Alemania ¡®caza¡¯ a los alborotadores espa?oles de los altercados del G-20
Los graves incidentes de Hamburgo desatan una minuciosa redada internacional que culmina con la b¨²squeda de 11 personas de los 'black blocs', tres investigadas en Espa?a
La polic¨ªa espa?ola advirti¨® hace casi un a?o a sus hom¨®logos alemanes de que grupos de espa?oles se estaban organizando para unirse a los llamamientos que, a trav¨¦s de las redes sociales, estaban realizando los Black blocs, los j¨®venes anticapitalistas vestidos de negro que violentan las manifestaciones. Lo que no pudieron imaginar es que, tras los cuantiosos destrozos ocasionados por los cientos de ellos que se dieron cita en la pasada cumbre del G-20 de Hamburgo, los pasados 7 y 8 de julio, se pondr¨ªa en marcha una minuciosa y laboriosa investigaci¨®n para identificar uno por uno a esos miles de participantes en los altercados, hasta individualizar a la perfecci¨®n a once de los m¨¢s agresivos, tres espa?oles; el resto, franceses, suizos e italianos.
Las autoridades alemanas, que cuantificaron en 2,7 millones de euros los da?os materiales provocados en el barrio de Sternschanze, no est¨¢n dispuestas a que esos actos vand¨¢licos multitudinarios ¨Ccoches incendiados, mobiliario urbano destrozado o arrancado, da?os en viviendas...¡ª queden impunes.
Los bloques negros
Un bloque negro (o black bloc, en ingl¨¦s) es una t¨¢ctica de manifestaci¨®n donde sus participantes llevan ropa negra, para evitar ser identificados por las autoridades y, sobre todo, para parecer una sola masa unida, promover la solidaridad entre los participantes y crear una presencia revolucionaria.
La t¨¢ctica fue desarrollada en los a?os 80 en Europa por activistas en protestas antinucleares. Ganaron fama y atenci¨®n de los medios fuera de Europa durante las manifestaciones contra la cumbre de la OMC en Seattle den 1999, cuando un bloque negro caus¨® da?os a propiedades de GAP, Starbuks, Old Navy y otros comercios.
En la actualidad, esa t¨¢ctica, que funciona a base de llamamientos por las redes sociales, est¨¢ asociada principalmente a movimientos anarquistas y fundamentalmente protestas de colectivos antiglobalizaci¨®n de todo el mundo. Los activistas que participan en los bloques negros niegan el uso de la violencia salvo en caso de leg¨ªtima defensa y nunca contra las personas, aunque s¨ª contra s¨ªmbolos del poder pol¨ªtico.
En los v¨ªdeos enviados por los polic¨ªas germanos a la Polic¨ªa Nacional espa?ola se ve perfectamente a los tres j¨®venes, que han sido investigados por la Audiencia Nacional y cuyos domicilios han sido registrados por agentes de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n. Cada uno indicado con una flecha de un color, que le persigue por toda la pantalla. Hasta el momento, y por las contundentes pruebas en su contra, son solo tres los arrestados espa?oles, acusados de ¡°des¨®rdenes p¨²blicos¡±, ¡°atentado contra la autoridad¡± y ¡°agresi¨®n f¨ªsica¡±, seg¨²n el auto del juez del juzgado provincial de Hamburgo. Pero son decenas los que aparecen en esas grabaciones a las que tuvo acceso EL PA?S.
¡°Acudieron a la llamada de manera individual pero, como puede verse, se conocen y se unen para actuar¡±, comenta las im¨¢genes el agente. Ocupan las primeras posiciones de la manifestaci¨®n. Primero visten una indumentaria informal, pero cuando la polic¨ªa alemana comienza a tratar de desalojarles de las calles, comienzan a cambiar de atuendo, cubri¨¦ndose con casacas de color negro, capuchas y embozos de ese mismo color, para resultar m¨¢s an¨®nimos e irreconocibles.
Los investigados aqu¨ª en Espa?a son tres treinta?eros, viejos conocidos de la polic¨ªa por sus vinculaciones con los ultras de izquierda. Se trata de j¨®venes que proceden de familias de clase media-alta con padres altamente cualificados: ¡°Catedr¨¢ticos de universidad, directores de cine¡¡±, que se sorprendieron al saber que alguno de sus hijos no estaba ¡°de beca Erasmus¡± en Hamburgo, sino arrancando adoquines con palancas y lanz¨¢ndolos contra los polic¨ªas (uno de los cuales result¨® herido grave), seg¨²n relatan los atestados de los agentes.
Un visionado detallado de los m¨²ltiples v¨ªdeos y fotograf¨ªas recabados por la polic¨ªa alemana aquellos d¨ªas, logra reconocerles por otras partes de su vestimenta, como los pantalones, los zapatos o las zapatillas, los mismos complementos que fueron encontrados en los registros efectuados por la polic¨ªa y ordenados por el juez Ismael Moreno de la Audiencia Nacional. Tambi¨¦n intervinieron los tel¨¦fonos m¨®viles de los tres investigados, dos de los cuales viv¨ªan en pisos okupados de Carabanchel (Madrid) y otro lo hac¨ªa con sus padres. ¡°Son elementos clave para demostrar que estaban all¨ª¡±, explican los investigadores.
Aunque sus nombres no han trascendido, la polic¨ªa alemana asegura que a uno de lo tres espa?oles identificados lo identific¨®, entre otras pruebas, gracias a la portada de la revista alemana Bild al d¨ªa siguiente de los hechos. Llevaba la imagen de un encapuchado lanzando un adoqu¨ªn contra la polic¨ªa y, sobre ella, el t¨ªtulo: ¡°?Qui¨¦n conoce a este alborotador del G-20?¡±.
El operativo, promovido desde un juzgado de Hamburgo, ha sido coordinado a trav¨¦s de Eurojust (¨®rgano de la Uni¨®n Europea encargado del refuerzo de la cooperaci¨®n judicial entre los Estados miembros), con 11 requisitorias individualizadas para cada acusado. Los tres espa?oles, que se enfrentan hasta a cinco a?os de prisi¨®n, quedaron en libertad con cargos a la espera de ser citados por el juzgado alem¨¢n.
La b¨²squeda de los 11 investigados ha sido ordenada simult¨¢neamente en Italia (2), Francia (2), Suiza (3) y Espa?a (4), aunque hasta el momento se han identificado y llamado a declarar a siete personas?aparte de las espa?olas ¡ªdos en Italia y 2 en Suiza¡ª en una extraordinaria investigaci¨®n desarrollada por la Oficina Criminal del Lander de Hamburgo bajo coordinaci¨®n estrecha de la Polic¨ªa Federal Alemana (BKA), Eurojust, la Fiscal¨ªa y el Juzgado Central de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de la Audiencia Nacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.