¡°Resistir es avanzar¡±

Acaso bajo los efectos de los psicotr¨®picos podr¨ªa sospecharse hace un a?o que Pedro S¨¢nchez ser¨ªa el presidente del Gobierno y Pablo Casado ser¨ªa l¨ªder de la oposici¨®n. Estuvieron ambos en el Palacio Real el 12 de octubre de 2017, pero lo hicieron resignados al apogeo del marianismo y al estrellato de Rivera, cuya reputaci¨®n de presidenciable explicaba el mismo fervor que ha engendrado a su paso este viernes el l¨ªder socialista.

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Conviene tener en cuenta el escarmiento de la provisionalidad de la pol¨ªtica y la transitoriedad del poder, pero se dir¨ªa que a S¨¢nchez, relajado, cordial, se le ha puesto cara de Presupuestos y que las emergencias de su gabinete ministerial est¨¢n subordinadas al lema extraoficial de la legislatura: ¡°Resistir es avanzar¡±.

Viene a cuento entrecomillarlo porque las ambiciones del eslogan provienen del entorno del presidente. E implican una reacci¨®n al ¡°clamor¡± de elecciones anticipadas que atragantaron el desfile al propio S¨¢nchez en la Castellana. El acuerdo con Iglesias sobrentiende tanta estabilidad como contraindicaciones. La ausencia y despecho del l¨ªder de Podemos en la recepci¨®n de Palacio no es ya solo una peque?a tradici¨®n, sino un correlato a la reprobaci¨®n de Felipe VI y de la monarqu¨ªa que acordaron sus aliados catalanes este mismo jueves.

No quiso conceder importancia S¨¢nchez al desaf¨ªo institucional porque el ejercicio de resistencia exige a la vez transigencia y posibilismo. Y porque la cuesti¨®n borb¨®nica representa un tab¨² en las negociaciones con los partidos soberanistas. Necesita confortarlos tanto como est¨¢ obligado a cumplir con la jefatura del Estado, de forma que la recepci¨®n en el Palacio de Oriente le exigi¨® un ejercicio de autoempat¨ªa y de equilibrismo con el que ¡°aspira agotar la legislatura", tal como conced¨ªa uno de sus gur¨²s en los corrillos informales.

Destaca m¨¢s la informalidad en contextos de tanto peso ritual y protocolario. S¨¢nchez no solo tuvo que sobrexponerse a una terapia de choque mon¨¢rquica, eclesi¨¢stica y castrense. Tambi¨¦n tuvo que avenirse a la reclamaci¨®n de los periodistas. Se concede muy poco a los medios. Parece haber olvidado sus reproches al holograma de Rajoy.

¡°Como no da ruedas de prensa y no habla nunca, lo mejor es escucharlo en estos corrillos, aprovechad, aprovechad¡±, deslizaba Pablo Casado entre la estupefacci¨®n y la iron¨ªa, aunque el l¨ªder de los populares hubo de sobreponerse al mimetismo de Albert Rivera. Y no es una exageraci¨®n. Una espont¨¢nea provista de invitaci¨®n y dioptr¨ªas trat¨® al presidente de Ciudadanos como si tuviera delante a Casado. Quiz¨¢ porque ambos llevaban corbata. Y porque se han propuesto convertirse a la vez en el espa?ol del a?o, agitando la bandera roja y gualda con el ¨¦nfasis de un n¨¢ufrago.

Un siglo se cumple del d¨ªa de la Raza. No lo instaur¨® Franco. Lo hizo el presidente Maura con la aquiescencia de Alfonso XIII. Y fue la primera vez que se celebr¨® en Espa?a la fiesta nacional. Cien a?os despu¨¦s de la iniciativa, los Borbones se consolidan en el trono y concitan a ¡°la sociedad¡± en una kermes de enjundia trasnochada y de maledicencias vanguardistas.

Las garantizaba Esperanza Aguirre en sus propios corrillos reaccionarios. Y se desprend¨ªan de la promiscuidad de la lista de invitados. Embajadores tan ex¨®ticos como el de Nepal y su casaca pluricondecorada. Excelencias arzobispales. Prohombres de uniforme civil que pod¨ªan confundirse con los camareros. Personajes de la far¨¢ndula homologable. Periodistas en busca de autor. Empresarios con maestr¨ªa en el arte de hacerse los encontradizos.

Hab¨ªa m¨¢s exministros de antiguo linaje socialista que ministros contempor¨¢neos, pero destacaban entre estos ¨²ltimos la amabilidad y aplomo de Pedro Duque, expresi¨®n pedag¨®gica de un gobierno que se ha propuesto resistir, resistir y resistir como reacci¨®n a la incertidumbre que sobrevuela la pol¨ªtica nacional: ?Qui¨¦n ser¨¢ el presidente del Gobierno el 12 de octubre de 2019?