El dictador sin nombre
Los restos del portugu¨¦s Ant¨®nio Salazar descansan en el cementerio de su pueblo natal, entre sus padres
Gilda indica cu¨¢l es la tumba de Ant¨®nio Oliveira de Salazar (1889-1970). ¡°La de granito m¨¢s blanco¡±. El hombre que gobern¨® Portugal durante 36 a?os (de 1932 a 1968) no tiene nombre ni fecha en la losa que guarda sus restos en el cementerio de Vimieiro. La aldea ¡ªlugar de nacimiento del dictador¡ª tuvo tiempos mejores. Las calles est¨¢n desiertas, hay muchas casas cerradas, bastantes abandonadas y algunas derruidas. Gilda trabaja en la estafeta de correos y hace de gu¨ªa para despistados. En la oficina hay pegadas viejas postales de un monumento a Salazar y de la casa donde naci¨®, a unos metros de all¨ª. ¡°Usted no es el primero que pregunta por los lugares de Salazar, pero no hay nada que ense?ar. Todos est¨¢n abandonados¡±, dice.
En un lado del cementerio, se extienden media docena de tumbas an¨®nimas con una piedra de granito y su cruz en bajorrelieve; seg¨²n Gilda, la m¨¢s blanca es la del dictador. La pista definitiva es el m¨¢rmol conmemorativo colocado en la pared de enfrente y pagado por alg¨²n salazarista ¡ªt¨¦rmino que el propio dictador prohibi¨®¡ª. En general, el desinter¨¦s por los restos y la figura de Salazar domina desde que muri¨® hace 48 a?os en Lisboa. Un desinter¨¦s que ¨¦l mismo foment¨® al aborrecer homenajes, condecoraciones, monumentos y cualquier agasajo. Para su muerte, hab¨ªa dejado bien claro que quer¨ªa ser enterrado en su pueblo natal, junto a sus padres, sin inscripci¨®n.
¡°La postal con su escultura¡±, explica Gilda, ¡°es un fotomontaje. La volaron en la Revoluci¨®n de los Claveles y ya no se ha repuesto¡±. Una calle mantiene el nombre de avenida Ant¨®nio Oliveira de Salazar. Toda la hilera de humildes casas guardan relaci¨®n con la vida del dictador, aunque para saberlo hay que pregunt¨¢rselo a alg¨²n vecino. Un mercedes se detiene en el arc¨¦n junto a una casita blanca con ventanas verdes. Dos mujeres se fotograf¨ªan ante ella: encima de una ventana hay una placa ¡ªpagada por otro seguidor¡ª: ¡°Aqu¨ª naci¨® el 28-4-1889 el Dr. Oliveira Salazar, un se?or que gobern¨® y nada rob¨®¡±.
Rui Salazar Lucena e Mello, Ruizinho, de 70 a?os, sobrino del dictador y profesor jubilado, vive en una de las casas que habit¨® el pol¨ªtico. La casa de vacaciones de Salazar apenas aguanta en pie. En el interior hay cajas llenas de polvo, con ro¨ªdos libros y documentos. ¡°Son parte del legado que entregu¨¦ al Ayuntamiento y que ahora un tribunal les ha ordenado que me devuelvan, pero ni la d¨¦cima parte me han devuelto. Ni muebles ni condecoraciones ni recuerdos personales¡±. En 2005 Ruizinho y su hermano Ant¨®nio donaron propiedades de la familia y documentos de su t¨ªo a cambio de que la escuela abandonada y las otras casas se convirtieran en un centro de interpretaci¨®n del Estado Novo ¡ªcomo se calific¨® al r¨¦gimen de entonces¡ª. ¡°Se quedaron con m¨¢s de 400 cajas de objetos familiares y no han hecho nada. Digo yo que, dejando aparte las ideolog¨ªas, no se puede ocultar a los portugueses 40 a?os de su historia, ?no?¡±.
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