Un sue?o lampedusiano
Hay deseos escondidos en las elecciones: en 1982 Andaluc¨ªa se adelant¨® a lo que suceder¨ªa despu¨¦s en el resto de Espa?a
"Andaluc¨ªa es un sue?o que varios andaluces llevamos dentro", escribi¨® Luis Cernuda. ?Sabr¨¢n encontrar los candidatos ese lugar que probablemente s¨®lo exista en los versos de los poetas? No es f¨¢cil recorrer un territorio con m¨¢s de 87.000 kil¨®metros cuadrados, pero los pol¨ªticos se empe?an en llegar a todos lados, aunque en realidad viajen hacia ninguna parte. Ah¨ª est¨¢n los m¨ªtines en streamingy los esl¨®ganes en Twitter donde todo es tan veloz, vertiginoso y fr¨¢gil. Qu¨¦ dif¨ªcil es distinguir las voces de los ecos.
Hay mucho ruido en Andaluc¨ªa, como en el resto de Espa?a. Por eso es bueno pararse en medio de tanto estr¨¦pito y reflexionar, recordar, pensar por encima del presentismo, que es el mal de nuestra ¨¦poca. Ahora que los pol¨ªticos atraviesan este sue?o imposible llamado Andaluc¨ªa sin dejar huella ni memoria, pienso en las primeras elecciones auton¨®micas all¨¢ por mayo de 1982. Y me pregunto si han cambiado mucho las cosas¡
Aquellas elecciones las gan¨® un PSOE que arras¨® con 66 esca?os. De Rafael Escuredo, primer presidente de la Junta, a Susana D¨ªaz, candidata a la reelecci¨®n, van casi cuatro d¨¦cadas en las que todo parece haber cambiado aunque todo siga igual. Hay algo de lampedusismo perverso en las elecciones andaluzas. La Espa?a invertebrada de Ortega y Gasset se ha transformado, pero en Andaluc¨ªa hay cosas que siguen intactas, como atrapadas en ¨¢mbar. Y hay quien piensa que algo del caciquismo del XIX ha quedado en las redes clientelares de un partido que lleva en el poder casi 40 a?os.
Debajo de este ruido digital que domina la campa?a con la furia electoral trasladada a la red, hay un paisaje fosilizado. En mayo de 1982 los candidatos recorr¨ªan malas carreteras y llegaban a pueblos olvidados desde hac¨ªa siglos. Buena parte del paisaje era semejante al descrito por Goytisolo en Campos de N¨ªjar, "el lugar m¨¢s pobre de Espa?a lleno de lagartos y piedras". Las cosas han cambiado, qu¨¦ duda cabe. Los candidatos recorren Andaluc¨ªa por autopistas y duermen en ciudades con voluntad de ser smart cities. Aunque una cosa es el sue?o de ser la California de Europa y otra la realidad.
Hay muchos deseos escondidos en la rec¨¢mara de estas elecciones. En 1982 Andaluc¨ªa se adelant¨® a lo que meses despu¨¦s suceder¨ªa en el resto de Espa?a. Fue la br¨²jula de lo que hab¨ªa de ocurrir. Y as¨ª quieren ver algunos estas elecciones, como un anticipo o una clave sin comprender que Andaluc¨ªa es un acertijo imposible, un espejismo, una extra?eza. Ya lo record¨® el poeta: "No la busqu¨¦is en parte alguna, porque no estar¨¢ all¨ª. Andaluc¨ªa es un sue?o que algunos andaluces llevamos dentro".
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