Esos grupos de WhatsApp que carga el diablo
Rajoy evit¨® usar esta plataforma y S¨¢nchez tampoco es dado a mandar mensajes
Un mensaje de WhatsApp ha provocado un se¨ªsmo sin precedentes en la Justicia espa?ola. ¡°Ponemos a un presidente excepcional y adem¨¢s controlamos la sala segunda desde atr¨¢s¡±. El bot¨®n de reenviar lo puls¨® el portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosid¨®. El destino eran los 146 senadores de su partido. A las pocas horas, el mensaje ya hab¨ªa llegado a la prensa. Siete d¨ªas despu¨¦s ya no hay pacto para renovar el Poder Judicial, no existe el grupo al que se envi¨® ese mensaje y crece el recelo en la utilizaci¨®n de servicios como Whatsapp, Telegram o Signal.
¡°Hay que tener un m¨ªnimo de prudencia para no dejar informaci¨®n sensible por escrito¡±, apunta un miembro del gabinete de un ministro, que reconoce que se utiliza WhatsApp en el d¨ªa a d¨ªa. ¡°Pero para nada importante¡± y menos para comunicarse con los altos cargos. Desde otro ministerio aseguran que usan estas aplicaciones a diario, pero tanto el ministro como los secretarios de Estado prefieren ¡°llamarte al despacho¡± o usar el tel¨¦fono. ¡°Son conscientes de que no pueden dejar ciertas cosas por escrito, pero adem¨¢s es que no podemos tener a un ministro recibiendo y contestando cientos de mensajes al d¨ªa¡±, aseguran. En el Gobierno, los grupos de WhatsApp se limitan a los jefes de gabinete para coordinarse con La Moncloa. El presidente, Pedro S¨¢nchez, tampoco es muy dado a mandar mensajes y prefiere llamar a sus ministros.
En el PP han tomado nota del error de tener grupos tan amplios y tras eliminar el del Senado, mantienen otros dos m¨¢s reducidos: del consejo de direcci¨®n y de comunicaci¨®n. Sin embargo, en el Congreso siguen usando el chat que agrupa a los diputados, pero solo para agenda y votaciones.
Lo que m¨¢s ha sorprendido a muchos diputados populares es que se utilizara un grupo tan amplio para reenviar informaci¨®n sensible para la direcci¨®n del partido, algo impensable para el PSOE. La direcci¨®n socialista en el Congreso y el Senado s¨ª se comunican por WhatsApp, pero son grupos reducidos a una decena de integrantes. Las comunicaciones suelen ser mediante correos electr¨®nicos. En los partidos pol¨ªticos, con algunas excepciones, ocurre lo mismo. ¡°Si hay algo relevante nos llama Teo [Garc¨ªa Egea, secretario general del PP] o Javier Maroto [vicesecretario de Organizaci¨®n] para despachar directamente con nosotros¡±, dice un miembro del comit¨¦ ejecutivo del PP. Lo mismo hace el presidente del partido, Pablo Casado, que prefiere llamar o citar directamente en G¨¦nova para tratar los asuntos importantes. ¡°Nos llaman o nos citan en la sede. Para temas de agenda usamos WhatsApp o Telegram¡±.
Quienes en alg¨²n momento han colaborado con otro de los pesos pesados del PP, saben que Alberto N¨²?ez Feij¨®o prefiere coger el tel¨¦fono antes que enviar un mensaje. Todo lo contrario, es lo que hace Unidos Podemos. La tercera fuerza en el Congreso de los Diputados usa Telegram, y no solo para distribuir informaci¨®n a su militancia sino tambi¨¦n como herramienta de trabajo. La noche en la que se cerr¨® el acuerdo de presupuestos entre Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias, el l¨ªder de Podemos acudi¨® solo a La Moncloa. Su equipo estaba pendiente de un grupo de Telegram en el que su l¨ªder consultaba las dudas.
En Telegram, la informaci¨®n compartida se almacena en una nube, no en los dispositivos. Y tiene hasta una modalidad de chat secreto en el que los mensajes se autoeliminan con una cuenta atr¨¢s que el usuario establece. Esta herramienta fue la que utiliz¨® la Generalitat para gestionar la consulta del 9-N. En el 1-O optaron por encriptar mensajes.
Eso no ha impedido que Podemos tambi¨¦n haya tenido sus problemas. Como cuando Bescansa colg¨® por ¡°error¡± en un grupo de Telegram su propuesta para desbancar a Iglesias. O cuando se filtraron los comentarios machistas del propio Iglesias hacia la periodista Maril¨® Montero.
Estos servicios son tambi¨¦n una herramienta muy valiosa para los autodenominados Ayuntamientos del cambio, como Madrid y Santiago. Vigilar las comunicaciones tampoco es ninguna novedad en el entorno de la alcaldesa Ada Colau. Tanto ella como sus colaboradores y concejales provienen en su mayor¨ªa de los movimientos sociales. Exactivistas para los que en otras ¨¦pocas no era raro sacar las bater¨ªas del m¨®vil durante una reuni¨®n y ya utilizaban Telegram cuando el com¨²n de los mortales apenas descubr¨ªa Whatsapp. Pero desde que ganaron la alcald¨ªa se han relajado al tomar precauciones.
El riesgo a que mensajes con informaci¨®n delicada se hagan p¨²blicos provoca que algunos pol¨ªticos veteranos prefieran evitar las nuevas tecnolog¨ªas. ¡°Si no est¨¢s en ning¨²n grupo, nadie podr¨¢ acusarte de nada. Todo mejor en persona¡±, asegura un alto cargo del Gobierno. Mariano Rajoy evit¨® usar WhatsApp durante sus a?os de mandato. Opt¨® por una v¨ªa que muchos consideran obsoleta: los SMS, que ¨¦l quiz¨¢s consideraba m¨¢s segura. Sin embargo, uno de sus mensajes privados marc¨® para siempre su presidencia: ¡°Luis, s¨¦ fuerte¡±. El resto, ya es historia.
Con informaci¨®n de Ana Marcos, Jos¨¦ Marcos, Natalia Junquera, Sonia Vizoso, Clara Blanchar y Camilo S. Baquero.
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