El SOS de un pueblo: urgen vecinos que adopten patos, prohibido ponerlos en la paella
La reproducci¨®n incontrolada de una pareja de ¨¢nades en un parque de Canals (Valencia) genera un problema de salud p¨²blica
Canals, un pueblo de 14.000 habitantes del interior de Valencia, tiene un problema con los patos. Lo que empez¨® con un par de ejemplares en el estanque del nuevo parque del municipio ha degenerado en una cuesti¨®n de salud p¨²blica. Los vecinos se encari?aron con las aves y les dieron tanta comida que ahora son m¨¢s de medio centenar, el exceso de alimentos ha desencadenado una plaga de roedores y el agua, que no se renueva, est¨¢ verde. El Ayuntamiento ha hecho un llamamiento para que la gente se lleve a los animales con el compromiso solemne de que no acabar¨¢n en la paella del domingo.
"Cuando los patos empezaron a reproducirse mucho y a cruzar la carretera, el anterior equipo municipal ya se plante¨® qu¨¦ hacer con ellos. Pero para entonces eran una atracci¨®n para el pueblo y solo pusieron estas vallas, que tampoco es que sirva de mucho", dice Andreu Lluch, concejal de Medio Ambiente de Canals.
Las quejas se dispararon con la llegada de las ratas. Lluch, que accedi¨® hace poco al cargo en sustituci¨®n de un compa?ero del PSPV-PSOE, identific¨® enseguida que el problema proced¨ªa del exceso de cari?o. "Recuerdo que el primer d¨ªa que vine estaba esperando a un trabajador del Ayuntamiento cuando lleg¨® un hombre con un saco de jud¨ªas y lo vaci¨® dentro. Ahora en verano les tiran cortezas de mel¨®n, y tambi¨¦n les echan naranjas, cebollas, hasta alguna bolsa de basura. Entiendo que es goloso venir a darles un poco de pan. Pero eso es una cosa y otra, esta barbaridad".
Los empleados de la empresa de control de plagas contratada por el Ayuntamiento mostraron al concejal sus trampas: unas cajas de cart¨®n con forma de piedra que esconden en su interior parafina. D¨ªas despu¨¦s de instalarlas, el veneno que se supone que deb¨ªan comerse las ratas estaba intacto porque los roedores prefieren, l¨®gicamente, los alimentos frescos.
El edil se reuni¨® con las dos entidades ecologistas de Canals y con una asociaci¨®n de defensa de los animales. "Quedamos para hablar de las ratas y acabamos hablando de los patos. Me aconsejaron hacer una limpieza a fondo del estanque, que no est¨¢ conectado a ning¨²n r¨ªo, y cambiar los actuales patos de corral por otros collverd (¨¢nades reales), sujetos a un control de poblaci¨®n".
Su primera idea fue llevar los animales a granja escuelas, pero fue inviable porque eran demasiados. El Ayuntamiento decidi¨® entonces pedir apoyo popular antes de que el aumento del calor agrave de nuevo las plagas. La adopci¨®n debe incluir un m¨ªnimo de cuatro ejemplares, los vecinos deben disponer de un espacio adecuado, como un corral, y comprometerse a no com¨¦rselos, algo que el Ayuntamiento tiene previsto vigilar.
El estanque genera opiniones enfrentadas entre los habitantes de Canals. "M¨ªralos c¨®mo est¨¢n. Est¨¢n gordos, lustrosos", exclama con emoci¨®n Antonio Garc¨ªa, catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de instituto, jubilado, de 72 a?os. "Yo creo que ha sido un acierto. Est¨¢ bien que haya algo de vida salvaje y poder ver c¨®mo cr¨ªan. La gente se ha encari?ado. Yo tambi¨¦n les traigo pan".
Azucena Gonz¨¢lez, de 50 a?os, considera, en cambio, la charca "una verg¨¹enza por la falta de higiene". "Los pobres patos tienen unas condiciones mal¨ªsimas, y en verano el agua se llenar¨¢ de mosquitos tigres y de esos bichos que hay ahora". Gonz¨¢lez afirma, adem¨¢s, que por las noches hay quien entra en el estanque a llev¨¢rselos. Ella cree que para com¨¦rselos. "No los he visto, pero los he escuchado. Mi habitaci¨®n da al parque y por la noche oigo c¨®mo los persiguen mientras los animales graznan y revolotean. Yo no me atrever¨ªa a com¨¦rmelos con las condiciones que tienen".
El plan del concejal Lluch ha recibido la inesperada ayuda de Bolbaite, un pueblo situado a 20 kil¨®metros que tiene el problema contrario: contaba con una numerosa colonia de patos en el r¨ªo que cruza el municipio que se ha ido reduciendo misteriosamente en los ¨²ltimos a?os. "No sabemos si es por el cambio clim¨¢tico, pero las patas no incuban los huevos. Los ponen y los dejan. Este a?o solo han nacido cinco y, de tener m¨¢s de 40, hemos pasado a quedarnos con 10", afirma la alcaldesa, la socialista Carolina Mas. Bolbaite ha acordado llevarse a todos los patos que los vecinos de Canals no adopten. "Ahora la dificultad es cazarlos, luego esperamos que se adapten bien".
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