Ponferrada, en pie de guerra contra la ¡®ruta pirata¡¯ del Camino de Santiago

¡°El problema es la mala imagen que damos al peregrino que nos visita tanto del Camino como de la ciudad de Ponferrada¡±, se lamenta por tel¨¦fono Roger De La Cruz, presidente de la Asociaci¨®n de Amigos del Camino de Santiago del Bierzo. Ni siquiera es algo nuevo y no solo afecta a esta poblaci¨®n leonesa: el cambio de se?alizaci¨®n del Camino Franc¨¦s ¡ªel itinerario m¨¢s transitado para peregrinar a Santiago¡ª es algo recurrente y, por desgracia, muy dif¨ªcil de erradicar. ¡°Nuestro punto negro¡±, prosigue De La Cruz, ¡°es una bifurcaci¨®n ubicada a las afueras de Ponferrada, viniendo de la localidad de Molinaseca, por donde discurre el Camino Franc¨¦s¡±. En ese lugar, el moj¨®n que indica por donde deben caminar los peregrinos para acceder a la ciudad es emborronado y sustituido por varias flechas amarillas (pintadas en el asfalto) ¡°que despistan a los caminantes y los llevan por otra ruta, haciendo que incluso se pierdan¡±.

Si el viajero decide coger el camino de la izquierda (el oficial), llegar¨ªa a su destino final evitando caminar por carreteras, en ausencia de peligros y sin desorientarse. Si opta por el lado equivocado, corre el riesgo de dar un mayor rodeo, quedarse en tierra de nadie y tomar el camino inverso, en direcci¨®n a Astorga. ¡°Hay alg¨²n vecino de una urbanizaci¨®n cercana que proporciona comida y agua a los peregrinos, pero no siempre reciben la hospitalidad de la gente, como es l¨®gico¡±, explica De La Cruz.

¡°El Camino debe ser un entorno seguro. No se puede consentir que algunos con un simple spray amarillo o un bote de pintura lo manipulen¡±

En el verano de 2016, miembros de Protecci¨®n Civil y estudiantes de la Escuela Oficial de Idiomas de la ciudad se esforzaron en evitar que muchos caminantes acabaran fuera de ruta. Lo que no pudieron impedir era que el lugar amaneciese con una simbolog¨ªa distinta de la reglamentaria en numerosas ocasiones. ¡°La se?alizaci¨®n en el Camino es sagrada y no puede modificarse por intereses comerciales o personales¡±, se?alan desde la asociaci¨®n.

La autor¨ªa de estos cambios, seg¨²n declaraciones de la edil de Turismo de Ponferrada recogidas por un medio regional, son atribuidos a ¡°personas residentes en la zona¡±. Una hip¨®tesis que coincide con la de numerosas asociaciones. ¡°En lugares como O Porri?o, en Pontevedra, se ha denunciado c¨®mo due?os de bares cercanos al trazado oficial falseaban las se?ales a prop¨®sito¡±. La desviaci¨®n hac¨ªa que los peregrinos cruzaran un pol¨ªgono industrial concurrido por veh¨ªculos de gran tonelaje con varios establecimientos de comida a cada lado de la carretera. ¡°Pese a que la Xunta dise?¨® una ruta m¨¢s atractiva y menos peligrosa, a¨²n se siguen modificando las se?ales. Ha habido hasta amenazas a alg¨²n vecino de ese Concello¡±, argumenta De La Cruz.

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Desde las asociaciones quieren dejar claro que no van en contra de los ¡°intereses de los hosteleros¡±, pero s¨ª de que alteren los tramos ¡°para su propio beneficio¡± y de que ¡°se apropien de la simbolog¨ªa del Camino ¡ªcomo la vieira o la citada flecha¡ª en su carteler¨ªa. ¡°El Camino debe ser un entorno seguro. No se puede consentir que algunos con un simple espray o un bote de pintura lo manipulen¡±. Una pr¨¢ctica que, pese a las mejoras implementadas a lo largo del recorrido, se ha convertido en habitual y que ha llevado a unirse a diferentes organismos para luchar contra ella, a trav¨¦s de la Asociaci¨®n de Municipios del Camino de Santiago.

Creada en 2015, aglutina a grandes ciudades como Logro?o, Burgos o Jaca. ¡°Ha sido clave para reunir las quejas y denuncias de todos nosotros y conseguir que la Junta de Castilla y Le¨®n nos escuche¡±. De momento, ya se ha propuesto una homologaci¨®n gradual de los s¨ªmbolos en la totalidad de los municipios que atraviesa el Camino Franc¨¦s. La primera comunidad en beneficiarse ser¨¢ Castilla y Le¨®n el pr¨®ximo a?o.

¡°Ayudar¨¢ a los peregrinos a una mejor comprensi¨®n. Es un gran paso¡±, pero en opini¨®n de De La Cruz, ¡°insuficiente¡±. El recuerdo del caso de Denise Thiem, la estadounidense asesinada en una localidad de Le¨®n en 2015, todav¨ªa est¨¢ latente. El autor del crimen tambi¨¦n desvi¨® las se?ales para que la joven pasara cerca de una finca de su propiedad. ¡°Necesitamos que las administraciones impongan sanciones econ¨®micas que, en la actualidad, ni siquiera existen¡±.