La sombra de la duda

Uno tras otro, durante tres horas ininterrumpidas, los abogados de los dirigentes independentistas procesados fueron intentando convencer al tribunal de que no le corresponde al Supremo enjuiciar a sus defendidos, sino al Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a porque los delitos, de haberlos, solo se habr¨ªan cometido all¨ª. Lo fueron haciendo con una oratoria brillante que hasta el fiscal reconoci¨®, y aunque una de las l¨ªneas argumentales fue que sus respectivos clientes nunca llegaron a confabularse para cometer los delitos de sedici¨®n ni mucho menos de rebeli¨®n, ellos s¨ª pusieron en pr¨¢ctica una especie de ballet en el que el primero en hablar daba la vez al segundo y este al tercero hasta completar la exposici¨®n, supervisada desde segunda fila por el exdiputado Francesc Homs, condenado en 2017 por la consulta del 9-N y ayer revestido de toga. A punto estaba de terminar el turno de las defensas cuando Manuel Marchena, el presidente del tribunal, le dio la palabra al abogado de Joan Josep Nuet, el exdiputado de Catalunya S¨ª Que Es Pot que formaba parte de la Mesa del Parlament y vot¨® a favor algunas de las resoluciones contrarias a la Constituci¨®n.

La intervenci¨®n de Enrique Leyva rompi¨® la escenograf¨ªa. Dijo que ¡°el se?or Nuet nunca fue independentista¡±, pidi¨® al tribunal que sacara del saco de los acusados al ¨²nico espa?ol confeso y, para animar a los magistrados a que no corten parejo, pronunci¨® una frase que se qued¨® flotando bajo las l¨¢mparas de ara?a del sal¨®n de plenos: ¡°Tengan en cuenta la textura compleja de los asuntos humanos¡±.

Nada m¨¢s terminar, y antes de suspender por unos minutos la sesi¨®n, el juez Marchena lo llam¨® al estrado y le coment¨® algo en privado. Hubo quien lleg¨® a pensar que su alegato hab¨ªa surtido efecto. Pero no. La justicia no es tan r¨¢pida. Lo que le dijo el presidente del tribunal fue que deber¨ªa haberse puesto una corbata. Quince minutos despu¨¦s, cuando la sesi¨®n se reanud¨®, el abogado Leyva ya luc¨ªa una de color azul oscuro.

Dentro de la sala, las formas son tan importantes que es lo primero que llama la atenci¨®n en un proceso tan lleno de ruido y de trincheras. Cuando, a las diez y algunos minutos de la ma?ana, el primer abogado en intervenir, Andreu Van den Eynde, defensor del exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras y del exconseller Ra¨¹l Romeva, tom¨® la palabra, lo primero que dijo fue: ¡°Hoy empieza todo. Voy a ser respetuoso, pero duro¡±. Y enseguida se puso a demostrarlo. Habl¨® de vulneraci¨®n de los derechos fundamentales, de proceso pol¨ªtico, pero tambi¨¦n de la ¡°admiraci¨®n¡± que sent¨ªa hac¨ªa el trabajo de sus compa?eros en la defensa y tambi¨¦n de la acusaci¨®n. Incluso acogi¨® de buen grado la propuesta de Marchena para que, tanto la defensa como la acusaci¨®n ¡ªel fiscal, la abogada del Estado y el de la acusaci¨®n particular de Vox¡ª se ci?eran a intervenciones cortas, de unos 20 minutos m¨¢s o menos, ¡°sin que se sientan coartados ni encorseten su capacidad de an¨¢lisis¡±.

Marchena, de natural afable, se esforz¨® por crear un buen ambiente de partida, sabedor de que su participaci¨®n involuntaria en el fiasco de la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial ¡ªese compadreo retransmitido en directo por los mensajes del senador Cosid¨®¡ª va a aumentar la potencia de los focos sobre un juicio en el que se han acreditado dos centenares de periodistas, entre espa?oles y extranjeros, y que ser¨¢ retransmitido en directo para demostrar transparencia. De hecho, la abogada m¨¢s beligerante, Marina Roig, defensora de Jordi Cuixart, vino a decir que el proceso nac¨ªa ama?ado porque ¡ªen virtud de lo que hab¨ªa le¨ªdo en diversos art¨ªculos period¨ªsticos¡ª ¡°la c¨²spide del Poder Judicial es sensible al poder pol¨ªtico y econ¨®mico¡±. La abogada del Estado, Luc¨ªa Pedre?o, recogi¨® el guante afe¨¢ndole que aprovechara una sesi¨®n casi de tr¨¢mite, en la que solo se dirim¨ªa la competencia del tribunal y en la que no estaban los procesados, para cuestionar su independencia.

La sangre no lleg¨® al r¨ªo. Tiempo habr¨¢. Unos y otros son conscientes de que, salvo sorpresa may¨²scula, el Supremo no se inhibir¨¢ en favor del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a. A finales de enero o principios de febrero, el juicio se reanudar¨¢ en esta misma sala, de la que para evitar suspicacias se ha descolgado un gran crucifijo tallado en los a?os cuarenta por un preso republicano. En la pared del fondo, justo enfrente de la mirada del juez Marchena, ha quedado impresa, como una sombra de duda, la forma de la cruz.