?vry, el laboratorio urbano de Manuel Valls
El ex primer ministro franc¨¦s, posible candidato en Barcelona, fue alcalde durante 11 a?os en una ciudad al sur de Par¨ªs
El candidato lleg¨® a esta extra?a ciudad, en la que no hab¨ªa vivido y que conoc¨ªa poco, enviado por la direcci¨®n de su partido de toda la vida, el socialista. Se dedic¨® a patear las calles, conocer a los vecinos y estudiar los problemas locales. Era un forastero, o un paracaidista seg¨²n la jerga pol¨ªtica, pero acab¨® ganando las elecciones municipales y siendo un alcalde popular durante once a?os.
"Me volqu¨¦. Me instal¨¦ aqu¨ª antes de las elecciones. Mis hijos iban a la escuela ah¨ª", recuerda Manuel Valls, que gobern¨® ?vry, ciudad de 54.000 habitantes 35 kil¨®metros al sur de Par¨ªs, entre 2001 y 2012. "Al final, y lo digo sin pretensi¨®n, conoc¨ªa mejor la ciudad que otros".
Ahora, cuando Valls (Barcelona, 1962) sopesa presentarse a la alcald¨ªa de Barcelona en las elecciones de 2019, su experiencia al frente de ?vry, puede ser un modelo.
Barcelona, con 1,6 millones de habitantes y una irradiaci¨®n global, es dif¨ªcil de comparar con ?vry, una de las cinco?ciudades nuevas en la regi¨®n de Par¨ªs planificadas por el general De Gaulle en los a?os sesenta y construidas sobre terrenos rurales; una ciudad sin un centro reconocible y cuyos edificios m¨¢s antiguos tienen menos de cincuenta a?os; un proyecto que un d¨ªa fue futurista y hoy corre el riesgo de quedarse anticuado.
Barcelona no es ?vry, pero Valls, que despu¨¦s de su etapa en ?vry ser¨ªa ministro del Interior y m¨¢s tarde primer ministro, ya fue alcalde una vez. ?vry, ciudad laboratorio desde su creaci¨®n, fue a su vez el laboratorio de algunas de las pol¨ªticas que el pol¨ªtico de origen catal¨¢n aplicar¨ªa en el resto de Francia. Si existe el?vallsismo ¡ªmezcla de estricto laicismo republicano y pol¨ªticas de ley y orden,?tercera v¨ªa social-liberal y un estilo, para muchos, polarizador¡ª, fue en ?vry donde empez¨® a tomar forma.
Julien Monier, director el diario local?Essone Info, sostiene que, cuando Valls dej¨® la alcald¨ªa para ser ministro del Interior y primer ministro, sus pol¨ªticas a escala nacional no sorprendieron a nadie en ?vry. En materia de seguridad, por ejemplo, o de laicidad (el principio republicano que separa las iglesias y el Estado) eran parecidas. ?vry fue la escuela, y un trampol¨ªn. "Utiliz¨® ?vry para decir: 'Conozco los problemas de los barrios populares, de las?banlieues, porque he sido alcalde de ?vry", dice Monier.
Excepto la vieja aldea a orillas del Sena, ?vry se construy¨® en los setenta desde cero, un lugar donde las clases medias deb¨ªan poder vivir, trabajar y divertirse lejos de la gran ciudad y rodeados de espacios verdes. "Los urbanistas, los soci¨®logos y quienes trabajaban en ello ten¨ªan carta blanca para realizar su utop¨ªa", dice Jacques Longuet, historiador local, colaborador de Valls en el Ayuntamiento, y adjunto al alcalde. La ciudad administrativa se inspir¨® en Brasilia, la capital nueva de Brasil construida unos a?os antes.
Longuet apunta que en los ochenta la ciudad sufri¨® un cambio duradero. Primero, por el paro masivo que se instal¨® en Francia en esta ¨¦poca y golpea ciudades como ?vry. Segundo, por la llegada de inmigrantes extranjeros. Conviven unas 70 nacionalidades. Los problemas de ?vry son los de todo el pa¨ªs: en muchos aspectos, es una?micro-Francia.
A finales de los a?os noventa, relata Longuet, "la ciudad se estaba quedando sin aliento". La irrupci¨®n de Valls fue un revulsivo. Inici¨® nuevos proyectos y la coloc¨® en el mapa. La oposici¨®n reconoce este impulso inicial. "Cuando lleg¨®, hizo un buen trabajo de campo, dio una buena impresi¨®n", dice Farida Amrani, del partido de izquierdas La Francia Insumisa. Tan buena impresi¨®n le caus¨® que vot¨® con ¨¦l e incluso reparti¨® propaganda electoral. Despu¨¦s cambiar¨ªa de opini¨®n.
La popularidad de Valls alcanz¨® su c¨¦nit al ser reelegido en 2008 con un 70% de votos. Despu¨¦s, poco a poco se erosion¨®. El a?o pasado, Amrani se qued¨® a 138 votos de arrebatarle a Valls su esca?o en la Asamblea Nacional en las elecciones legislativas por el distrito de Essone, donde se encuentra ?vry.
Hoy le reprocha que a partir de su segundo mandato girase a la derecha. Amrani habla de la pol¨ªtica de seguridad "no suficientemente centrada en la prevenci¨®n, y m¨¢s en la represi¨®n", dice, y que supuso una multiplicaci¨®n de los agentes policiales y la proliferaci¨®n de c¨¢maras de vigilancia. Le acusa de haber querido "cambiar la poblaci¨®n de ?vry" con al construcci¨®n de nuevos edificios altos en el centro para atraer a personas con m¨¢s ingresos. Dice que dividi¨® a los ciudadanos. Y evoca un episodio de 2009. Durante una visita a un mercadillo, Valls le dijo a un colaborador: "Bonita imagen de ?vry. Ponme algunos?whites, algunos?blancos [us¨® las palabras inglesa y espa?ola]". El v¨ªdeo se hizo viral.
"A partir de este momento vimos que alguien que representa una ciudad como esta y se permite decir esto, es que no es honesto", dice Amrani. "Son los negros y los ¨¢rabes quienes le votaron en su primer mandato, no los blancos".
Valls defiende sus pol¨ªticas de seguridad como "progresistas". "La gente m¨¢s humilde, los obreros que se levantan pronto, los j¨®venes que pueden ser v¨ªctimas del tr¨¢fico de drogas, las mujeres solas, las personas mayores son las primeras v¨ªctimas [de la inseguridad]. Los que viven en los barrios ricos no tiene estos problemas, est¨¢ protegidos", dice.
El exalcalde tampoco reniega el episodio en el mercado callejero. "Era una manera de hablar. En ?vry se entendi¨® perfectamente", dice. "Lo que es insoportable es el gueto". Aquel mercado, donde no se mezclaban las etnias, era, seg¨²n este argumento, un ejemplo de lo que ¨¦l quer¨ªa combatir, la separaci¨®n entre etnias, clases y religiones.
Si se presentase en Barcelona, Valls, que ha dejado de militar en el PS pero a¨²n se considera de izquierdas, no s¨®lo deber¨ªa aprovechar sus lecciones de ?vry, sino tambi¨¦n las de la place Beavau y de Matignon, sedes respectivas del ministerio del Interior y del primer ministro. La lecci¨®n m¨¢s inmediata puede ser la inmersi¨®n en sus primeros meses de ?vry. "No hay duda", dice. "Es la ¨²nica manera de hacerlo".
Valls, sobre su posible candidatura a Barcelona: "Estoy muy animado"
Manuel Valls insiste en que?todav¨ªa no ha tomado la decisi¨®n sobre su candidatura a la alcald¨ªa de Barcelona. Se encuentra en la fase que, en la terminolog¨ªa de la pol¨ªtica estadounidense, se llama de "exploraci¨®n": cuando el pre-candidato medita si lanzarse a la carrera, y al mismo tiempo la prepara. La semana pasada estuvo cuatro d¨ªas en la ciudad.
A la pregunta sobre cu¨¢l ser¨¢ la decisi¨®n final, responde: "Estoy muy animado". No da m¨¢s indicios.
Algunos rasgos de la candidatura, todav¨ªa hipot¨¦tica, empiezan a dibujarse. En una entrevista con el diario suizo Le Temps, a principios de mayo, declar¨®: "Quienes reflexionan sobre el futuro de Barcelona est¨¢n obligados, vista la situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica, a pensar en un proyecto que supere las fronteras partidistas, esto es evidente. En cierta manera, tambi¨¦n se trata de superar el debate entre independentistas y no independentista".
Valls ha defendido una posici¨®n muy cr¨ªtica con el independentismo ¡ª"no ir¨¦ a decir que soy la tercera v¨ªa", dice¡ª y, si se presenta, lo har¨¢ apoyado por Ciudadanos, el partido m¨¢s beligerante en Catalunya en esta cuesti¨®n. Pero el exprimer ministro franc¨¦s, criado en una familia de tradici¨®n catalanista y con afinidades reconocidas con los socialistas catalanes, desea una candidatura tranversal, que vaya m¨¢s all¨¢ de un partido y su ideolog¨ªa, y considera que Barcelona puede ser la llave para romper el bloqueo catal¨¢n, de la divisi¨®n entre independentistas y no independentistas.
"Barcelona es parte de la soluci¨®n, por lo que representa. No es s¨®lo la capital de Catalu?a. Es una de las capitales de Espa?a, de Europa, del Mediterr¨¢neo y del mundo. Lo que ocurra en Barcelona tiene que ser parte de la soluci¨®n para encontrar de nuevo el di¨¢logo y al convivencia".
Valls admite que el objetivo no es f¨¢cil, porque, en su opini¨®n, "los independentistas, los separatistas querr¨¢n que esta polarizaci¨®n contin¨²e el tiempo necesario". "Lo m¨¢s preocupante en Barcelona", a?ade, "no son las divisiones pol¨ªticas sino las divisiones en las familias, en la sociedad barcelonesa o catalana".
"Barcelona, la marca, su imagen, lo que representa, debe impulsar un proyecto que intente superar esta divisi¨®n. Esto esta claro", concluye. "Es una de las lecciones que estoy meditando".
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