Espa?a reclama un cap¨ªtulo sobre Gibraltar en el acuerdo del Brexit
S¨¢nchez y Borrell discuten este lunes los detalles con el negociador jefe de la UE
Espa?a reclama m¨¢s protagonismo para el contencioso de Gibraltar en la negociaci¨®n europea del Brexit. El Gobierno presiona para que el acuerdo de retirada de Reino Unido incluya un cap¨ªtulo espec¨ªfico sobre la colonia brit¨¢nica. Exteriores quiere aprovechar ese momento excepcional, la salida de Londres de la UE, para lograr arreglos fiscales, medioambientales y anticontrabando ¡ªentre otros asuntos¡ª, a los que las autoridades brit¨¢nicas siempre se han resistido. El negociador jefe de la UE para el Brexit, Michel Barnier, cada vez m¨¢s sensible a esta estrategia, se re¨²ne este lunes en Madrid con el presidente Pedro S¨¢nchez. Para propiciar el ¨¦xito de esa maniobra, Espa?a renuncia a plantear ahora el espinoso cap¨ªtulo de la soberan¨ªa sobre el Pe?¨®n.
Gibraltar tiene la tercera mayor renta per c¨¢pita del mundo en una regi¨®n (la punta sur de la Pen¨ªnsula) que figura entre las de mayor paro de la UE. Espa?a quiere aprovechar la coyuntura del Brexit para corregir, al menos en parte, esa anomal¨ªa. Y el Brexit favorece esa estrategia. Las directrices de negociaci¨®n del divorcio que acordaron los 27 Estados que permanecer¨¢n en la UE tras la retirada brit¨¢nica, en marzo de 2019, dan la ¨²ltima palabra a Espa?a para decidir si Gibraltar se beneficia o no de las ventajas que pacten Bruselas y Londres para su relaci¨®n futura. Y para el periodo de transici¨®n que se aplique hasta llegar a ese horizonte. Con esa baza, Madrid ha iniciado un proceso bilateral con Londres que acaba de concluir su sexta ronda con alg¨²n progreso, seg¨²n media docena de fuentes.
El objetivo es que todas esas gestiones cristalicen en un protocolo anejo al acuerdo de retirada de Reino Unido, con medidas concretas para cada uno de los conflictos que a Espa?a le genera el peculiar estatus de Gibraltar en la UE (no forma parte de la uni¨®n aduanera, no asume las pol¨ªticas agr¨ªcola y comercial ni aplica el IVA, entre otros problemas). As¨ª lo confirman a EL PA?S tres fuentes conocedoras de estos trabajos. En particular, al Gobierno le interesa mejorar las condiciones de los alrededor de 12.000 trabajadores transfronterizos, reducir el contrabando de tabaco, estrechar el cerco sobre los abusos fiscales (en ese territorio de poco m¨¢s de 30.000 personas hay radicadas 55.000 empresas que en buena medida operan en Espa?a) y limitar los desmanes medioambientales de la colonia (entre ellos vertidos contaminantes). Y tratar de poner una pica en el aeropuerto, quiz¨¢ el asunto m¨¢s controvertido.
Relaci¨®n m¨¢s equilibrada
¡°Se trata de trabajar para conseguir un beneficio mutuo. Necesitamos tener una relaci¨®n m¨¢s equilibrada. Y en el futuro, es inevitable que Gibraltar se acerque m¨¢s a Espa?a porque eso significa acercarse a la UE¡±, argumenta una de las fuentes consultadas. El Gobierno intenta trasladar a Bruselas que estas reclamaciones no constituyen una idea trasnochada de Espa?a, sino que el hecho de contar con una frontera exterior de la UE hacia un territorio enclavado en un pa¨ªs comunitario requiere supervisar esos litigios.
Principales demandas espa?olas
Contrabando de tabaco. Gibraltar es el mayor punto de entrada de tabaco ilegal en Espa?a. El a?o pasado se aprehendieron m¨¢s de 600.000 cajetillas, seg¨²n datos oficiales, un 158% m¨¢s que en 2016. El Gobierno quiere comprometer a Reino Unido a que el precio del tabaco, muy reducido en Gibraltar, se equipare m¨¢s al espa?ol para hacer menos atractivo el tr¨¢fico ilegal.
Fiscalidad. Espa?a pretende impulsar unos criterios m¨¢s estrictos de domicilio fiscal que impidan radicar en el Pe?¨®n la actividad de empresas que claramente operan en Espa?a y que solo se establecen all¨ª para evadir impuestos.
Trabajadores. El Ejecutivo considera primordial dar estabilidad a los entre 10.000 y 12.000 ciudadanos que cada d¨ªa cruzan la verja desde el Campo de Gibraltar al Pe?¨®n para trabajar.
El camino no es f¨¢cil. Lo ¨²ltimo que desea la Comisi¨®n Europea es a?adir m¨¢s divergencias a una negociaci¨®n, la del Brexit, ya muy compleja que se juega su futuro contrarreloj, de aqu¨ª a noviembre, cuando Bruselas y Londres conf¨ªan en poder pactar todo el acuerdo de divorcio y el esbozo de la relaci¨®n futura. Para allanar el terreno, el ministro de Exteriores, Josep Borrell, ha conversado en los ¨²ltimos d¨ªas con David Lidington, n¨²mero dos de la primera ministra brit¨¢nica, Theresa May. Tambi¨¦n aprovech¨® la carta de bienvenida a su hom¨®logo brit¨¢nico, Jeremy Hunt, nombrado por May el pasado julio, para exponer la posici¨®n espa?ola con un nivel de detalle que caus¨® sorpresa en Londres, seg¨²n fuentes brit¨¢nicas.
Borrell ha querido dejar claro en p¨²blico que reclamar la soberan¨ªa sobre ese enclave no entra en sus planes. ¡°La cuesti¨®n de la soberan¨ªa no est¨¢ sobre la mesa. Solo me planteo que Gibraltar no sea el ¨²ltimo obst¨¢culo en el camino del acuerdo del Brexit. Me preocupa mucho m¨¢s la situaci¨®n en el Campo de Gibraltar que la soberan¨ªa¡±, respondi¨® el ministro la semana pasada en una comisi¨®n parlamentaria cuando el diputado del PP Jos¨¦ Ram¨®n Garc¨ªa Hern¨¢ndez le pregunt¨® si iba a ¡°defender a Gibraltar¡±.
Tanto el presidente del Gobierno como el ministro Borrell se reunir¨¢n este lunes con Barnier en Madrid para hablar del Brexit. El asunto de Gibraltar ser¨¢ capital. Fuentes comunitarias consideran probable que el acuerdo del Brexit acabe incluyendo tres protocolos separados sobre las tres dificultades fronterizas que genera el abandono brit¨¢nico: Irlanda del Norte, Gibraltar y las bases brit¨¢nicas que alberga Chipre, pa¨ªs que form¨® parte del Imperio brit¨¢nico hasta 1960.
Aunque la importancia pol¨ªtica de este gesto es enorme, sus efectos pr¨¢cticos son limitados a corto plazo. Espa?a aspira a que las condiciones pactadas en ese marco se apliquen exclusivamente durante el llamado periodo transitorio, el que regir¨¢ entre el d¨ªa del Brexit (30 de marzo de 2019) y el inicio del marco futuro a¨²n por definir, que deber¨ªa entrar en vigor en enero de 2021. Pese a las limitaciones iniciales, ese empe?o es esencial a medio y largo plazo: Espa?a conf¨ªa en que ese esquema provisional permita sentar las bases para un futuro m¨¢s equilibrado con Gibraltar.
El ¨¦xito, pese a todo, no est¨¢ garantizado. Reconocer que Espa?a tiene derecho de veto sobre ese asunto en el Brexit resulta sensible para Reino Unido; cualquier movimiento en falso puede arruinar el di¨¢logo. Fuentes europeas consideran que, con el respaldo de Bruselas, a Londres le resultar¨¢ m¨¢s dif¨ªcil resistirse a este cap¨ªtulo espec¨ªfico anejo al documento de retirada. Por eso es tan importante para el Ejecutivo ganarse la complicidad de Barnier. La estrategia inicial espa?ola estuvo m¨¢s centrada en hablar de manera bilateral con Reino Unido, sin implicar tanto a la Comisi¨®n. Bruselas, por su parte, ha estado volcada en los conflictos que genera la frontera exterior que tendr¨¢ que colocarse entre la Rep¨²blica de Irlanda e Irlanda del Norte, perteneciente a Reino Unido.
Aunque Espa?a no vaya a reclamar la soberan¨ªa, su posici¨®n respecto al Pe?¨®n no ha cambiado. Las autoridades lo consideran una colonia brit¨¢nica, que no es parte de Reino Unido, aunque este pa¨ªs asuma sus relaciones exteriores.
La dificultad de pactar el uso del aeropuerto
El uso del aeropuerto de Gibraltar es uno de los elementos m¨¢s complejos de la negociaci¨®n entre Madrid y Londres respecto al futuro del Pe?¨®n. Espa?a quiere aprovechar la coyuntura del Brexit para lograr un uso conjunto del aer¨®dromo, construido en 1938 por Reino Unido sobre el istmo, una parte que Espa?a considera ocupada ilegalmente porque excede lo firmado en el Tratado de Utrecht (1713). Entonces, el Reino de Espa?a cedi¨® al brit¨¢nico la ciudad, el puerto y las fortalezas, pero no ese terreno en el que se asienta el aeropuerto. Este contencioso forma parte de las discusiones bilaterales, pero es uno de los que m¨¢s irritan a las autoridades brit¨¢nicas, que temen un intento espa?ol de dar entrada a fuerzas de seguridad espa?olas en un territorio que consideran propio.
Espa?a aspira a ponerse de acuerdo con su todav¨ªa socio europeo para poder gestionar conjuntamente el aeropuerto. Como Reino Unido no forma parte del ¨¢rea de libre circulaci¨®n de Schengen, Espa?a reclamar¨ªa contar, en alg¨²n punto del aer¨®dromo, con polic¨ªas o guardias civiles que supervisaran los tr¨¢nsitos. Londres se niega en redondo; este aspecto casi hizo descarrilar la negociaci¨®n en mayo.
Londres y Madrid ya pactaron un uso conjunto de esa infraestructura en 2006, con el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Pero el proyecto fracas¨®. No es descartable que el eventual pacto entre Londres y Madrid en el marco del Brexit acabe excluyendo este aspecto.
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