Las injerencias pol¨ªticas sumen al Poder Judicial en una crisis in¨¦dita
El Gobierno trata de salvar el pacto judicial tras la renuncia de Marchena
Las injerencias de los partidos pol¨ªticos ¡ªacentuadas en las ¨²ltimas semanas¡ª han sumido al Poder Judicial en una crisis in¨¦dita. El magistrado Manuel Marchena renunci¨® este martes a ser candidato a presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, cargo para el que fue propuesto por el PP y el PSOE. La decisi¨®n de Marchena para defender su independencia dinamit¨® el pacto para renovar el CGPJ, que el Gobierno trata ahora de salvar.
Manuel Marchena apret¨® a primera hora de este martes? el bot¨®n nuclear. El presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo renunciaba por sorpresa a ser presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo. A trav¨¦s de un comunicado, Marchena reaccionaba, sin mencionarlo, al mensaje de Whatsapp enviado el d¨ªa anterior por el portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosid¨®, a 146 compa?eros de su grupo parlamentario, en el que defend¨ªa la designaci¨®n de Marchena como m¨¢ximo representante del Poder Judicial.
En aquel mensaje, Cosid¨® destacaba la experiencia y la capacidad jur¨ªdica de Marchena y argumentaba que su nombramiento, pactado con el PSOE, permitir¨ªa controlar ¡°desde detr¨¢s¡± salas clave del Supremo, como la propia Sala Segunda, de lo Penal, que juzgar¨¢ en enero la causa por rebeli¨®n en el proc¨¦s.
¡°Jam¨¢s he concebido el ejercicio de la funci¨®n jurisdiccional como un instrumento al servicio de una u otra opci¨®n pol¨ªtica para controlar el desenlace de un proceso penal¡±, recalc¨® Marchena en su comunicado de renuncia. ¡°Mi trayectoria como magistrado ha estado siempre presidida por la independencia como presupuesto de legitimidad de cualquier decisi¨®n jurisdiccional¡±, a?ad¨ªa la nota.
La designaci¨®n del actual presidente de la Sala de lo Penal del Supremo como primera autoridad judicial espa?ola fue acordada hace nueve d¨ªas por el Gobierno y el PP, y tratada como un hecho consumado. Y se hizo as¨ª pese a que la Constituci¨®n y la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial establecen que ser¨¢n los 20 vocales del CGPJ, nombrados por el Congreso y el Senado, los que elegir¨¢n al presidente en la sesi¨®n constitutiva del ¨®rgano. Los dos partidos mayoritarios presentaron la renovaci¨®n del ¨®rgano como un buen acuerdo pol¨ªtico por el que el PP permit¨ªa una mayor¨ªa progresista en el Consejo a cambio de situar en la presidencia a Marchena, un jurista con fama de conservador, pero con enorme capacidad de di¨¢logo y una solvencia t¨¦cnica y jur¨ªdica reconocida por todos los sectores. Marchena ha sido por dos veces el candidato del PP para presidir el Poder Judicial.
Problema para el PP
La retirada de Marchena, aplaudida un¨¢nimemente por las asociaciones judiciales, que lo consideraron una ¡°lecci¨®n de independencia judicial¡±, supone un problema para el PP, que lo hab¨ªa propuesto y ha sido el responsable de su abandono. Pero sobre todo crea un dolor de cabeza al Gobierno. El Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez ve¨ªa en la renovaci¨®n del Poder Judicial una pieza fundamental para mostrar estabilidad institucional y disipar el ambiente que se est¨¢ instalando en c¨ªrculos pol¨ªticos de que el Ejecutivo no va a poder aguantar mucho tiempo y se ver¨¢ obligado a convocar elecciones.
En La Moncloa insisten en que la polvareda de los ¨²ltimos d¨ªas pasar¨¢ en cuanto salga el resultado de las elecciones andaluzas del 2 de diciembre y se vea, como ellos auguran, que el gran perdedor de la noche es el PP. Entonces se pasar¨¢ de hablar de la inestabilidad del Gobierno a analizar la crisis del PP, sostienen. Sin embargo, esta noticia del fiasco de la operaci¨®n Marchena aliment¨® inmediatamente esas especulaciones que apuntan a un adelanto electoral inminente. El propio presidente admiti¨® este martes, en un acto organizado por The Economist, que sin Presupuestos, su ¡°vocaci¨®n de llegar al final de la legislatura¡± se ve ¡°acortada¡±.
S¨¢nchez dijo haberse enterado de la renuncia de Marchena este martes? por la ma?ana. En declaraciones a los medios de comunicaci¨®n, el presidente manifest¨® que el paso atr¨¢s del magistrado al haberse puesto en cuesti¨®n su imparcialidad ¡°demuestra lo acertado de su nombramiento¡±. A rengl¨®n seguido, el jefe del Ejecutivo reclam¨® al PP ¡°sentido institucional¡± para alcanzar un pacto para renovar el Consejo del Poder Judicial.
A esa hora, el principal partido de la oposici¨®n ya hab¨ªa anunciado que tras la decisi¨®n de Marchena daban por roto el acuerdo con el PSOE para sustituir a los 20 vocales del ¨®rgano de gobierno de los jueces. Y pese a que el detonante evidente de la renuncia fue el Whatsapp de su portavoz parlamentario Cosid¨®, la formaci¨®n conservadora responsabilizaba del fracaso al Gobierno.
Volver al modelo anterior
El presidente del PP, Pablo Casado, despu¨¦s de haber dado su visto bueno hace ocho d¨ªas al acuerdo con el PSOE, se sum¨® inesperadamente a la vieja aspiraci¨®n de algunas asociaciones judiciales de volver al ¡°modelo original¡± de renovaci¨®n del CGPJ y que sean los propios jueces los que elijan a los 12 de los 20 vocales ¨®rgano que la Constituci¨®n reserva a miembros de la carrera judicial. Casado se suma as¨ª a la idea defendida por Ciudadanos, que se ha negado a participar en las negociaciones para la renovaci¨®n del Consejo.
Este modo de designaci¨®n de los vocales a trav¨¦s de votaci¨®n de los jueces fue modificado en 1985, con la mayor¨ªa absoluta del PSOE en la reforma de la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial. Desde entonces, los 20 vocales ¡ªlos 12 de extracci¨®n judicial y los ocho de juristas de reconocida competencia¡ª se nombran por el Congreso y el Senado. El Tribunal Constitucional aval¨® esta modificaci¨®n en una sentencia de 1986, aunque advirti¨® que el modelo actual podr¨ªa derivar en que las renovaciones se convirtieran en un mero reparto de sillones entre los partidos en proporci¨®n a su fuerza parlamentaria, como viene sucediendo desde entonces con mayor o menor intensidad.
El acuerdo parece ahora dif¨ªcilmente recuperable, por lo que es posible que el Poder Judicial entre en una situaci¨®n de bloqueo y tenga que continuar al frente con el mandato ya caducado Carlos Lesmes, cuya imagen ha quedado muy tocada despu¨¦s de la sentencia del impuesto de las hipotecas. La direcci¨®n del PP, y en especial su principal negociador, Rafael Catal¨¢, hab¨ªa recibido muchas cr¨ªticas por este acuerdo que ced¨ªa la mayor¨ªa a los progresistas. Pablo Casado estaba visiblemente inc¨®modo con estas cr¨ªticas del ala m¨¢s conservadora, y con esta renuncia de Marchena se quita un problema de encima, aun a costa de bloquear el Consejo del Poder Judicial. La crisis llega, por tanto, por un error de Cosid¨®, que ha sido la gota que colm¨® el vaso de la paciencia de Marchena, pero puede ser utilizada por los populares para resolver su problema interno.
El juicio del 'proc¨¦s'
La decisi¨®n de Marchena tiene una consecuencia directa sobre el juicio m¨¢s importante de los ¨²ltimos a?os, el del proc¨¦s. Su salida de la Sala de Lo Penal para presidir el Supremo implicaba una serie de cambios que modificaban el tribunal y permit¨ªan una composici¨®n con un progresista m¨¢s. La renuncia implica que Marchena seguir¨¢ al frente de la sala, que presidir¨¢ el juicio y que ser¨¢ por tanto la figura clave del proceso.
Los independentistas ya se hab¨ªan lanzado a criticar a Marchena y al Supremo despu¨¦s de que se publicaran los mensajes de Cosid¨® que mostraban ese intento del PP por controlar este juicio, y Oriol Junqueras y otros cinco l¨ªderes independentistas encarcelados han decidido recusar al juez. Las consecuencias pol¨ªticas de ese juicio son tan evidentes como incalculables, pero sin duda este fiasco no ayuda a mejorar la relaci¨®n entre el PSOE y los independentistas ni a la estabilidad del Gobierno. El Ejecutivo sigue convencido de que Junqueras no tiene ning¨²n inter¨¦s en que haya ahora elecciones generales que podr¨ªan abrir la puerta a un mayor poder de Ciudadanos, y conf¨ªa en reconducir la situaci¨®n apelando al inter¨¦s de los que apoyaron la moci¨®n de censura por mantener la estabilidad del Gobierno, pero la situaci¨®n se precipita por momentos.
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