La brecha entre la M¨¢laga llena y la vac¨ªa
La Costa del Sol mantiene sus problemas end¨¦micos y suma otros nuevos, como el impacto de los alquileres tur¨ªsticos o el despoblamiento de los pueblos de interior
M¨¢laga, el motor econ¨®mico de Andaluc¨ªa, ruge con intensidad. Los turistas ya no se van directamente desde el aeropuerto a Marbella u otras localidades de la Costa del Sol, sino que reservan unos d¨ªas para la capital, donde nuevos museos como el Pompidou, el de Arte Ruso y el Carmen Thyssen siguen la estela abierta por el Museo Picasso, que en octubre cumpli¨® 15 a?os. La ciudad bati¨® un nuevo hito en 2017, con m¨¢s de 1,3 millones de viajeros y 2,4 millones de pernoctaciones, seg¨²n el Ayuntamiento. Pero a pesar de que la capital se ha puesto de moda, sus problemas ¡ªy los de la provincia¡ª siguen siendo pr¨¢cticamente los mismos de los ¨²ltimos 30 a?os, con algunos m¨¢s, desconocidos hasta ahora.
A los eternos desaf¨ªos de la falta del saneamiento integral de sus aguas residuales, de la inexistente conexi¨®n ferroviaria con Marbella y Estepona, o la saturaci¨®n urban¨ªstica del litoral con d¨¦ficit de camas hospitalarias y plazas educativas, se unen otros nuevos como el impacto en el precio de la vivienda por los alquileres tur¨ªsticos de plataformas como Airbnb. Adem¨¢s, las diferencias econ¨®micas y sociales entre la costa y el interior no paran de agrandarse. ¡°Y la brecha va a ir a m¨¢s por la tendencia de nuestra sociedad a que se acent¨²en las desigualdades¡±, vaticina Mar¨ªa Luisa G¨®mez, profesora de an¨¢lisis geogr¨¢fico regional de la Universidad de M¨¢laga.
Los 170 kil¨®metros de litoral que van desde Nerja, al este, a Manilva, en el l¨ªmite con C¨¢diz concentran a la poblaci¨®n, el trabajo y la riqueza, aunque repartidos de forma desigual. En esta franja viven un mill¨®n de censados, de los 1,6 millones que tiene la provincia. En temporada alta, la poblaci¨®n se puede triplicar. Como contrapartida, 63 de los 103 municipios malague?os, esencialmente de interior, han perdido poblaci¨®n en los ¨²ltimos diez a?os. Localidades de las comarcas de la Axarqu¨ªa (zona oriental) o Ronda (noroeste) acaparan los diez primeros puestos, con bajadas que llegan a rozar el 30%. Antequera (en el norte) tambi¨¦n est¨¢ muy afectada.
LAS DIFERENCIAS ENTRE LAS PROVINCIAS ANDALUZAS
Los pueblos m¨¢s perjudicados hacen equilibrismos en forma de bolsas de trabajo rotatorias, cheques beb¨¦ o ayudas de comedor de guarder¨ªa para que sus colegios no pierdan ni?os. Todo para evitar una espiral que desencadene el cierre del centro, de bancos o comercios. Sus alcaldes, de diferentes partidos, reclaman a las administraciones que hagan frente com¨²n para atajar el problema.
¡°Los subsidios agrarios, las conexiones por carretera y la cercan¨ªa de equipamientos, como hospitales comarcales, est¨¢n conteniendo ese vaciamiento¡±, asegura la profesora G¨®mez, que recuerda que ya en los a?os sesenta y setenta tambi¨¦n se produjo un vuelco hacia el litoral con una p¨¦rdida de poblaci¨®n superior al 50% en 15 a?os.
Desde el punto de vista pol¨ªtico, M¨¢laga tambi¨¦n se divide en costa e interior. Las principales ciudades del litoral tienen mayor¨ªa de votantes del Partido Popular, con un voto m¨¢s conservador, mientras que en interior, suele triunfar el partido socialista.
En zonas de expansi¨®n de la capital malague?a, como Teatinos, vuelven a escucharse hormigoneras y martillos hidr¨¢ulicos en solares en los que hace diez a?os no se mov¨ªa ni una hoja. Sus vecinos, al igual que los de otras poblaciones del ¨¢rea metropolitana como Rinc¨®n de la Victoria o C¨¢rtama, luchan para que la Junta de Andaluc¨ªa termine un colegio y dos institutos y sus 700 hijos dejen de recibir clases en casetas de obra."Llevamos pidiendo el instituto desde el 99", se lamenta Mar Villanueva, portavoz de la Plataforma Prometo de Teatinos, al lado de la obra del centro. Este grupo de padres tiene a 120 alumnos de Educaci¨®n Secundaria estudiando en barracones y a otros 180 dando clases desde el inicio de este curso en una residencia de estudiantes en la que usan las salas de televisi¨®n como aulas. En la Junta sostienen que "en escasos meses" tendr¨¢n las aulas definitivas. El colectivo se reuni¨® este viernes con el candidato en M¨¢laga de Andaluc¨ªa Adelante a las elecciones auton¨®micas del pr¨®ximo 2-D, y el lunes lo har¨¢ con el de Ciudadanos.
El boom de los apartamentos tur¨ªsticos ha engullido edificios enteros del centro y de barriadas costeras como Pedregalejo o El Palo. "Mi casero me dijo que me sub¨ªa el precio y pens¨¦ en irme, pero cuando vi lo que hay, he negociado una subida en dos a?os", cuenta un vecino que resiste de alquiler en un bloque tomado por viajeros. Hay gente sin casa porque est¨¢n ocupadas en hospedar a turistas, un negocio mucho m¨¢s lucrativo que el alquiler de larga temporada. 870 personas en riesgo de exclusi¨®n tienen una ayuda municipal al alquiler de 550 euros concedida, pero no encuentran apartamentos por esos precios. La capital concentra 4.000 de las 25.000 viviendas de uso tur¨ªstico inscritas en M¨¢laga.
Canillas de Aceituno, en la alta Axarqu¨ªa, a 50 kil¨®metros de la capital, es el caso m¨¢s extremo de p¨¦rdida de poblaci¨®n, ha ca¨ªdo un 28% en una d¨¦cada. Su renta per c¨¢pita (13.043 euros) est¨¢ en los ¨²ltimos puestos de una lista que lidera la discreta Benahav¨ªs (29.410 euros), vecina de Marbella. La tasa de paro de Canillas ha rondado el 20% en los ¨²ltimos cuatro a?os. En Benahav¨ªs, territorio de urbanizaciones de lujo como La Zagaleta, el desempleo ha sido de un 7%.
Con una agricultura interior de secano abandonada y una burbuja inmobiliaria que termin¨® con m¨¢s de 10.000 viviendas ilegales en la Axarqu¨ªa, la crisis dej¨® a Canillas, al igual que a los municipios de su entorno, sin plan b. Las opciones de sus 1.800 vecinos son la poca construcci¨®n que queda o bajar a trabajar a los almacenes agr¨ªcolas de mango y aguacate de V¨¦lez M¨¢laga. ¡°Aqu¨ª no hay espacio para montar f¨¢bricas¡±, asegura Vicente Campos, su alcalde (PP). En el Ayuntamiento intentan crear trabajos ligados al turismo de interior. Tienen el parque natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama muy cerca y la subida m¨¢s dura a La Maroma, el pico m¨¢s alto de la provincia (2.069 metros de altitud), adem¨¢s de la pasarela de El Saltillo, rebautizada como Caminito de la Axarqu¨ªa, en contraposici¨®n al Caminito del Rey, uno de los principales imanes tur¨ªsticos de la provincia, reabierto en 2015. ¡°A veces ocurre que los j¨®venes no se atreven a dar los pasos, a emprender¡±, se lamenta el alcalde.
En la comarca de Ronda, cuya reivindicaci¨®n hist¨®rica es la construcci¨®n de una autopista con la costa, se encuentra Cartajima, de apenas 250 habitantes situada en el valle del Genal. Su alcalde, Francisco Ben¨ªtez (PSOE) lleg¨® a poner un anuncio en 2016 ofreciendo empleo temporal y vivienda a bajo coste para familias con ni?os que quisieran instalarse en el pueblo. Su objetivo era que no cerraran su colegio rural. Dos a?os despu¨¦s y 10.000 solicitudes mediante, ha logrado mantenerlo abierto. Tiene ocho alumnos. "Tenemos la suerte de que el municipio est¨¢ a 55 kil¨®metros de Marbella. Las comunicaciones no son las mejores, pero si se nos compara con alg¨²n municipio de Castilla y Le¨®n salimos ganando¡±, contempla Ben¨ªtez. Entre los vecinos de Cartajima hay muchos inmigrantes retornados de Par¨ªs o Marsella ¨C¡°es rara la familia en la que no hay uno¡±- y tambi¨¦n quienes mantienen una casa para fines de semana o vacaciones. No todos los que llegaron tentados por la oferta de empleo terminaron integr¨¢ndose.
¡°El viaje al interior tiene ida y vuelta¡±, considera Dami¨¢n Ru¨ªz Sinoga, catedr¨¢tico de Geograf¨ªa F¨ªsica de la UMA. ¡°Durante la crisis tambi¨¦n se volvi¨® una especie de refugio¡±, detalla en una conversaci¨®n en la que habla de ¡°movimientos pendulares¡± por los que familias de las comarcas de Antequera o Ronda van y vienen cada fin de semana o con cierta frecuencia a sus viviendas de las localidades de interior. ¡°As¨ª no se termina de perder la conexi¨®n sociol¨®gica¡±, a?ade.
Ruiz Sinoga reconoce alegr¨ªa porque la construcci¨®n se reactive en el litoral pero plantea una reflexi¨®n. "No veo que estemos generando una nueva expectativa. Hemos vuelto al turismo y ahora aparecen gr¨²as, pero, por otro lado, no nos hemos zafado de esa sensaci¨®n de vulnerabilidad. En los escenarios de cambio clim¨¢tico la situaci¨®n ir¨¢ a peor en algunas zonas. Seguimos dependiendo de que la gente quiera venir, y de lo mismo que ten¨ªamos hace 50 a?os, que es el sol y la playa¡±, recuerda.
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