Los mapas que muestran que los espa?oles aceptan m¨¢s a musulmanes y jud¨ªos que muchos europeos

En Europa, la aceptaci¨®n del otro muestra una enorme brecha entre pa¨ªses. Espa?a destaca por su aceptaci¨®n de musulmanes y jud¨ªos en la familia, por su tolerancia al matrimonio homosexual, y por considerar que la cultura propia no es superior a la de los dem¨¢s. En comparaci¨®n, muchos vecinos del espacio europeo siguen anclados en ¨¦pocas que en Espa?a se dan por superadas. As¨ª lo revela una macroencuesta del centro de investigaci¨®n sociol¨®gica Pew Research Center, que entrevist¨® de 2015 a 2017 a los europeos de 34 pa¨ªses sobre cuestiones de tolerancia y libertad sexual, religiosa y cultural. Estos son los resultados, mostrados en seis mapas interactivos.

Espa?a est¨¢ en la sexta posici¨®n en Europa en aceptaci¨®n de los musulmanes, pero escala un puesto cuando se dirige la pregunta a la poblaci¨®n m¨¢s joven. En Europa, los armenios y checos (y entre ellos, especialmente los j¨®venes) son los que menos dispuestos se muestran a acoger a un isl¨¢mico en el seno de la familia. En el extremo contrario, cuatro de cada cinco holandeses y escandinavos aceptar¨ªan esa posibilidad de buen grado. Pew Research dirigi¨® la pregunta solo a no musulmanes.?

En casi todos los casos, los europeos que no profesan el juda¨ªsmo aceptar¨ªan m¨¢s a un jud¨ªo en su familia que a un musulm¨¢n. Con todo, los habitantes de Georgia y Armenia son los m¨¢s reacios, seguidos de los griegos (solo lo aprobar¨ªa uno de cada tres). En el extremo contrario, al igual que ocurre con los musulmanes, son los holandeses y los escandinavos los m¨¢s receptivos a esa posibilidad. En el caso de Pa¨ªses Bajos, casi toda la poblaci¨®n, el 96%.

El pa¨ªs es de los que acepta de mejor grado el matrimonio entre las parejas de mismo sexo, un logro social alcanzado en Espa?a en 2005. Es habitual ese benepl¨¢cito en los pa¨ªses occidentales europeos: en todos ellos son m¨¢s quienes est¨¢n a favor que quienes est¨¢n en contra, pero, conforme nos alejamos hacia el este, esa realidad se invierte.

?Hay esperanzas en las nuevas generaciones (las de los j¨®venes entre 18 y 34 a?os) de que ese rechazo se revierta? Depende: las hay en cierta medida en Grecia, donde los j¨®venes lo son 19 puntos menos que los adultos (aun as¨ª, un 51% de los j¨®venes griegos se opone); o entre los j¨®venes finlandeses y portugueses (11 puntos menos). Entre los espa?oles, no hay peligro (de momento) de que se revierta el caso: si solo hay un 13% de opositores al matrimonio entre gais o lesbianas, entre los j¨®venes esa cifra desciende hasta un marginal 7%.

Espa?a se ubica en una posici¨®n intermedia en la aceptaci¨®n del aborto legal. Los m¨¢s contrarios se encuentran todos en el Este europeo, pero solo en siete (Georgia, Moldavia, Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Grecia y Polonia) son mayor¨ªa quienes lo rechazan que quienes lo aceptan. Fuera de ese ¨¢mbito geogr¨¢fico, los portugueses, italianos e irlandeses muestran tasas relativamente altas de rechazo, pero siempre minoritarias en comparaci¨®n con los encuestados que abogan por un aborto legal.?

Entre los europeos occidentales, los encuestados en Espa?a destacan al considerar que el hecho de haber nacido en el pa¨ªs es algo "muy" o "bastante importante" para ser espa?ol (dos de cada tres). Los italianos est¨¢n un poco por encima en esta creencia, y m¨¢s a¨²n los portugueses (81%). Los suecos apenas conceden importancia al lugar de nacimiento (solo el 22%). En la parte m¨¢s oriental del continente, una gran mayor¨ªa de encuestados lo considera importante. En las nuevas generaciones, destaca el salto de los daneses j¨®venes y los adultos. Los primeros apenas le dan importancia (solo un 20% de ellos consideran importante haber nacido en Dinamarca para ser dan¨¦s); los segundos, m¨¢s (un 41%). En Espa?a la diferencia entre j¨®venes y mayores al respecto alcanza los 18 puntos de diferencia.

Solo uno de cada cinco espa?oles cree que su cultura es superior a los dem¨¢s. Esa proporci¨®n coloca a Espa?a en el primer puesto de los modestos. Los belgas, estonios, suecos y holandeses siguen en orden. Quienes m¨¢s ponen a su cultura por encima de la de los dem¨¢s son los griegos (un 89% as¨ª lo cree), seguidos de georgianos, armenios y, a mayor distancia, rusos, b¨²lgaros y bosnios. Entre los europeos occidentales, dos de cada tres noruegos encumbran su cultura sobre las extranjeras.