Andaluc¨ªa: el campo de pruebas de la nueva derecha

El tictac del reloj del cambio pol¨ªtico en Andaluc¨ªa comenzar¨¢ al minuto siguiente de que el popular Juan Manuel Moreno jure su cargo como sexto presidente andaluz al final de la pr¨®xima semana. Terminar¨¢ con casi 37 a?os de Gobiernos ininterrumpidos del PSOE. En ese mismo instante, 660 personas, entre altos cargos (273), personal eventual (239) y contratados de alta direcci¨®n (148), designados por los socialistas, dejar¨¢n de trabajar para la Junta de Andaluc¨ªa, la mayor empresa de la comunidad con 270.101 empleados en n¨®mina. Ser¨¢n los primeros en salir. Algunos volver¨¢n a sus antiguos puestos, pero otros muchos ir¨¢n al paro. Y en el PSOE, el gran empleador de Andaluc¨ªa, comenzar¨¢n los problemas.

Andaluc¨ªa est¨¢ de estreno tras las elecciones auton¨®micas del 2 de diciembre. Es la legislatura de la primera vez, todo es nuevo. La primera vez que se produce la alternancia pol¨ªtica. La primera vez que un candidato del PP, con los peores resultados de la historia de su partido, alcanza la presidencia; la primera vez que un partido de extrema derecha, Vox, tendr¨¢ la llave de la estabilidad; la primera vez que habr¨¢ un Gobierno de coalici¨®n paritario en g¨¦nero y n¨²mero de PP y Ciudadanos; y la primera vez que los socialistas andaluces pasar¨¢n a la oposici¨®n, papel que compartir¨¢n con Adelante Andaluc¨ªa, la coalici¨®n de Podemos e Izquierda Unida. Tal vez se lleven mejor en el rinc¨®n de pensar, pero est¨¢ por ver.

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Los socialistas tendr¨¢n un papel secundario, despu¨¦s de uno, dos, tres, cuatro, cinco¡­ 36 a?os y ocho meses decidi¨¦ndolo todo en la regi¨®n m¨¢s poblada de Espa?a (8,4 millones de habitantes). Y todo es todo. Presupuestos, nombramientos, pol¨ªticas, estrategias, ascensos, descensos, esto s¨ª y esto no. Y ahora s¨ª y ahora no. Y este s¨ª y este no. El objetivo com¨²n de echar al PSOE del Gobierno de la Junta es lo que ha hecho posible que tres partidos de derechas, en toda su gama de colores, se hayan puesto de acuerdo para hacer presidente a Juan Manuel Moreno. Ese ha sido el adhesivo m¨¢s potente, mucho m¨¢s que las peticiones lanzadas desde la izquierda y la derecha europea para aislar a Vox. Y ese pegamento ha sido posible por los votos de los andaluces. PP, Ciudadanos y Vox suman 1.804.884 (49,9%) y 59 esca?os de un total de 109. Y la izquierda, 1.593.283 (44,1%) y 50 esca?os.

Para llegar al acuerdo de investidura de Moreno, el PP ha tenido que firmar dos acuerdos. Uno de gobierno con Ciudadanos y otro de investidura con Vox. Pero ni uno ni otro se soportan y ya antes de que el Gobierno tome posesi¨®n hay dudas de que el Ejecutivo del cambio agote los cuatro a?os de legislatura. Al menos durante un a?o, Moreno no puede convocar elecciones, seg¨²n el Estatuto de Autonom¨ªa. La negociaci¨®n de esos pactos se ha asemejado mucho a esas comedias de enredo donde hay dos personajes que nunca coinciden en escena. Cuando entra A (pongamos que se llama Rivera) acaba de salir B (supongamos que le dicen Abascal) y cuando aparece B sale A. Pero al final, a la hora del saludo, se inclinan juntos para recibir los aplausos del p¨²blico. Y eso se vio en la elecci¨®n de la Mesa del Parlamento y se ver¨¢ el mi¨¦rcoles cuando los 26 diputados del PP, los 21 de Ciudadanos y los 12 de Vox pronuncien s¨ª a la investidura de Moreno.

Vox despleg¨® una potente fanfarria y trompeter¨ªa llena de se?uelos (devoluci¨®n de competencias, toros, caza, el d¨ªa de la reconquista, eliminar las leyes contra la violencia machista), que retir¨® a las 24 horas. Las derechas suman, pero adem¨¢s coinciden en medidas destinadas a sus clientes electorales como la de dotar de m¨¢s recursos a la ense?anza concertada, la de eliminar la subasta de medicamentos, la de suprimir la obligaci¨®n de exclusividad para los profesionales sanitarios, la bajada de impuestos (patrimonio, donaciones, sucesiones, IRPF, transmisiones patrimoniales y actos jur¨ªdicos documentados) o la eliminaci¨®n de lo que llaman despectivamente ¡°chiringuitos¡± de la Administraci¨®n.

Juan Manuel Moreno va a ir con pies de plomo los primeros meses de la legislatura, sobre todo, hasta las municipales y auton¨®micas de mayo. En su discurso de investidura har¨¢ muchas apelaciones al di¨¢logo, promover¨¢ un cambio tranquilo, sin estridencias y sin asustar (para eso ya est¨¢ Vox). El PP necesita demostrar que el experimento andaluz de un pacto a tres bandas de la derecha puede funcionar para el resto de Espa?a, que el modelo se puede exportar a otras comunidades y Ayuntamientos. En estos primeros meses habr¨¢ muchos gestos y anuncios.

La estructura del Gobierno a¨²n no est¨¢ cerrada. Se sabe que ser¨¢n 11 consejer¨ªas, que Juan Mar¨ªn, l¨ªder de Ciudadanos, ser¨¢ vicepresidente, y tendr¨¢ despacho en el palacio de San Telmo, el icono del poder andaluz. Tambi¨¦n que el exseleccionador de baloncesto Javier Imbroda, en su primer a?o de rookie en la pol¨ªtica, ser¨¢ consejero de Educaci¨®n. Pero Moreno no va a tener manos libres para nombrar a su parte del Gobierno. El presidente nacional del PP, Pablo Casado, quiere dejar su impronta, como ya la dej¨® en la elaboraci¨®n de las listas electorales, cuando en lo que pensaba entonces era en montar una gestora en el PP regional por los malos resultados del ¡°pobre Juanma¡±, como llamaban algunos al futuro presidente andaluz. Tambi¨¦n se est¨¢n encontrando dificultades para hacer fichajes de cierto renombre. Hay mucha resistencia a trabajar por un sueldo no muy elevado y situarse en el centro de las dianas.

Y mientras, en el PSOE, todo se est¨¢ cociendo a fuego lento. El debate sobre la continuidad de Susana D¨ªaz como l¨ªder est¨¢ abierto en canal. Y no solo por parte de los sanchistas, sino tambi¨¦n en los entornos m¨¢s moderados del susanismo. ¡°Hay ciclos que terminan y ella es ya un personaje de la historia de Andaluc¨ªa¡±, dice de la a¨²n presidenta en funciones un dirigente. Otro le pide que pilote el relevo: ¡°Lo l¨®gico y lo ideal es que gestione la transici¨®n de acuerdo con Pedro S¨¢nchez, y no de manera sectaria. Si no lo hace, otros lo har¨¢n¡±. Y un tercero apostilla: ¡°Si ahora mismo vot¨¢ramos en el partido, Susana tendr¨ªa un problema. La gente no est¨¢ a lo que se le diga. Eso no vale ya¡±.

El forcejeo ir¨¢ a m¨¢s, sobre todo despu¨¦s de las municipales. D¨ªaz no se da por aludida. El viernes dijo que ejercer¨¢ la oposici¨®n desde el Parlamento, descart¨® ser senadora por la comunidad y afirm¨® que ser¨¢ la pr¨®xima candidata a la Junta. Sus c¨¢lculos son que la legislatura ser¨¢ corta, porque el Gobierno nace como un ¡°pato cojo¡± y que una vez que ¡°la gente le ha visto el plumero a la derecha¡± a los socialistas les va a ir ¡°bien, muy bien¡±. Al parecer D¨ªaz sigue asesorada por sus vecinas-polit¨®logas del barrio sevillano de El Tard¨®n, esas que le aconsejaban en las elecciones andaluzas: ¡°Susana, t¨² no te metas con nadie¡±. El PP gan¨® en su barrio.