Los tres portazos a negociar la exhumaci¨®n de la familia Franco

Es viernes 22 de febrero. Media ma?ana en el reservado de un restaurante de Madrid. Dos abogados de 45 y 50 a?os que no se conocen pero llevan unos meses marc¨¢ndose al mil¨ªmetro se ven por primera vez cara a cara. En la mesa no hay ni vasos de agua. Uno representa al Gobierno, porque es el secretario general de la Presidencia. Otro, a la familia Franco. Hablan durante dos horas y cuarto de casi todo, pero en la negociaci¨®n sobre la exhumaci¨®n del dictador de la Bas¨ªlica del Valle de los Ca¨ªdos se atascan.

El asunto ha sido la estrella en el pen¨²ltimo Consejo de Ministros de la legislatura que se est¨¢ celebrando en esos instantes. Los Franco se sienten ¡°ultrajados¡± y rechazan de nuevo que su abuelo sea exhumado. Es la tercera vez que el Ejecutivo intenta la mediaci¨®n pero la primera directamente: la anterior fue en Navidades a trav¨¦s del obispo de Madrid, Carlos Osoro, y la primera en junio, nada m¨¢s llegar al poder los socialistas, con la intercesi¨®n del presidente de Patrimonio, Alfredo P¨¦rez de Armi?¨¢n. El Gobierno recibe un tercer portazo cuando estaba abierto a permitir unas exequias en el templo, un adecentamiento del nuevo pante¨®n en el cementerio de El Pardo y hasta a ponerle precio a la venta de ese sepulcro, propiedad de Patrimonio Nacional.

Luis Felipe Utrera Molina es un abogado sevillano especializado en derecho mercantil y procesal, uno de los ocho hijos del falangista Jos¨¦ Utrera Molina, que fue ministro secretario general del Movimiento en el primer Gobierno de Carlos Arias Navarro. Tambi¨¦n es cu?ado de Alberto Ruiz Gallard¨®n. Un d¨ªa, siendo muy ni?o y en los estertores de Franco, conoci¨® al dictador en El Pardo. Las dos familias siempre estuvieron muy unidas y la hija mayor de Franco, Carmen, le nombr¨® m¨¢s tarde albacea familiar. Desde entonces se ha tenido enfrascar en los vericuetos del derecho contencioso administrativo y ahora se siente c¨®modo en ese papel.

El viernes 15 de febrero pasado, tras numerosos anuncios y tropiezos, el Consejo de Ministros de Pedro S¨¢nchez resuelve finalmente el expediente administrativo final para proceder a la exhumaci¨®n de Franco del Valle de los Ca¨ªdos. El lunes 18 Utrera Molina recibe por la ma?ana una llamada en su despacho en la que le anuncian que le pasan con la Presidencia del Gobierno. Contesta y se pone al otro lado del aparato el secretario general de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, un abogado experto en Derecho Laboral, vinculado profesionalmente al Banco de Espa?a y pol¨ªticamente a la convulsa Federaci¨®n Socialista Madrile?a, al que S¨¢nchez reclut¨® por sorpresa para su gabinete por lealtad personal y pol¨ªtica.

Bola?os y Utrera Molina se presentan aunque ya se segu¨ªan, se respetan y quedan para verse. La cita se fija en un reservado de un restaurante de Moncloa el viernes 22 a las 11.00. No toman nada. En 135 minutos a solas da tiempo para abordar muchos temas, pero el mensaje central del Ejecutivo es que la exhumaci¨®n ¡°es un mandato democr¨¢tico aprobado por las Cortes imparable e innegociable¡± que si se entiende y acepta puede permitir a continuaci¨®n ¡°hablar de todo lo dem¨¢s¡±. La charla es cordial, seg¨²n han confirmado a EL PA?S desde las dos partes.

La familia Franco est¨¢ obsesionada con evitar una exhumaci¨®n ¡°humillante y ultrajante¡±. Su albacea transmite que su objetivo en este contencioso era que su abuelo recibiera un trato ¡°digno¡±. El enviado del Ejecutivo repite su mandato varias veces: ¡°Si se llega a un acuerdo y se asume la exhumaci¨®n entonces se podr¨ªa valorar y estudiar c¨®mo se hace y en qu¨¦ condiciones¡±, seg¨²n fuentes directas de ambos bandos. No acepta ning¨²n compromiso pero se abre a sopesar una salida del f¨¦retro de Franco de la Bas¨ªlica seg¨²n los gustos incluso religiosos de la familia.

Es en ese momento cuando el representante gubernamental ofrece la posibilidad de celebrar unas exequias ¨ªntimas en la Bas¨ªlica del Valle, acondicionar el pante¨®n en mal estado del cementerio de Mingorrubio (en El Pardo) donde ya est¨¢ enterrada su viuda (Carmen Polo), aumentar su seguridad y hasta entablar un proceso de compraventa del mismo.

Los Franco recuerdan ah¨ª que ese pante¨®n, que seg¨²n diversos testimonios directos era donde el dictador quer¨ªa ser enterrado con su mujer, no es de su propiedad. El Gobierno cree que podr¨ªa encontrar una soluci¨®n jur¨ªdica a ese escollo, seg¨²n las mismas fuentes. Pero env¨ªa un ¨²ltimo recado: ¡°Si llegamos a un entendimiento todo se puede valorar menos la exhumaci¨®n, si no iremos a un pleito de resultado incierto¡±. Los dos abogados acordaron mantener sus contactos en la ¡°confidencialidad durante el di¨¢logo¡± para evitar la presi¨®n medi¨¢tica. No fue posible.

El albacea de los Franco abandon¨® la cita sabiendo de antemano cu¨¢l iba a ser la oposici¨®n frontal de sus representados pero pidi¨® un poco de tiempo. El jueves 28 de febrero los siete nietos estaban todos en Madrid y concertaron un encuentro. Carmen Mart¨ªnez Bordi¨² pasa ahora largas temporadas en Portugal y Merry en Estados Unidos. La respuesta es el rechazo. La cerraz¨®n a ceder es total y no hay fisuras. Unanimidad. Argumentan que para ellos la exhumaci¨®n del dictador del Valle, ahora y tras el ¨®rdago lanzado nada m¨¢s llegar a La Moncloa por el presidente, es un ¡°un asunto muy sensible, que les afecta muy profundamente¡±. Rememoran en ese punto que su madre, Carmen Polo, falleci¨® hace un a?o y les advirti¨® de que esto podr¨ªa pasar y les pidi¨® que se mantuvieran unidos. Se conjuran a aguantar y solo conceden que si el Tribunal Supremo lo ordena se atendr¨¢n a lo que sentencie solo la Justicia.

Utrera Molina llama a Bola?os y le confirma la nueva negativa y que se encomiendan a la batalla judicial. El Gobierno, en el ¨²ltimo decreto, hab¨ªa otorgado otro plazo de 15 d¨ªas a los Franco para ofrecer un sepulcro alternativo, que tampoco fuera la cripta de La Almudena, en pleno centro de Madrid e inconveniente por varias razones, tambi¨¦n de seguridad. Esa tregua acaba el lunes. El albacea, por si acaso y para evitar cualquier interpretaci¨®n de silencio administrativo desfavorable, remiti¨® este pasado jueves al Ejecutivo un escrito avisando de que no consumir¨¢ los dos meses previstos para registrar el recurso ante el Supremo. Lo har¨¢ ya y pedir¨¢ medidas cautelares contra ese plazo, contra la exhumaci¨®n y contra la prohibici¨®n de que la hipot¨¦tica inhumaci¨®n ¡°viable¡± no pueda concretarse en La Almudena.