¡°Hubo tiempos en que a las violadas se les preguntaba si hab¨ªan disfrutado¡±

¡°Inspector femenino¡± Angelines, recuerda Mar¨ªa ?ngeles Moreno que la llamaban. Esa fue la denominaci¨®n que recibieron las primeras 42 mujeres que entraron a formar parte del ¡°Cuerpo General¡± de polic¨ªa hace hoy 40 a?os. Aquella polic¨ªa llamada ¡°general¡± y que ¡°hac¨ªa b¨¢sicamente labores de investigaci¨®n¡± se fusion¨® con la entonces llamada Polic¨ªa Nacional en 1986 y dio lugar al Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. Hoy son ya 9.068 mujeres, el 14,3% de una de las instituciones mejor valoradas por los espa?oles en las encuestas: ¡°No somos m¨¢s que un reflejo de la sociedad y en esa misma medida hemos avanzado y nos queda mucho trabajo por hacer¡±, dice la comisar¨ªa Mar¨ªa Dolores L¨®pez S¨¢nchez, al frente de la Oficina Nacional para la Igualdad de G¨¦nero dentro del propio cuerpo. Una unidad creada exactamente hace un a?o.

Hace 40, el 1 de febrero de 1979, tras aprobar la pertinente oposici¨®n, cog¨ªan su pistola y su placa y se incorporaban a sus destinos 42 inspectoras decididas a desempe?ar un trabajo ligado a su preparaci¨®n, casi siempre universitaria: ¡°?bamos de paisano, casi todas pasamos a puestos operativos directamente, nos usaban para todo: para vigilancias en las que pas¨¢bamos m¨¢s desapercibidas, para acompa?ar o cubrir a compa?eros, ¨¦ramos una suerte de comod¨ªn porque nos mov¨ªan en funci¨®n de las necesidades de un grupo a otro, no par¨¢bamos¡±, recuerda Angelines, de 62 a?os.

De secretarias a polic¨ªa secreta

Hasta ese momento, las mujeres que hab¨ªan ingresado en el Cuerpo lo hab¨ªan hecho como secretarias. Eran los a?os en los que ¡°a las mujeres violadas o maltratadas se les preguntaba en las comisarias si iban demasiado provocativas, o si andaban solas por la calle, si hab¨ªan disfrutado o si llevaban minifalda¡±, asegura.

Poco tiempo despu¨¦s, ella, junto a algunas otras de aquellas pioneras, tuvieron que ¡°educar¡± a muchos de sus compa?eros en la Escuela de Polic¨ªas de ?vila para explicarles ¡°qu¨¦ preguntas no se pod¨ªan hacer en ning¨²n caso y c¨®mo hab¨ªa que tratar a esas mujeres¡±. Eran los inicios de las ahora llamadas Unidades de Familia y Mujer (UFAM), con presencia hoy en casi todas las comisar¨ªas.

En estas cuatro d¨¦cadas, aparte de hacerse m¨¢s visibles e ir ocupando puestos de responsabilidad ¡ªhay siete comisarias principales frente a 122 hombres con el m¨¢s alto rango; y 24 comisarias, frente a 244 comisarios¡ª .

No obstante, al igual que otras de las veteranas, tuvieron que soportar que un juez cuestionara su presencia en la escena de un crimen: ¡°Usted que hace aqu¨ª, esto es muy desagradable¡±. O que un detenido incr¨¦dulo les dijera: ¡°Esto es una broma, ?verdad?¡±.

Aquellos tiempos han dado lugar a estos otros: ¡°Alguna vez me han ¡®confundido¡¯ en los juzgados con una abogada¡±, cuenta Blanca Ru¨ªz, inspectora de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO). ¡°Y s¨ª me he encontrado con detenidos que me han preguntado: ?D¨®nde est¨¢ la c¨¢mara?¡±, pero cada vez es m¨¢s similar lo que puede aportar un hombre polic¨ªa que una mujer polic¨ªa¡±, asegura.

Mujeres, y polic¨ªas, aseguran que el reto es social y tiene que ver con ¡°la educaci¨®n y con una conciliaci¨®n familiar paritaria¡±, dice la comisaria Carmen Mu?oz. Y apostilla Dolores S¨¢nchez: ¡°No es tanto lo que encontramos en el Cuerpo sino lo que cada una tenemos en casa¡±.