Los cazadores de narcos que se sienten olvidados

A bordo de una patrullera del Servicio de Vigilancia Aduanera?(SVA), Paula Pe?il, patrona de la embarcaci¨®n, ve la bah¨ªa de Algeciras sembrada de fardos de droga. Dos miembros de su tripulaci¨®n esperan indicaciones en una lancha auxiliar para recuperar los paquetes de hach¨ªs que flotan en todas las direcciones. ¡°?A traverso hay m¨¢s fardos!¡±, apunta a viva voz Pe?il porque el walkie talkie no funciona. No para de gritar hasta que sobre la embarcaci¨®n hay 1,5 toneladas de droga.?En 2017, los agentes del SVA incautaron 136.057 kilos de hach¨ªs y?participaron en la aprehensi¨®n m¨¢s grande de coca¨ªna en Espa?a. Pese a sus resultados, se sienten los olvidados en la lucha contra el narcotr¨¢fico: ¡°Necesitamos m¨¢s medios para poder parar a los malos¡±.?

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Los casi 1.900 funcionarios de este servicio que dependen del Ministerio de Hacienda realizan tareas de investigaci¨®n, vigilancia, persecuci¨®n y asalto. Est¨¢n autorizados a portar armas, aunque no forman parte de ninguno de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. En un operativo, pueden perseguir semirr¨ªgidas que alcanzan los 50 nudos cargadas de droga (unos 93 kil¨®metros por hora) y estar en activo el tiempo que sea necesario.

¡°Pero piensan que somos administrativos con armas¡±, se?ala Francisco Carri¨®n, delegado del sindicato Uni¨®n de Grupos C de Hacienda (UCESHA) en el Campo de Gibraltar. Carri¨®n expone m¨¢s reclamos de los que puede contar con los dedos de la mano. Los que repiten los agentes, en general, son dos: falta de recursos materiales y humanos. Se sienten "frustrados y desamparados", asegura. Destaca los resultados que obtienen y piensa en lo que podr¨ªan hacer con m¨¢s recursos. En 2017, el SVA incaut¨® 136.057 kilos de hach¨ªs y 52.716 de coca¨ªna, seg¨²n datos del sindicato. Ese a?o, la Guardia Civil y la polic¨ªa juntas recuperaron 334.918 kilos de hach¨ªs y 40.960 de coca¨ªna, de acuerdo con los informes del Ministerio del Interior.

Jos¨¦ Barrag¨¢n, que acaba de recuperar 40 fardos de hach¨ªs (unos 1.500 kilos) a bordo de la embarcaci¨®n que pilota Pe?il, est¨¢ euf¨®rico. La operaci¨®n, que realizaron en coordinaci¨®n con la Guardia Civil y la Polic¨ªa Nacional, hab¨ªa empezado esa madrugada. Esta vez, los narcos tiraron la droga al mar; la semana anterior, en cambio, los contrabandistas los embistieron a 60 nudos (111 kil¨®metros por hora) para evitar ser detenidos. ¡°Nunca he vivido tanta agresividad¡±, comenta Barrag¨¢n.?

¡°A Algeciras vienen los que viven en la zona o los que no pueden elegir, los m¨¢s j¨®venes¡±, comenta el delegado sindical. ¡°A iguales condiciones econ¨®micas, es preferible un sitio m¨¢s c¨®modo¡±, conviene. Uno de los agentes reci¨¦n salidos de la academia se juega la vida por unos 1.350 euros netos al mes. Un agente de la Polic¨ªa Nacional con tareas similares recibe 1.650 euros y uno de la Guardia Civil, 1.630, tras acordar la equiparaci¨®n salarial que se hizo efectiva en la n¨®mina de octubre.?

Y en Algeciras, coinciden varios agentes, es donde m¨¢s recursos hay. "Lo ¨²nico que sale en la tele es el sur", lamenta por tel¨¦fono Ant¨®n Lest¨®n, agente mar¨ªtimo con 33 a?os de servicio y representante de la Confederaci¨®n Intersindical Galega?(CIG). En Galicia, asegura, les han retirado aviones y embarcaciones para desplazarlas a Andaluc¨ªa. All¨ª tambi¨¦n han ido las dos ¨²ltimas lanchas de alta velocidad adquiridas por Aduanas. Las costas gallegas, sin embargo, siguen siendo una de las principales puertas de entrada de la coca¨ªna a Europa. ¡°Resolvemos [la falta de recursos] con la experiencia de muchos a?os. En lugar de aprehensiones en mar se hacen m¨¢s escuchas, m¨¢s investigaci¨®n¡±, explica.

¡°Resolvemos [la falta de recursos] con la experiencia de muchos a?os¡±, comenta un agente con 33 a?os de servicio.

Agust¨ªn G¨®mez es uno de los veteranos y, con 60 a?os, sigue a bordo de la embarcaci¨®n a la que se subi¨® por primera vez hace tres d¨¦cadas en las R¨ªas Baixas. ?l ha ganado a?os y la lancha ha perdido velocidad. Es una embarcaci¨®n grande, antigua y ruidosa que no compite con las planeadoras que usan los narcos en la zona. ¡°La gente se deja la piel [en las persecuciones]¡±, zanja G¨®mez. ¡°No deber¨ªamos estar realizando estas tareas a cierta edad¡±, lamenta por tel¨¦fono y reconoce que, pese a su buen estado f¨ªsico, sus reflejos y capacidades han mermado. El sindicato UCESHA calcula que el 60% de los 1.200 agentes del departamento tiene m¨¢s de 50 a?os y el 10%, m¨¢s de 60.

¡°La cosa se est¨¢ poniendo m¨¢s fea¡±, reitera un operario a¨¦reo con 32 a?os de servicio, que prefiere no identificarse. Pilota el mismo CASA 212 de cuando empez¨®. ¡°Volar vuela¡±, se resigna, ¡°pero no cubre las condiciones al 100%¡±. La aeronave no tiene aseos, asegura el veterano: ¡°?Qu¨¦ usas? Coges una botella, luego la vac¨ªas y listo¡±. Pero lo peor, opina, es que los servicios de comunicaci¨®n ¡°son nefastos¡±. Muchas veces, asegura, no funcionan y no tiene forma de comunicarse con los funcionarios de tierra y los mar¨ªtimos. ¡°Por eso a veces tienes que intervenir [con el avi¨®n] en tierra. Es un riesgo que asumes bajo tu responsabilidad¡±, explica.

¡°Sales. No te pones a pensar en el peligro. Mientras no pasan las cosas vas tirando y haciendo el trabajo del d¨ªa a d¨ªa¡±, apunta Juan Carlos Romero, delegado sindical de UCESHA en Huelva. Tras 26 a?os de servicio, se juega la vida por 1.700 euros al mes.?Explica que muchas veces le toca ir solo en el coche conduciendo, tomando nota de matr¨ªcula, haciendo caso a la radio, poniendo la sirena. ¡°La mayor¨ªa que estamos aqu¨ª tenemos vocaci¨®n¡±, destaca. ¡°Por los incentivos que tenemos, esto es para que no funcionase en lo m¨¢s m¨ªnimo¡±.