Las 12 l¨ªneas de la carta del asesino de La Orotava
Israel Rodr¨ªguez Miranda se entretuvo en vestir a su mujer y a sus hijas muertas con ropas de estreno
La nota ¡°de suicidio¡± que dej¨® el brigada del ej¨¦rcito de tierra Israel Rodr¨ªguez Miranda, destinado en la base de helic¨®pteros de los Rodeos (Tenerife), tiene 12 l¨ªneas en un folio blanco, indican fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n que realiza la Guardia Civil. Est¨¢ escrita con un bol¨ªgrafo, de su pu?o y letra, y en primera persona. Comienza refiri¨¦ndose a los problemas econ¨®micos que le agobiaban, sin hacer referencia en absoluto a que, antes de ahorcarse, se ha llevado por delante la vida de su mujer, Paula Teresa Mart¨ªn, de 40 a?os; la de sus dos hijas, Miranda y Paula, de cinco y tres; y la del perro de la familia¡°. Y despu¨¦s, "en un tono que puede sonar un poco a venganza¡±, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, se refiere a que ¡°de esa manera se acabaron los problemas para todos¡±.
Es como si Israel, seg¨²n quienes han tenido acceso al escrito, creyese poner as¨ª punto y final a las discusiones y enfrentamientos que exist¨ªan entre las familias de ella y de ¨¦l, y a las incomodidades derivadas de lo mal que se llevaban entre s¨ª. ¡°Como si viniera a decir: 'ante la falta de ayuda vuestra, ya lo resuelvo yo y as¨ª nadie tiene que cargar con lo m¨ªo¡±, explican las mismas fuentes. Adem¨¢s indica que su pareja debe de ser incinerada junto a las ni?as, porque as¨ª supuestamente lo quer¨ªa ella. Los agentes del Instituto Armado quieren llegar hasta el final de un caso aparentemente resuelto, pero del que a¨²n quedan numerosas inc¨®gnitas por aclarar. Los investigadores, el forense, la juez, todos est¨¢n impactados por un suceso repleto de detalles macabros.
¡°La tremenda escena en la habitaci¨®n de matrimonio nos va a acompa?ar a todos mucho tiempo¡±, aseguran fuentes de la investigaci¨®n. ¡°Esa mujer, la madre, con sus dos hijas abrazadas, cada una por un brazo; una, con su peluche; y la otra, con su mu?eca japonesa de ojos enormes; perfectamente vestidas de calle todas, con sus zapatos puestos, como dormidas, sin el m¨¢s m¨ªnimo signo de violencia perceptible a simple vista, nada, como en una paz infinita, era sobrecogedor¡±. Llevaban muertas desde el s¨¢bado, seg¨²n los resultados preliminares de las autopsias. El viernes por la tarde fue la ¨²ltima vez que se les vio a todos juntos, en la celebraci¨®n de un cumplea?os con la familia. ¡°Pudo ser de madrugada, pero lo que est¨¢ claro es que se tom¨® su tiempo¡±, se?alan las mismas fuentes.
Un vestido con etiqueta
La minuciosa colocaci¨®n de los cad¨¢veres y la nota junto a ellos, tambi¨¦n sobre la cama, hace sospechar a los investigadores que fueron puestas all¨ª con sumo cuidado despu¨¦s de muertas. Y un detalle aterrador levanta otra sospecha: una de las ni?as llevaba puesto un vestido que a¨²n ten¨ªa la etiqueta, no lo hab¨ªa estrenado a¨²n, lo que lleva a pensar a los investigadores que Israel pudo entretenerse en vestirlas pacientemente despu¨¦s de matarlas.
La autopsia, que ha determinado que murieron asfixiadas (las peque?as por sofocaci¨®n y la mujer por estrangulamiento), no se?ala ¡°ni un rasgu?o¡±, ni en el cuerpo de ellas (salvo unas marcas poco perceptibles en el cuello de la madre, ¡°que son compatibles con el estrangulamiento¡±), ni en el de ¨¦l, de 45 a?os, que apareci¨® ahorcado en la habitaci¨®n contigua. Ten¨ªa las manos atadas ¡°con un nudo fuerte¡± y hab¨ªa montado un artilugio, con una peque?a polea, para colgarse del techo.?
No hay se?ales de defensa ni en la mujer ni en las ni?as. Esto es lo que conduce a pensar que pudo drogarlas para evitar resistencias. ¡°Quiz¨¢ ni eso, era un tipo muy corpulento y fuerte, las ni?as eran muy peque?as y a la mujer pudo bloquearla; lo m¨¢s probable es que las pillase profundamente dormidas; a sus hijas, en su habitaci¨®n, y a la madre, en el dormitorio matrimonial", apunta un investigador, a la espera de que los an¨¢lisis toxicol¨®gicos determinen si hab¨ªa alg¨²n tipo de sustancia en sus cuerpos.
Fuera de las escenas de muerte, la casa, un piso de cuatro habitaciones, en el camino Cruz de los Martillos, en las afueras del pueblo de La Orotava, est¨¢ repleta de fotograf¨ªas colgadas de las paredes en las que aparecen todos ellos sonrientes y felices: ¡°La ni?as solas, con su madre, fotos de la familia de excursi¨®n... Hab¨ªa decenas de fotos, por todas partes¡±, se?alan fuentes del caso. En ellas se ve tambi¨¦n al ¨²nico superviviente de la familia, el hermano mayor, de 12 a?os, hijo de una anterior pareja de Paula, que cuando todo ocurri¨® se encontraba de vacaciones con su padre biol¨®gico en el sur de la isla. A¨²n no sabe que el novio de su madre, con el que no ten¨ªa buenas relaciones, es el autor de las muertes, y vive rodeado de psic¨®logos, que han recomendado ir inform¨¢ndole de lo sucedido poco a poco.
?Pero cu¨¢l fue el detonante del crimen?. Nadie lo sabe. En la casa se encontr¨® tambi¨¦n una carta de un banco relativa a un posible cr¨¦dito voluminoso, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. En sus dispositivos electr¨®nicos no ha aparecido nada que llamase la atenci¨®n de los investigadores. Y las pesquisas se vuelcan ahora en el estudio patrimonial de la pareja, que s¨ª parece que acumulaba deudas, por las declaraciones que han realizado los familiares a los que les hab¨ªan pedido dinero en numerosas ocasiones.
Sin embargo, viv¨ªan en una casa pagada, en un edificio construido por el padre de Paula, un conocido bodeguero de la zona al que llaman, Miguel El Bicho, sin tener que hacerse cargo siquiera de los recibos de la luz y el agua. Ella trabajaba en el bar con su padre, que ya le hab¨ªa recomendado que se separase de Israel, seg¨²n fuentes pr¨®ximas a la familia, y ten¨ªa plena dedicaci¨®n a los hijos. ?l, originario de Zamora, ¡°introvertido¡±, seg¨²n lo declarado por sus compa?eros, y apenas conocido La Orotava, era mec¨¢nico en la base de helic¨®pteros de Los Rodeos y hab¨ªa sido condecorado con un distintivo rojo (pensionado) por sus acciones de combate en Afganist¨¢n. Su sueldo deb¨ªa superar los 2.000 euros mensuales, seg¨²n los c¨¢lculos de los investigadores, que tienen la impresi¨®n de que gastaban m¨¢s dinero del que ten¨ªan. Ahora queda por ver en qu¨¦ y c¨®mo.?
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