S¨¢nchez viaja a Canad¨¢ y EE UU para recuperar iniciativa y reforzar su imagen de l¨ªder progresista

Tras la debacle de?la socialdemocracia europea, la victoria de Donald Trump en EE UU y el giro ¨Ccon excepciones- en Latinoam¨¦rica, quedan muy pocos pa¨ªses? con gobiernos progresistas. Pedro S¨¢nchez quiere aprovechar esa sequ¨ªa de su grupo pol¨ªtico en el mundo para ganar espacio internacional como uno de los pocos l¨ªderes de este sector que gobierna una de las econom¨ªas grandes del mundo. As¨ª, el presidente, que hizo su ¨²ltima visita bilateral a Suecia, la gran reserva de la socialdemocracia, ahora en peligro, llega hoy a Canad¨¢, otro referente mundial de Gobierno progresista, que tiene al frente a Justin Trudeau, un pol¨ªtico de la generaci¨®n de S¨¢nchez al que le gustar¨ªa unir su imagen.

Aclamado por la prensa internacional, Trudeau es un ejemplo de tolerancia, feminismo, ecologismo y defensa de la inmigraci¨®n frente a su vecino Trump. Y tambi¨¦n de modernidad, tanto que en octubre Canad¨¢ se convertir¨¢ en segundo pa¨ªs del mundo ¨Cdespu¨¦s de Uruguay- y el primero del G-20 en legalizar por completo la marihuana, una promesa electoral de Trudeau.

S¨¢nchez inicia con una cita con el primer ministro canadiense en Montreal un largo viaje de una semana que le llevar¨¢ a Nueva York, donde participar¨¢ en la Asamblea General de la ONU, y despu¨¦s a California, otro epicentro de la modernidad, ahora tambi¨¦n gobernado por los dem¨®cratas. S¨¢nchez pretend¨ªa acudir a Silicon Valley, coraz¨®n del desarrollo tecnol¨®gico, pero ante las dificultades de cuadrar la agenda se limitar¨¢ a algunos encuentros pol¨ªticos y visita a alg¨²n vivero de empresas tecnol¨®gicas.

El presidente, que viaja acompa?ado de su esposa, Bego?a G¨®mez, estar¨¢ as¨ª siete d¨ªas fuera de Espa?a en el momento m¨¢s delicado de su mandato, despu¨¦s de dos semanas complicadas, especialmente la anterior, con la dimisi¨®n de Carmen Mont¨®n y las dudas lanzadas por la oposici¨®n sobre su expediente acad¨¦mico. Lo que no podr¨¢ es escapar al eterno tema de Catalu?a, y menos en Montreal, la ciudad m¨¢s importante de Quebec, donde se opt¨® en 1995 por aceptar un refer¨¦ndum que perdieron los independentistas por la m¨ªnima. Despu¨¦s han ido perdiendo fuerza y ahora est¨¢n hundidos en las encuestas.

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S¨¢nchez, al contrario que sus antecesores Mariano Rajoy o Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, parece especialmente interesado en la agenda internacional y domina el ingl¨¦s. De hecho, lo habitual era que los presidentes acudieran un par de d¨ªas exclusivamente a Nueva York a la cita anual de la ONU y ¨¦l ha aprovechado para completarla con una visita a Canad¨¢ y otra a California.

S¨¢nchez conserva fuera de Espa?a el impacto positivo del Gobierno que nombr¨®, con el mayor porcentaje de mujeres del mundo, su decisi¨®n de exhumar los restos de Franco, aplaudida casi un¨¢nimemente en el exterior, y la de acoger a los migrantes del Aquarius. El tema de las migraciones, en el que S¨¢nchez y Trudeau tienen una posici¨®n similar, ser¨¢ uno de los ejes centrales del viaje con otros que le interesan especialmente al presidente como la defensa del multilateralismo, la lucha contra el cambio clim¨¢tico, la lucha contra la desigualdad o el feminismo. S¨¢nchez quiere volver a poner cuanto antes el foco en sus propuestas y reformas progresistas, varias de ellas en tramitaci¨®n en el Congreso, y sacarlo de las pol¨¦micas sobre su trayectoria acad¨¦mica que suponen un coste importante para su imagen.

El presidente participar¨¢ en Montreal en el Global Progressive Forum, una cita de dirigentes progresistas de todo el planeta, y despu¨¦s buscar¨¢ reforzar su perfil internacional en las cuatro jornadas que pasar¨¢ en Nueva York en el contexto de la asamblea general, con m¨²ltiples reuniones. All¨ª se ver¨¢ con el presidente cubano, Miguel D¨ªaz-Canel, el sucesor de los Castro, con quien, seg¨²n La Moncloa, hablar¨¢n de una posible visita de S¨¢nchez a La Habana. En el Gobierno aseguran que no se entiende que todos los l¨ªderes de pa¨ªses importantes de nuestro entorno como Francia o Alemania, e incluso el anterior presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, visiten la isla y Espa?a, pese a sus enormes v¨ªnculos econ¨®micos y sociales, quede fuera de esa ronda.

S¨¢nchez tambi¨¦n participar¨¢ en la cumbre contra el cambio clim¨¢tico One Planet Summit, con el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, a quien tambi¨¦n se ha acercado por sus posiciones en la pol¨ªtica migratoria, como le ha sucedido con Angela Merkel. En esa cita el presidente deber¨¢ hacer alg¨²n anuncio importante sobre cambio clim¨¢tico porque as¨ª lo exige la organizaci¨®n.

Pero sobre todo S¨¢nchez aprovechar¨¢ estos d¨ªas en Nueva York para multiplicar los encuentros bilaterales, darse a conocer ¨Ces uno de los ¨²ltimos en llegar y antes no hab¨ªa tenido un gran perfil internacional porque nunca fue ministro ni alto cargo- y tratar de respirar con una imagen mucho m¨¢s amable que la que ha vivido en las ¨²ltimas semanas con la presi¨®n de la oposici¨®n, la dimisi¨®n, las rectificaciones, los fallos de coordinaci¨®n y las primeras inquietudes internas ante un Gobierno que arranc¨® con mucha fuerza pero est¨¢ empezando a comprobar la enorme dificultad de avanzar con 84 diputados, a pesar de que hasta ahora no ha tenido demasiados fracasos sonoros en votaciones clave.