La mayor invasi¨®n de coca¨ªna llega a Europa a trav¨¦s de Espa?a
Con el foco policial y medi¨¢tico puesto sobre el tr¨¢fico de hach¨ªs en C¨¢diz, la entrada de coca en la UE por los puertos bate todos los r¨¦cords
Desde hace unos meses, las playas de la L¨ªnea de la Concepci¨®n parecen un plat¨® de televisi¨®n. La rebeli¨®n de los clanes del hach¨ªs, que han optado por enfrentarse a la polic¨ªa y adoptar maneras m¨¢s propias del c¨¢rtel de Sinaloa que del viejo contrabando a la sombra de Gibraltar, ha puesto sobre aquellas costas de C¨¢diz el foco medi¨¢tico y policial. Pero es a 20 kil¨®metros de all¨ª, en el puerto de Algeciras, donde de manera silenciosa se est¨¢ produciendo el gran desembarco. El de la coca¨ªna en Espa?a como v¨ªa de entrada en Europa.
Escondidos entre los m¨¢s de cuatro millones de contenedores que llegan cada a?o al puerto, camuflados entre pl¨¢tanos, pollos congelados o simplemente en mochilas, miles de kilos de coca¨ªna procedente en su mayor parte de Colombia inundan las calles europeas como jam¨¢s lo han hecho. El ¨²ltimo informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), hecho p¨²blico hace solo unos d¨ªas, explica que hay en circulaci¨®n m¨¢s coca¨ªna que nunca. Y no es una frase hecha. La cantidad de polvo blanco incautado en el a?o 2016 (¨²ltimo a?o con datos registrados) supera las mil toneladas -una cifra in¨¦dita- y las hect¨¢reas de cultivo de coca han pulverizado todos los r¨¦cords. El tr¨¢fico de coca¨ªna, advierte Naciones Unidas, es ya una epidemia.
"Es una avalancha, est¨¢ llegando much¨ªsima¡±, asegura un destacado agente del GRECO, los Grupos de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado de la Polic¨ªa Nacional. ¡°Nunca hab¨ªamos vivido algo as¨ª¡±. Desde el otro lado de la ley, un veterano narcotraficante gallego, con una taza de caf¨¦ en la mano en una terraza de Vigo, refrenda el discurso: ¡°Hay demasiada. Sobra coca¨ªna. Hay hasta almacenes ahora mismo en Madrid y Sevilla donde se amontona a la espera de salir¡±. Despu¨¦s se queja: ¡°El precio est¨¢ por los suelos: aqu¨ª siempre se ha pagado entre 32.000 y 35.000 euros por un kilo. Ahora lo est¨¢n sacando por 27 y 28¡±. Adem¨¢s de Algeciras, los otros puertos espa?oles del Mediterr¨¢neo (sobre todo Valencia y Barcelona) y, como siempre, la costa gallega, se han convertido en aut¨¦nticas pistas de aterrizaje de la coca¨ªna en Espa?a.
La mayor parte la droga llega desde Colombia, donde se ubica el 68% de los cultivos del mundo. Hay sobreproducci¨®n, debido en buena parte a que los acuerdos de paz han implicado la desmovilizaci¨®n de las FARC --que ha seguido a la de los paramilitares- y ahora decenas de hect¨¢reas libres son controladas por nuevos grupos de narcos que, a diferencia de los cinematogr¨¢ficos carteles de anta?o, han obviado el plomo y elegido la discreci¨®n de la plata. Si hace uno a?os se sacaban entre dos y tres cosechas al a?o, ahora hay hasta seis. El colapso de la frontera con Venezuela, adem¨¢s, permite una salida limpia y sin molestias del producto.
¡°Se ha producido adem¨¢s una mutaci¨®n en las estructuras criminales¡±, explica Ignacio de Lucas, fiscal antidroga de la Audiencia Nacional, ¡°ya no tienen las jerarqu¨ªas tan estrictas de anta?o. Ya no son mafias, sino una especie de franquicias con estructuras m¨¢s flexibles, m¨¢s din¨¢micas, con gente que entra y que sale, y eso hace que formular escritos de acusaci¨®n contra ellos como organizaci¨®n criminal se convierta en algo muy complicado¡±.
Europa es el destino predilecto desde hace a?os. Reino Unido es el tercer pa¨ªs m¨¢s consumidor de coca¨ªna del mundo (2,3% de su poblaci¨®n consume) y Espa?a, el cuarto (2%). Pero nuestro pa¨ªs se ha convertido en la principal puerta de entrada, solo equiparable a Holanda. Y los puertos son el acceso prioritario. ¡°Al puerto de Valencia¡±, explica Javier Cort¨¦s, jefe del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) de Valencia, ¡°llegan casi 5 millones de contenedores al a?o. Vigilar todos es una utop¨ªa. Pero lo intentamos¡±. M¨¢s que una utop¨ªa, es imposible, como ratifica el fiscal Ignacio de Lucas: ¡°Los grandes puertos ¨Cya sea el de Algeciras, el de Valencia, el de Amberes o el de R¨®terdam- son aut¨¦nticos agujeros negros¡±.
El contenedor es el veh¨ªculo preferido por las organizaciones que trafican con la droga. Desde Latinoam¨¦rica, explica Cort¨¦s, los contenedores transportan en ocasiones bolsas de deporte con coca¨ªna que son recogidas en los puertos espa?oles por bandas denominadas como rescatadores. Los rescatadores abren el contenedor, recogen las bolsas, colocan un duplicado del precinto y se llevan la droga. Cobran mil euros por kilo rescatado. Suelen sacar entre 100 y 300 kilos. Esta t¨¦cnica se llama gancho ciego. No es la ¨²nica.
"No vamos a ganar jam¨¢s la guerra contra el narcotr¨¢fico y por eso hay que priorizar. O vamos a por el narco de la esquina o vamos a por las grandes organizaciones"
¡°Lo que nos exige m¨¢s esfuerzo son las empresas -casi siempre latinoamericanas- constituidas ex profeso para importar coca¨ªna¡±, dice un dirigente del SVA en su oficina en Madrid. Son empresas de fruta o pescado que usan los cauces comerciales legales para enviar la droga. Las FARC llegaron a constituir hace a?os decenas de estas empresas, algunas de ellas con mucha presencia y ¨¦xito comercial en Europa. Acceder a sus canales comerciales es extremadamente complejo porque, a todas luces, son empresas perfectamente legales. La coca¨ªna se cuela en Espa?a entre el resto de productos, como uno m¨¢s.
Para intentar arrojar luz sobre un agujero tan negro, Ignacio de Lucas y otros fiscales espa?oles participan en la Red de Fiscales Antidroga de Iberoam¨¦rica. ¡°Todos sabemos¡±, admite De Lucas, ¡°que no vamos a ganar jam¨¢s la guerra contra el narcotr¨¢fico, y por eso hay que priorizar. O vamos a por el narco peque?o de la esquina o vamos a por las grandes organizaciones. Porque, ni en Espa?a ni en ning¨²n otro pa¨ªs, hay recursos para todo¡±.
Galicia, el otro foco
Como un nost¨¢lgico que se resiste al retiro, Galicia sigue siendo uno de los accesos estrella de la coca en Europa. Y, como esa vieja gloria, mantiene la t¨¦cnica de las lanchas r¨¢pidas, conocidas como planeadoras. ¡°Por contenedor aqu¨ª entra poco. Seguimos usando las lanchas¡±, dice un narco gallego sentado a la mesa de un restaurante de la r¨ªa de Vigo. ¡°Somos de mar. Y los colombianos quieren que lo hagamos as¨ª: env¨ªan un pesquero o un carguero con la mercanc¨ªa, salimos con las lanchas a mitad del oc¨¦ano y traemos los fardos a tierra. Despu¨¦s las planeadoras se guardan. Algunas en Mauritania. Son tan potentes que llegan en unas horas¡±.
A d¨ªa de hoy, cuatro grandes narcotraficantes controlan Galicia. Ellos deciden cu¨¢nto y c¨®mo entra la coca¨ªna, en alianzas forjadas con las bandas colombianas que cumplen ya d¨¦cadas. Son hombres discretos cuya obsesi¨®n es pasar desapercibidos. Algunos juegan el rol de honrados empresarios de ¨¦xito y conjugan descargas puntuales con decenas de negocios legales. Otros siguen siendo paisanos que jam¨¢s han salido de su pueblo costero.
"No saben qu¨¦ hacer con el dinero. No quieren blanquearlo por si les pillan, as¨ª que tienen habitaciones enteras con columnas de billetes que llegan al techo¡±, cuenta un miembro de GRECO Galicia. ¡°Aqu¨ª puede que sea invisible, pero el tr¨¢fico de coca¨ªna sigue. Y la gente que lo controla es muy lista¡±. M¨¢s que lista, a juicio del fiscal antidroga, es muy emprendedora. ¡°Ah¨ª est¨¢ el caso de Sito Mi?anco¡±, explica, "se le imputan 3.000 kilos en un barco, y a los dos meses, 600 kilos en otro barco, y a los cuatro meses¡ Son emprendedores de proyectos continuos. Unos les salen bien y otros mal, pero no paran. Hasta que no desmantelas por completo su organizaci¨®n, no para. El problema a mi juicio es que aqu¨ª medimos el ¨¦xito por las aprehensiones, y ese no puede ser el indicador. Demasiadas veces se prefiere llevar investigaciones a nivel local para obtener resultados r¨¢pidos y condenas f¨¢ciles que investigaciones complejas que exigen recursos y tiempo. Queremos obtener ¨¦xitos muy r¨¢pidamente, y as¨ª no se puede atajar el problema¡±.
De Lucas aporta dos datos que dan que pensar. El n¨²mero de causas contra narcotraficantes descendi¨® el pasado a?o ¨Ccomo se puede comprobar en la memor¨ªa de la fiscal¨ªa¡ªy solo un 8% de esas causas fueron incoadas por blanqueo. Y, como subrayan sobre el terreno las fiscales antidroga de C¨¢diz y el Campo de Gibraltar, Ana Villag¨®mez y Macarena Arroyo, lo que m¨¢s da?o hace a los grandes narcotraficantes es el ataque a sus bienes.
En un despacho de la Brigada Central de Estupefacientes, un polic¨ªa explica qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de todo este escenario. El n¨²cleo del narco-problema. ¡°La coca¨ªna pertenece a los colombianos. Ellos la traen a Europa y aqu¨ª la introducen en tierra los espa?oles. Despu¨¦s, la mercanc¨ªa llega a los compradores¡±. Estos compradores, seg¨²n fuentes de la Polic¨ªa Nacional, son poderosos narcotraficantes holandeses de origen marroqu¨ª afincados en Andaluc¨ªa. ¡°Son los m¨¢s peligrosos y los m¨¢s potentes. Pasan del hach¨ªs y se dedican a la coca¨ªna con discreci¨®n¡±. Con ellos, varias bandas de albanokosovares afincados en Valencia y mafias serbias instaladas en Barcelona. ¡°Ellos compran y distribuyen para toda Europa. Son muy peligrosos y suponen el mayor desaf¨ªo. Esta gente es nuestra lucha en el futuro¡±.
Hach¨ªs y narcocultura a la sombra de Gibraltar
¡°?Nos est¨¢is quitando el pan de nuestros hijos!¡±. Un operativo policial hab¨ªa entrado en una vivienda de La L¨ªnea de la Concepci¨®n y localizado, entre los juguetes de los ni?os, decenas de paquetes de hach¨ªs. Los agentes estaban cont¨¢ndolos en presencia de los due?os de la casa cuando la esposa se dirigi¨® al jefe y le recrimin¨® su actuaci¨®n acus¨¢ndolo de dejar sin recursos a la familia. Hay barrios enteros de La L¨ªnea ¨Cla ciudad con m¨¢s paro de la provincia con m¨¢s paro de Espa?a¡ªdonde el Estado ha ido desapareciendo hasta convertirse en un inconveniente. ¡°Ya hay zonas donde el narcotr¨¢fico ha sustituido al Estado¡±, explica el fiscal antidroga Ignacio de Lucas, ¡°y la gente que colabora con el narco recibe de ellos lo que no le da el Estado: protecci¨®n, empleo, financiaci¨®n, ayudas a la familia en caso de detenci¨®n. De ah¨ª que se est¨¦ creando una cultura que no es la de la legalidad, sino la del narco¡±.
No hay m¨¢s que darse una vuelta por la playa de la Atunara o por la vecina barriada del Zabal para constatar que la narcocultura se ha instalado en el Zabal. Un fen¨®meno emergente en el Campo de Gibraltar ¨Costentaci¨®n, abierto desaf¨ªo al Estado¡ªque tambi¨¦n se da en algunas zonas de Galicia. ¡°A m¨ª lo que me jode¡±, se queja un viejo narcotraficante gallego mientras apura su caf¨¦, ¡°es la moda esta de los narcos. Que se les retrate como h¨¦roes y se hagan camisetas con ellos. Eso de que los chavales quieran ser narcos no puede ser, joder¡±. El destacado agente del GRECO confirma la peligrosa tendencia: ¡°Sigue habiendo zonas con una enorme narcocultura. Hay que tener en cuenta que, por debajo de los grandes se?ores de la droga, todav¨ªa hay un mont¨®n de clanes atomizados que intentan peque?as descargas¡±.
Seg¨²n los datos obtenidos por las fiscal¨ªas de C¨¢diz y el Campo de Gibraltar, no hace falta siquiera participar directamente en una gran operaci¨®n de narcotr¨¢fico para conseguir dinero f¨¢cil. ¡°Tenemos constancia¡±, explica un miembro destacado de la lucha contra el tr¨¢fico de hach¨ªs en el Estrecho, ¡°que chavales de 15 a?os han ganado 500 euros por plantarse en una esquina y avisar si llega la Guardia Civil¡±. Los clanes de la droga necesitan mucha mano de obra auxiliar para proteger sus operaciones. Les llaman ¡°collas¡±, como antiguamente se conoc¨ªa a las cuadrillas de jornaleros de los puertos. Pero estos no jalan atunes, sino que se dedican a desembarcar el hach¨ªs, a suministrar veh¨ªculos robados a los clanes, a proporcionar a las narcolanchas la gasolina o los v¨ªveres necesarios para aguardar en alta mar¡
La preocupaci¨®n creciente en el Campo de Gibraltar es que los clanes de la droga ¨Cenvalentonados por sus grandes beneficios y una cierta impunidad¡ªquieran meterse tambi¨¦n en el negocio de la coca¨ªna. El fiscal no lo cree probable: ¡°Aunque cada vez menos las organizaciones criminales se dedican solo a una sustancia, el tr¨¢fico de Algeciras y La L¨ªnea no tiene punto de uni¨®n. Son fen¨®menos independientes. El perfil del traficante de coca¨ªna es no llamar la atenci¨®n¡±. El traficante de hach¨ªs de La L¨ªnea necesita en cambio la complicidad de una buena parte del entorno.
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