Larga vida a los periodistas de a pie
Juan Luis Cebri¨¢n reconoce en la entrega de los premios Ortega y Gasset la labor de los profesionales que ponen su vida al servicio de la libertad de expresi¨®n de los ciudadanos
El periodismo es el mejor oficio del mundo. Lo proclam¨® hace a?os Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Y lo seguir¨¢ siendo. M¨¢s all¨¢ del oficio, Juan Luis Cebri¨¢n, fundador y primer director de EL PA?S, se refiri¨® ayer a los informadores como ¡°seres afortunados¡±. Lo hizo durante la ceremonia de entrega de la 35? edici¨®n de los Premios Ortega y Gasset, un acto en el que elogi¨® las voces del periodismo libre e independiente frente a quienes tratan de acallarlas y moldearlas. Cebri¨¢n, en el que fue uno de sus ¨²ltimos actos p¨²blicos al frente de EL PA?S, donde ha ocupado tambi¨¦n los cargos de consejero delegado y presidente en los m¨¢s de 42 a?os de vinculaci¨®n a esta cabecera, dese¨® larga vida los periodistas de a pie ¡ª¡°los verdaderos h¨¦roes de nuestra profesi¨®n¡±¡ª y a los ¡°que hacen posible el milagro de la comunicaci¨®n y el debate, destapan la corrupci¨®n, limitan al poder, estimulan la imaginaci¨®n, alientan el progreso y defienden la democracia¡±.
Las palabras de Cebri¨¢n centraron el acto, celebrado en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, que convoc¨® a representantes del ¨¢mbito pol¨ªtico, econ¨®mico y cultural, entre los que se encontraban la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena; el vicesecretario de Comunicaci¨®n del PP, Pablo Casado; el l¨ªder socialista en la Comunidad de Madrid, ?ngel Gabilondo; los dirigentes de Ciudadanos Jos¨¦ Manuel Villegas, Bego?a Villac¨ªs e Ignacio Aguado; el diputado de Podemos ??igo Errej¨®n, el secretario general de IU, Alberto Garz¨®n, y el expresidente Felipe Gonz¨¢lez, as¨ª como el presidente de la Comunidad de Murcia, Fernando L¨®pez Miras. Tambi¨¦n acudieron a esta fiesta del periodismo en espa?ol, los directores de la alianza de diarios LENA. La gala cont¨® con las improvisaciones del rapero Arkano y la actuaci¨®n final de la cantante Rozal¨¦n.
Cebri¨¢n record¨® la influencia del fil¨®sofo e intelectual Ortega y Gasset en el nacimiento de EL PA?S. ¡°Quienes lo fundamos hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas nos propusimos recuperar la tradici¨®n liberal y democr¨¢tica que su figura simboliza para muchas generaciones de hispanohablantes. Conseguimos esto de forma sostenida gracias al esfuerzo y la dedicaci¨®n de muchos profesionales, entre los que destaca la figura de Soledad Gallego-D¨ªaz, mi directora adjunta durante a?os. De ella aprend¨ª, sigo haci¨¦ndolo a¨²n, inolvidables lecciones de honestidad y buen hacer profesional, de lealtad a nuestros lectores y al equipo humano que conformaba el diario, y m¨¢s a¨²n en tiempos en los que la lealtad cotiza a la baja¡±.
De Gallego-D¨ªaz, premio a su trayectoria, Cebri¨¢n proclam¨® en un tono emocionado: ¡°Es, y siempre ha sido, la mejor de todos nosotros: una de las y los m¨¢s admirables periodistas que nunca han existido en este pa¨ªs¡±. Encarna, dijo, un ejemplo a seguir por los j¨®venes profesionales.
Cebri¨¢n destac¨® la valent¨ªa y rigor de los trabajos premiados: Miriam Castillo, Manuel Ureste y Nayeli Rold¨¢n, premio de investigaci¨®n por un reportaje sobre la corrupci¨®n en M¨¦xico; Inger D¨ªaz por el relato en formato podcast de la aventura personal de una espalda mojada en EE?UU, y David Armengou y Marcela Miret, por su impactante imagen del atentado yihadista del verano pasado en Barcelona.
El presidente de EL PA?S sostuvo que la libertad de informaci¨®n y la libre expresi¨®n de las ideas es un bien p¨²blico y un derecho constitucional de los ciudadanos. ¡°No es propiedad de los gobiernos ni de las instituciones del Estado, que deben proteger su ejercicio; tampoco de los accionistas o due?os de las empresas; ni desde luego de los periodistas, que hemos de comportarnos con la humildad y el rigor de quienes administran pertenencias ajenas¡±.
Record¨® Cebri¨¢n que la historia de El PA?S es la de un esfuerzo colectivo y perdurable, que se ha visto por desgracia tambi¨¦n te?ida de sangre, persecuci¨®n y presiones. ¡°La libertad es siempre un bien escaso y su ejercicio se encuentra amenazado de manera permanente. Es preciso conjurar los peligros que la acechan mediante f¨®rmulas que no queden al albur o al capricho de quienes de una u otra forma controlan o aspiran a controlar los medios, potenciando al m¨¢ximo la autonom¨ªa de las redacciones¡±.
El acto, en el que intervino el director de El PA?S, Antonio Ca?o, cont¨® con la presencia de sus antecesores: Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, Jes¨²s Ceberio y Javier Moreno, miembros del jurado, que en esta edici¨®n ha estado presidido por Baltasar Garz¨®n, quien reconoci¨® en su discurso que los galardonados son una magn¨ªfica representaci¨®n de buen periodismo, de valent¨ªa y de necesidad imperiosa de buscar la verdad para transmitirla. ¡°Todos ellos se juegan la vida para que las noticias lleguen frescas, contrastadas y veraces, a los lectores que estamos necesitados de esa luz que el periodismo significa¡±. Garz¨®n dio las gracias ¡°a estos magn¨ªficos cantores de la prensa que se arman de raz¨®n y la difunden¡±.
Discurso ¨ªntegro de Juan Luis Cebri¨¢n
Este es el discurso ¨ªntegro que pronunci¨® anoche Juan Luis Cebri¨¢n durante la ceremonia de entrega de los Premios Ortega y Gasset:
"Agradezco muy sinceramente su presencia aqu¨ª esta noche y que me permitan dirigirles unas palabras en lo que constituye uno de mis ¨²ltimos actos p¨²blicos al frente de El Pa¨ªs, despu¨¦s de ocupar sucesivamente, por m¨¢s de cuarenta y dos a?os, los puestos de director, consejero delegado y presidente.
Ortega y Gasset fue el intelectual m¨¢s influyente en la Espa?a del siglo pasado. Cien a?os m¨¢s tarde, para asombro de muchos, su pensamiento sigue vigente y es de una pertinencia absolutamente actual. Fil¨®sofo, profesor y diputado a Cortes durante la Rep¨²blica, su impacto en la opini¨®n de nuestros compatriotas, de miles y miles de ciudadanos de la Am¨¦rica hispana tambi¨¦n, se debi¨® sobre todo a sus art¨ªculos period¨ªsticos en diarios como El Imparcial y El Sol de Madrid o La Naci¨®n de Buenos Aires. Quienes fundamos El Pa¨ªs hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas nos propusimos recuperar la tradici¨®n liberal y democr¨¢tica que su figura simboliza para muchas generaciones de hispanohablantes. Conseguimos este de forma sostenida gracias al esfuerzo y la dedicaci¨®n de muchos profesionales, entre los que destaca la figura de Sol Gallego D¨ªaz, mi directora adjunta durante a?os. De ella aprend¨ª, sigo haci¨¦ndolo a¨²n, inolvidables lecciones de honestidad y buen hacer profesional, de lealtad a nuestros lectores y al equipo humano que conformaba el diario, m¨¢s de reconocer a¨²n en tiempos en los que la lealtad cotiza a la baja.
En el Jurado que otorga estos premios, y en el acto de esta noche, estamos presentes todos cuantos hemos dirigido el peri¨®dico a lo largo de su historia, incluido quien ostenta hoy tama?a responsabilidad. Siendo mis colegas ilustres y bregados profesionales, no se enfadar¨¢n si digo p¨²blicamente que Sol es, y siempre ha sido, la mejor de todos nosotros: una de las y los m¨¢s admirables periodistas que nunca han existido en este pa¨ªs. Como corresponsal, analista pol¨ªtica y columnista, am¨¦n de ejecutiva al frente de la redacci¨®n, encarna un ejemplo a seguir por los j¨®venes profesionales. Su nombre honra as¨ª el elenco de los galardonados anteriormente, entre los que se encuentran figuras se?eras de todo el mundo como Mario Vargas Llosa, Harold Evans, Jes¨²s de La Serna, Adam Michnick, Teodoro Petkoff, Alma Guillermo Prieto, Jean Daniel y tantos otros cuya menci¨®n har¨ªa interminable este discurso.
El galard¨®n a Miryam Castillo, Manuel Ureste y Nayeli Rold¨¢n, domadores del Animal Pol¨ªtico, nos recuerda que aquel gran y querido pa¨ªs que es M¨¦xico resulta hoy el lugar m¨¢s peligroso del mundo para el ejercicio del periodismo. M¨¢s de cien colegas nuestros han sido asesinados durante los doce ¨²ltimos a?os y la mayor¨ªa de esos cr¨ªmenes est¨¢n por resolver. Quiero poner de relieve que El Pa¨ªs no es solo, ni siquiera primordialmente, un diario espa?ol, sino un peri¨®dico global en espa?ol, tambi¨¦n en portugu¨¦s, el ¨²nico reconocible como tal por el momento. Millones de lectores mejicanos, colombianos, argentinos y del resto de Am¨¦rica Latina, incluido Brasil, siguen a diario nuestras informaciones y an¨¢lisis, relevantes para el devenir pol¨ªtico, social y cultural de aquellos pa¨ªses. En la estela de esa realidad, el relato de Inger D¨ªez Barriga sobre la aventura personal de una espalda mojada nos sirve de motivo a?adido para acumular cr¨ªticas a la pol¨ªtica, xen¨®foba e incivil, de desprecio al inmigrante que practica el actual inquilino de la Casa Blanca. En este mundo donde los capitales se mueven libremente y a gran velocidad, los seres humanos sufren represi¨®n y violencia cuando huyen de la guerra o el subdesarrollo, topan con muros asesinos, y van a parar a la fosa com¨²n de los mares que ba?an nuestras costas y las de medio continente europeo, a pesar de que este alardea, cada vez con menor causa, de ser palad¨ªn en la defensa de los derechos humanos. Por ¨²ltimo las fotograf¨ªas de David Armengou y Marcela Miret son un retrato descarnado del odio que azuza el fanatismo. Su contemplaci¨®n denuncia al tiempo la patolog¨ªa que padece la sociedad catalana: sus gobernantes, sus comunicadores a sueldo, dedican infinita m¨¢s atenci¨®n a la utop¨ªa supremacista, y en ocasiones criminal, que mueve su ambici¨®n, que al dolor y el sufrimiento que sus gobernados padecen a consecuencia del terror.
La libertad de informaci¨®n y la libre expresi¨®n de las ideas es un bien p¨²blico y un derecho constitucional de los ciudadanos. No es propiedad de los gobiernos ni de las instituciones del Estado, que deben proteger su ejercicio; tampoco de los accionistas o due?os de las empresas; ni desde luego de los periodistas, que hemos de comportarnos con la humildad y el rigor de quienes administran pertenencias ajenas. La historia de El Pa¨ªs es la de un esfuerzo colectivo y perdurable por hacer realidad estos principios; una historia que se ha visto por desgracia tambi¨¦n te?ida de sangre, persecuci¨®n y presiones. La libertad es siempre un bien escaso y su ejercicio se encuentra amenazado de manera permanente. Es preciso conjurar los peligros que la acechan mediante f¨®rmulas que no queden al abur o al capricho de quienes de una u otra forma controlan o aspiran a controlar los medios, potenciando al m¨¢ximo la autonom¨ªa de las redacciones.
Desde la fundaci¨®n de nuestro peri¨®dico, Jos¨¦ Ortega, Jes¨²s Polanco y yo mismo nos esforzamos por establecer cuantos mecanismos fueran necesarios para garantizar la independencia en el ejercicio profesional de sus periodistas: a fin de que ni el poder pol¨ªtico ni el del dinero, ni la violencia ni la amenaza, ni la endogamia o la rid¨ªcula autosatisfacci¨®n de cuantos lo hac¨ªamos, pudiera desviar nuestra misi¨®n de investigar los hechos, comprobar las fuentes de la informaci¨®n, expresar los diversos puntos de vista y denunciar los cr¨ªmenes y abusos de quienes en nombre de intereses o ideolog¨ªas particulares pretenden imponer su dictado. Con todos los errores, fracasos, renuncias e imperfecciones que se quieran, este es el legado fundacional que un ya nutrido equipo de hombres y mujeres hemos querido preservar durante m¨¢s de cuarenta a?os. Estoy seguro de que las nuevas generaciones, m¨¢s preparadas y capaces que la nuestra en todos los sentidos, sabr¨¢n administrarlo y enriquecerlo.
Estos son los mismos valores que vemos hoy reconocidos en los premiados con el Ortega y Gasset, valores que am¨¦n de tener que lidiar en ocasiones con el abuso pol¨ªtico o la especulaci¨®n financiera, muchos temen que puedan peligrar como consecuencia de la irrupci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas. Siempre he cre¨ªdo que estas deben ser asumidas como un fen¨®meno m¨¢s que positivo: son generadoras de mayor participaci¨®n e igualdad entre los ciudadanos, y ayudar por ello a construir una democracia m¨¢s extensa e inclusiva a un tiempo. Pero ser¨ªa absurdo negar los obst¨¢culos que hoy se alzan tanto para el desarrollo de los medios tradicionales como para la construcci¨®n de nuevos soportes informativos que merezcan el reconocimiento de su calidad y el respeto de la audiencia. La configuraci¨®n de la opini¨®n p¨²blica resulta crucial para el normal desenvolvimiento de la democracia y pasar¨¢n todav¨ªa a?os, quiz¨¢s d¨¦cadas, antes de que el hacer period¨ªstico descubra el rumbo de c¨®mo organizarse en la sociedad digital. Ese es un riesgo, a?adido a los ya mencionados, que aumenta las dificultades de nuestro oficio, pero es tambi¨¦n una inmensa oportunidad y una promesa de futuro. Las nuevas generaciones de profesionales tendr¨¢n al alcance de la mano herramientas sofisticadas y poderosas que les permitir¨¢n construir un mundo mejor para todos.
Los periodistas somos seres afortunados, pues disfrutamos como ning¨²n otro del placer de escuchar y del privilegio de ser escuchados. Por lo mismo nuestras voces, las voces del periodismo libre e independiente, quieren ser tantas veces acalladas, moldeadas, normalizadas. Estos premios reconocen el esfuerzo y la entrega de aquellos profesionales que ponen materialmente sus vidas al servicio de la libertad de expresi¨®n de los ciudadanos. Deseamos larga vida al periodismo de calidad; larga vida a los periodistas de a pie, verdaderos h¨¦roes de nuestra profesi¨®n; larga vida a corresponsales, enviados especiales, fot¨®grafos, c¨¢maras de televisi¨®n, editorialistas, responsables de edici¨®n, redactores jefes¡ larga vida a cuantos hacen posible el milagro de la comunicaci¨®n y el debate, destapan la corrupci¨®n, limitan al poder, estimulan la imaginaci¨®n, alientan el progreso y defienden la democracia. Larga vida a los Ortega y Gasset de periodismo, premios para el que, en palabras de Garc¨ªa M¨¢rquez, es el mejor oficio del mundo. Lo seguir¨¢ siendo".
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