a la ruleta rusa cada vez que trituraba una carta de ETA le torturaba. Cada carta del mal llamado ¡°impuesto revolucionario¡± le acercaba al de la ejecuci¨®n de la sentencia de muerte que le hab¨ªa impuesto ETA.
En cinco d¨¦cadas de violencia fueron asesinados 49 empresarios y directivos, otros 52 fueron secuestrados, y entre 10.000 y 15.000 fueron extorsionados, alguno m¨¢s de un millar en Navarra, seg¨²n informes pr¨¢cticamente coincidentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de la Universidad de Deusto. Creen que en torno al 8% de media de los extorsionados pagaron, en Gipuzkoa m¨¢s.
Como Carlos, muchos empresarios no se lo dec¨ªan ni a la familia. Prefer¨ªan sufrirlo solos, ocultarse en segundas residencias alejados de sus seres queridos, o marcharse de Euskadi. El miedo se ceb¨® hasta tal punto en ellos que tuvieron que pasar seis a?os desde que la banda anunciara el cese de sus acciones violentas, en octubre de 2011, para que los empresarios comenzaran a verbalizar sin tapujos que fueron v¨ªctimas de las cartas de extorsi¨®n de la banda. En octubre de 2017 la patronal Confebask, y las tres asociaciones provinciales, Cebek, Adegi, y SEA, homenajearon en un acto en Bilbao a todos los que murieron por no pagar, a los que sobrevivieron con la angustia de contar los d¨ªas que les quedaban, y a quienes se ocultaban entre los muros de sus casas para pasar inadvertidos en un contexto en el que significarse era como ponerse en la primera l¨ªnea.
El terror y el miedo se trufaron adem¨¢s con la desconfianza. Cualquiera pod¨ªa ser el sopl¨®n de la banda que describ¨ªa tus rutinas en la empresa, en los trayectos en coche a casa, o el que te hac¨ªa los seguimientos y avisaba a loa asesinos cuando y donde estabas solo, para pegarte un tiro o secuestrarte. Al principio los pagos se hac¨ªan sin problemas, en los "c¨ªrculos abertzales habituales", hasta que la presi¨®n policial desmantel¨® varios comandos dedicados al cobro.
De los 52 secuestros de empresarios y directivos de empresas, ETA asesin¨® a dos, Angel Berazadi en 1976 y Javier Ybarra en 1977. Pero fueron secuestrados muchos m¨¢s. El propietario de Avidesa, Luis Su?er fue secuestrado en 1981 y un a?o despu¨¦s Jos¨¦ Lipperhide y Saturnino Orbegozo. Diego Prado y Col¨®n de Carvajal cay¨® en manos de ETA en 1983, Juan Pedro Guzm¨¢n Uribe en 1985, Lucio Aguinagalde en 1986 y Emiliano Revilla en 1989. Este ¨²ltimo fue liberado tras el supuesto pago de algo m¨¢s del equivalente en pesetas a siete millones de euros. En noviembre de 1989 fue secuestrado Adolfo Villoslada y el ¨²ltimo fue Cosme Delclaux, hijo del presidente de Vidrieras de ?lava, que coincidi¨® algunas semanas con Jos¨¦ Mar¨ªa Aldaya, quien sufri¨® el secuestro m¨¢s largo de los sufridos por empresarios, desde el 8 de mayo de 1995 al 14 de abril de 1996. Algunos estudios cifraron en 115 millones de euros el dinero recaudado por ETA entre 1978 y 2008 a trav¨¦s de los secuestros.
Todav¨ªa a d¨ªa de hoy es un tema inc¨®modo. ¡°Alg¨²n d¨ªa se lo dir¨¦ a mis tres hijos, y al resto de mi familia, pero no pueden enterarse por el peri¨®dico¡±, explica Carlos durante un paseo por la zona de la Universidad, junto al monolito en recuerdo del socialista Fernando Buesa, asesinado por ETA en 2000. En una de las misivas ETA le acusaba de promover la corrupci¨®n para, ¡°en descarada connivencia con los diferentes sectores pol¨ªticos en el poder y sectores de la burgues¨ªa regionalista vasca, arrojar sin escr¨²pulo al paro y a la miseria a miles de ciudadanos vascos¡±. Las cantidades que ped¨ªan oscilaban
Otros se han atrevido a decir, con mucho pesar, que hab¨ªan pagado a la banda. Jes¨²s Mari Korta, de Gr¨²as Goierri vio c¨®mo asesinaron a dos de sus amigos, el empresario de la construcci¨®n, Isidro Usabiaga, en 1996 y al presidente de la patronal guipuzcoana, Joxe Maria Korta en 2008, y claudic¨®. ¡°No pude m¨¢s¡±, reconoci¨® con motivo del homenaje a los empresarios en octubre de 2017. Una de las conclusiones del estudio sobre el chantaje de ETA realizado por la Universidad de Deusto es que adem¨¢s del terror que generaban las cartas, somet¨ªan a los industriales a un terrible dilema: no pagar y arriesgarse a morir, o pagar para otros siguieran muriendo.?
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