Desprotegidos al cumplir los 18
El colapso de los centros de Andaluc¨ªa complica la integraci¨®n de los menores migrantes al llegar a la mayor¨ªa de edad
El padre de Ilyas Abakkouy es un humilde pescador del norte de Marruecos desde hace 32 a?os. Del oficio, el joven Ilyas aprendi¨® dos cosas: a pilotar una lancha y a descubrir que ¨¦l no quer¨ªa esa vida de penurias. Hace algo m¨¢s de diez meses, con solo 17 a?os, compr¨® una embarcaci¨®n hinchable y, con seis marroqu¨ªes m¨¢s, se lanz¨® a pilotarla por el Mediterr¨¢neo desde una playa cercana a Alhucemas. Lleg¨® sano y a salvo a Espa?a. Pas¨® por un centro de menores de M¨¢laga. Luego, por otro de emergencia en Arcos (C¨¢diz). Una ma?ana, con los 18 a?os ya cumplidos, le comunicaron que se ten¨ªa que marchar a la calle al d¨ªa siguiente. A¨²n no le hab¨ªan gestionado ni el DNI marroqu¨ª, necesario para cualquier paso que quiera dar como adulto en Espa?a.
Abakkouy vive ahora en uno de los cuatro pisos que la asociaci¨®n Voluntarios por otro Mundo tiene en Jerez de la Frontera. All¨ª recal¨® cuando perdi¨® la protecci¨®n del colapsado sistema de tutela que la Junta de Andaluc¨ªa tiene para los Menores Extranjeros No Acompa?ados (MENA). La regi¨®n custodia al 36% de los 7.145 ni?os inmigrantes de toda Espa?a. Los atiende como puede en centros que multiplican su capacidad por siete o en recursos de emergencia como aquel en el que estuvo Ilyas, un chalet de una fundaci¨®n, concertado con la Junta.
Pese a jugarse la vida en el mar, a convivir luego en centros saturados, los verdaderos problemas de los MENA llegan el d¨ªa despu¨¦s de cumplir la mayor¨ªa de edad y de convertirse, autom¨¢ticamente en extutelados. ¡°La desprotecci¨®n empieza a los 18 a?os¡±, afirma Genoveva P¨¦rez Mazuecos, t¨¦cnico de Empleo y dinamizadora del equipo de j¨®venes de M¨¢laga Acoge. Cada a?o aproximadamente 500 j¨®venes ¡ªinmigrantes o nacionales¡ª pasan esta barrera, seg¨²n estimaciones de la propia Junta. En el caso de los extranjeros, de inmediato se topan con mil trampas del sistema. Se mueven en el filo de la navaja: formarse y regularizar su situaci¨®n o acabar viviendo en la calle, a merced de la indigencia y de las mafias.
Cuando la Junta se hace cargo de la tutela del a¨²n menor, el permiso de residencia ¡ªsi es que han conseguido que en los centros empiecen a gestionarles la documentaci¨®n¡ª es de un a?o de duraci¨®n y no autoriza a trabajar. Renovarlo ya como mayor de edad, por dos a?os m¨¢s y tambi¨¦n con licencia solo para estudiar, exige que la persona demuestre que tiene un medio de vida. O, lo que es lo mismo: residir en un piso tutelado para acreditar que se dispone de ese sustento que exige la ley.
El Programa +18 de la Junta se encarga, en teor¨ªa, de proporcionar esa continuidad. En total, la comunidad aut¨®noma cuenta con 29 centros para alojamiento de chicos mayores de 18, conocidos como recursos de alta intensidad. A eso se suman otros 12 recursos de media intensidad, centros diurnos de orientaci¨®n sociolaboral. De los 1.775 j¨®venes que se han beneficiado de ambos servicios en 2017, solo 286 lo hicieron en recursos de alta intensidad.
Menos pateras por el viento de Levante
Salvamento Mar¨ªtimo rescat¨® ayer a cinco inmigrantes de una patera que estaba pinchada y semihundida por la entrada de agua en el Estrecho de Gibraltar. La embarcaci¨®n Salvamar Arcturustraslad¨® a las cinco personas al puerto de Tarifa (C¨¢diz). El fin de semana ha sido tranquilo. La llegada de pateras a las costas andaluzas se reduce cuando sopla fuerte el viento de Levante en el Estrecho, como ha sucedido estos ¨²ltimos d¨ªas y continuar¨¢ durante esta semana, seg¨²n los pron¨®sticos meteorol¨®gicos.
Seg¨²n la cuenta de Twitter de Salvamento Mar¨ªtimo, ayer no hab¨ªa ninguna b¨²squeda activa por pateras.
La Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) ha asegurado que alrededor de 240 migrantes al d¨ªa han llegado a Espa?a a trav¨¦s del mar Mediterr¨¢neo en los ¨²ltimos 76 d¨ªas, los transcurridos desde el 31 de mayo hasta el 15 de agosto.
Desde enero han alcanzado las costas espa?olas a trav¨¦s del Mediterr¨¢neo un total de 26.350 migrantes en situaci¨®n irregular, seg¨²n estos mismos datos de la OIM.
El resto, la gran mayor¨ªa, se queda en la calle y abandonado a su suerte. Es justo lo que le ha pasado a dos j¨®venes inmigrantes procedentes de un centro de menores de Motril, en Granada, y que esta semana han llegado a Jerez. Con ellos, Voluntarios por otro Mundo ha completado las 25 plazas que tiene para extutelados en sus cuatro pisos. ¡°El problema ya no es solo c¨®mo est¨¢n los menores acogidos sino qu¨¦ es de ellos cuando cumplen los 18¡±, reconoce Michel Bustillo, responsable de la ONG jerezana.
Abakkouy comparte casa con otros cinco chicos, la mayor¨ªa magreb¨ªes, en un pulcro piso de la calle Ram¨®n y Cajal. ¡°Esto es como un piso de estudiantes, ellos se encargan de todo con nuestra supervisi¨®n. Tienen un cuadrante para distribuirse las tareas¡±, explica Bustillo. Todos tienen ya meridianamente claro qu¨¦ quieren hacer con su vida. En Marruecos, Ilyas estudiaba primero de bachiller, pero ya ha descartado ir a la universidad. ¡°Demasiado tiempo, mis padres me est¨¢n esperando. Quiero ser carnicero porque en Espa?a no hay muchos¡±, sentencia.
Zoumana Tour¨¦ ¡ªcostamarfile?o compa?ero de piso de Abakkouy¡ª quiere ser mec¨¢nico. A su lado, Rachid Naaijoy explica que lleva ¡°un a?o estudiando para ser cocinero¡±. De todos los chicos con los que comparte piso, Ilyas est¨¢ especialmente unido a Mouh Bousselham, conocido como London, con quien cruz¨® su camino en el centro de Arcos. ¡°Quiero ser electricista, aunque para eso me hace falta el NIE y una casa¡±, reconoce Bousselham con una amplia sonrisa.
Buscar un futuro
?"Vinimos para buscar un futuro mejor. No me quedo en Marruecos porque te pasas todo el d¨ªa trabajando para nada. No hay equilibrio entre los buenos estudios y encontrar luego un buen trabajo¡±, relata Naaijoy. Ahora en Espa?a, Rachid ya sabe que dos variables marcan la consecuci¨®n de su sue?o de ser cocinero. ¡°Papeles para poder estudiar y tiempo para poder hacerlo¡±, resume Bustillo. Y ni siquiera ese primer condicionante es tan evidente. Ante el colapso de los centros de menores, la mayor¨ªa de los que acaban en los pisos de la ONG jerezana no tienen completada la documentaci¨®n m¨ªnima que les permita acceder a sus permisos de residencia necesarios para estudiar.
Con todo, los chicos de Voluntarios por otro Mundo saben que han tenido suerte. La otra opci¨®n a su desamparo es ¡°el harvard¡±, como los j¨®venes llaman a tener que acabar subsistiendo entre albergues para personas sin hogar y la calle. En M¨¢laga, al dejar el centro de acogida, el joven inmigrante entra en la red de atenci¨®n a Personas Sin Hogar, explica P¨¦rez Mazuecos. Est¨¢ integrada por varias entidades sociales y el Ayuntamiento y se conoce como Puerta ?nica.
El objetivo es encontrarles una cama en la que dormir, incluido el albergue municipal, y unos servicios m¨ªnimos de lavander¨ªa, higiene y comida. Es un recurso provisional mientras se inician los tr¨¢mites, y surge la posibilidad de acomodarlos en un piso tutelado. Pero ?qu¨¦ pasa si no hay espacio ni siquiera en esa red de atenci¨®n provisional? ¡°Duermen en la calle¡±, afirma la t¨¦cnico malague?a. A mediados de julio, por ejemplo, a esta trabajadora le constaba que hab¨ªa cuatro j¨®venes durmiendo al raso.
En la provincia de C¨¢diz, donde llegan buena parte de los menores inmigrantes, tan solo en Jerez, Bustillo calcula que son 12 los j¨®venes que viven en la calle. ¡°Los chicos pasan de estar en un sistema de protecci¨®n a estar sin hogar, y cuanto m¨¢s tiempo pasen en esa situaci¨®n, mayor es el deterioro y la posibilidad de que puedan empezar a delinquir, a consumir, a prostituirse¡±, reflexiona la t¨¦cnico de M¨¢laga Acoge.
Para P¨¦rez Mazuecos, la soluci¨®n es evidente: disponer de m¨¢s recursos p¨²blicos de alta intensidad. Bustillo comparte la impresi¨®n y va m¨¢s all¨¢. Pide a la Junta la m¨¢xima celeridad en la gesti¨®n de la documentaci¨®n de los chicos, para evitar que lleguen a los 18 indocumentados. Tambi¨¦n que los extutelados migrantes que cumplan con un programa de formaci¨®n puedan acogerse a la renta m¨ªnima de inserci¨®n, anunciada por la administraci¨®n andaluza.
Desamparados en la calle
Mientras, Bustillo ya ve venir el futuro m¨¢s inmediato con preocupaci¨®n. Tras los picos de llegadas en el verano de 2017, en meses posteriores lleg¨® a acoger hasta a 48 chavales en sus pisos para evitar que acabasen en la calle. Ahora, ante el ritmo a¨²n mayor de estas semanas (tan solo en dos semanas de julio arribaron a Andaluc¨ªa de 1.347 menores), teme que todos aquellos j¨®venes que no acaben fugados a otras ciudades como Bilbao, Madrid o Barcelona empezar¨¢n a quedarse desamparados por las calles de Andaluc¨ªa sin recursos, conforme cumplan la mayor¨ªa de edad. ¡°Va a ser un invierno complicado¡±, remacha el voluntario.
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