?Qu¨¦ leer de los escritores que jam¨¢s recibir¨¢n el premio Nobel?
Al espa?ol se ha traducido parte de la obra de los acad¨¦micos que deciden el ganador en Literatura, suspendido por los esc¨¢ndalos que han sacudido la Academia Sueca
Alivio a cambio de rechazo. El escritor m¨¢s traducido al espa?ol entre los miembros de la maltrecha Academia Sueca debi¨® de respirar tranquilo un d¨ªa de 2009, cuando Tomas Transtr?mer perdi¨® en la votaci¨®n para incorporarse como acad¨¦mico en una silla cercana a la suya. Y no porque le faltase admiraci¨®n hacia quien era, seguramente, el poeta con mayor prestigio literario dentro en el pa¨ªs, sino porque la condici¨®n de acad¨¦mico, vitalicia adem¨¢s, es incompatible con la de ganador del premio Nobel de Literatura. En otra votaci¨®n en la misma sala, dos a?os m¨¢s tarde, Transtr?mer termin¨® recibiendo el galard¨®n.
Esta confidencia, rara en ese Vaticano de la literatura que es la Academia Sueca, sali¨® el pasado septiembre de boca de Kjell Epsmark (1930), uno de los acad¨¦micos que ha abandonado la instituci¨®n tras el esc¨¢ndalo que la ha sacudido, y cay¨® en los o¨ªdos de uno de sus traductores, Francisco J. Uriz, mientras lo entrevistaba en su casa al este de Estocolmo. "Benditas bolas negras", le dijo Epsmark al veterano traductor, refiri¨¦ndose a las que marcan oposici¨®n en las votaciones del exclusivo club del Nobel de Literatura.
Entre los 18 miembros vitalicios de la Academia Sueca ?ahora mermada hasta 10, insuficientes para fallar el premio de este a?o?, aparecen novelistas, poetas, dramaturgos, pero tambi¨¦n estudiosos del idioma que no se dedican a la creaci¨®n. "Es como un club de lectura, pero con votaciones", describe Gaspar Cano, fundador del Instituto Cervantes de Estocolmo y que promovi¨® en su d¨ªa la traducci¨®n al espa?ol de la web de los premios.
Entre los acad¨¦micos no hay superventas, sino autores "prestigiosos, m¨¢s que populares", apunta por tel¨¦fono Cano, ahora coeditor de Palabra F?rlag, una editorial que se estrenar¨¢ en breve con la traducci¨®n al sueco de Sefarad, de Antonio Mu?oz Molina. Los describe como prescriptores culturales en la sociedad sueca y como "buenos lectores asesorados por scouts", los exploradores literarios que les alertan sobre escritores de inter¨¦s que publican fuera de los ¨¢mbitos culturales que ellos dominan directamente.
El esc¨¢ndalo que afecta a la vetusta Academia Sueca, que ya ten¨ªa 115 a?os cuando comenz¨® a dar el Nobel de Literatura en 1901, se vive mal en el pa¨ªs. Seg¨²n Cano, como "un desastre, peor de lo que se piensa en el extranjero, porque [los Nobel] son lo mejor de la imagen de Suecia". Uriz opina que el prestigio de la academia, muy desigual a lo largo de la historia, ya se tambale¨® hace m¨¢s de un siglo, en tiempos en que el omnipotente secretario permanente de la ¨¦poca vetaba el lenguaje y la ideolog¨ªa del innovador August Strindberg.
Un nombre resuena estos d¨ªas sobre el com¨²n de los miembros de la Academia, desconocidos en general en Espa?a: el de?Katarina Frostenson (nacida en 1953 y con 26 a?os como miembro de la academia). La acad¨¦mica es la mujer de Jean-Claude Arnault, acusado de acosar sexualmente a varias mujeres, de filtrar el nombre de ganadores del Nobel y copropietario, junto a ella, del club cultural Forum, un lugar que marca la agenda literaria sueca.
El nombre de Frostenson le lleg¨® por doquier a Francisco J. Uriz, traductor del sueco y otras lenguas n¨®rdicas y dos veces Premio Nacional de Traducci¨®n, cuando abordaba la selecci¨®n de autores para una monumental ?m¨¢s de 1.000 p¨¢ginas? Antolog¨ªa N¨®rdica (Ediciones de la Torre, 1995). "Buscando poetas j¨®venes, todo el mundo me dijo: 'Katarina Frostenson'. Busqu¨¦, le¨ª. Su poes¨ªa me interesa m¨¢s bien poco. Es una poetisa muy herm¨¦tica, para todo el mundo", comenta Uriz, incluso para alg¨²n compa?ero suyo de la propia Academia Sueca, atestigua el traductor. A?ade de ella que es "extraordinariamente conocida y muy famosa", con un prestigio "extraordinario" y que ha marcado "un tipo de escritura entre la gente joven, que es casi el est¨¢ndar". Gaspar Cano la define como "muy reconocida y muy influyente" a trav¨¦s de Forum, el sitio donde los escritores ten¨ªan que ir casi en peregrinaci¨®n. "Si eres un autor nuevo y te presentaban all¨ª, ten¨ªas ya un pie dentro de una cr¨®nica sobre tu trabajo".
Pero para disfrutar de una obra amplia de un acad¨¦mico y si se quiere leer en espa?ol, hay que acudir de nuevo a Kjell Epsmark, que fue secretario permanente de la Academia en los a?os en que se premi¨® a G¨¹nter Grass, Jos¨¦ Saramago, Wis?awa Szymborska, Seamus Heaney, Camilo Jos¨¦ Cela u Octavio Paz. "Es una de las personalidades m¨¢s notables de la actualidad literaria sueca", destaca Uriz.
Hay un libro de Epsmark especialmente ¨²til estos d¨ªas para entender ese ambiente que rodea la Academia, el ensayo El Premio Nobel de Literatura: cien a?os con la misi¨®n (N¨®rdica, 2008, traducci¨®n de Marina Torres), que cuenta la historia y el proceso de concesi¨®n de un premio no siempre atinado, como describe el propio autor. "Probablemente, [Epsmark] es la persona que m¨¢s sabe de los premios", asegura Gaspar Cano.
Entre sus obras de ficci¨®n, Uriz destaca una amplia selecci¨®n de su obra po¨¦tica con el t¨ªtulo de Voces sin tumba (Fundaci¨®n Jorge Guill¨¦n, 2005) y sus tres ¨²ltimos poemarios V¨ªa L¨¢ctea (Prames, 2009), El espacio interior (Libros del Innombrable, 2015) y La creaci¨®n (Bolchiro, 2016). En su poes¨ªa se cuelan episodios dedicados a El Escorial o a la Batalla del Ebro en Gandesa. Adem¨¢s, tiene publicada en espa?ol la novela B¨¦la Bart¨®k contra el tercer Reich (Bassarai, 2007), pero no su heptalog¨ªa Tiempo de olvido, dedicada al surgimiento, la decadencia ("y la traici¨®n", apunta Uriz) de la socialdemocracia en Suecia.
Otro de los pocos acad¨¦micos traducidos al castellano era Torgny Lindgren, fallecido en 2017. De lo disponible en castellano, lo mejor para Francisco J. Uriz es la novela El camino de la serpiente sobre la roca?(Bassarai, 2001). Est¨¢n disponibles en espa?ol otras suyas (Betsab¨¦, Alfaguara, 1988, o En elogio de la verdad, en N¨®rdica, 2006), am¨¦n de un libro de cuentos ("fant¨¢stico", seg¨²n Uriz): Agua y otros cuentos (N¨®rdica, 2017). Tambi¨¦n se ha publicado Tres piezas radiof¨®nicas?(Bassarai, 1998), peque?as obras teatrales que Lindgren escribi¨® para la radio.
Los amantes de la novela negra tienen una cita con la prol¨ªfica novelista Kerstin Ekman (1933), que ya hab¨ªa dejado de acudir a la academia en protesta por el silencio de la instituci¨®n ante la fatua contra el escritor Salman Rushdie. Ocurri¨® a orillas del r¨ªo (Tusquets, 2001, traducida por Marina Torres) narra los sucesos en torno a un doble asesinato en una localidad rec¨®ndita del norte de Suecia. "Es una gran escritora y una novela magn¨ªfica", apunta sin tapujos Uriz. Tambi¨¦n destaca Klas ?stergren (1955) y su novela Caballeros (Mondadori, 2006), que incluye una "muy buena descripci¨®n de su generaci¨®n".
De la m¨¢s joven de la n¨®mina de la Academia, Sarah Stridsberg (1972), que ha sido adem¨¢s la ¨²ltima en renunciar a su puesto tras el esc¨¢ndalo, estar¨¢ disponible en 2019 The gravity of love, seg¨²n anuncia a EL PA?S su editor, Diego Moreno. Pendiente de traducci¨®n quedar¨¢ a¨²n una novela de gran ¨¦xito en Suecia, Beckomberga. Una oda a mi familia.
Del resto, destaca Lotta Lotass (1964), que dej¨® la academia en 2015, pero no lo hizo p¨²blico hasta noviembre del a?o pasado. En una entrevista a un diario sueco, la escritora confes¨® haber sufrido duras cr¨ªticas por ocupar una silla que hist¨®ricamente ocupaban abogados veteranos, y por no haberse adaptado a la pompa que rodea el cargo: "El mundo a mi alrededor era muy extra?o y pronto entend¨ª que no ten¨ªa la educaci¨®n social requerida", apuntaba. La revista de cultura sueca en espa?ol Crisis recogi¨® fragmentos de su novela Tredje flykthastigheten?("La tercera velocidad de vuelo", publicada en 2004), dedicada a la figura del astronauta sovi¨¦tico Yuri Gagarin.
La misma revista se ha ocupado de traducir fragmentos de la poeta y dramaturga Kristina Lugn (1948). Su poes¨ªa se caracteriza por "la noci¨®n de no encontrar sitio en el mundo, el sentimiento de rechazo, la soledad, la muerte¡", se asegura en el perfil que le dedica la revista, que traduce algunos de sus poemas ("no se preocupa la muerte / de que la muerte empiece a resultar anticuada / en una ¨¦poca en la que todos van a morir", reza uno de los primeros). Su estilo sencillo y su iron¨ªa quedan claros en los t¨ªtulos de sus poemarios, como Se desea entrar en contacto con se?or culto de cierta edad (1983) o el anterior?Para mi marido, si supiera leer (1976).?
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