Aparece el fantasma del falso testimonio en el juicio del ¡®proc¨¦s¡¯
La infanter¨ªa de la secesi¨®n trata de tapar ante el tribunal la estrategia ideada para encubrir la supuesta malversaci¨®n
De la plaza de la Villa de Par¨ªs a la estaci¨®n de Atocha hay un paseo de apenas 20 minutos. El martes por la tarde, cuando en el Sal¨®n de Plenos cundi¨® la sensaci¨®n de que Enric Vidal le hab¨ªa estado contando una milonga al tribunal, al dise?ador gr¨¢fico ya le hab¨ªa dado tiempo de montarse en un AVE con destino a Barcelona e incluso de pedirse una tila en la cafeter¨ªa. Enrique Mary, el testigo que declar¨® a continuaci¨®n, hab¨ªa dejado claro que aquella relaci¨®n na¨ªf entre Vidal y ¡°un tal Toni¡± no hab¨ªa sido tal, y lo que parec¨ªa esconderse detr¨¢s era una astuta operaci¨®n de la Generalitat para imprimir la carteler¨ªa y las papeletas del refer¨¦ndum del 1 de octubre sin que la huella del dinero p¨²blico pudiese conducir a los investigadores a probar el delito de malversaci¨®n. El mi¨¦rcoles por la ma?ana, en cambio, Jaume Mestre no tiene tanta suerte.
¨CEsta campa?a, a la vista de la emisi¨®n de las facturas, ?era de pago?
¨CNo puedo¡, no lo s¨¦.
El fiscal Jaime Moreno lleva m¨¢s de media hora interrogando a Mestre, quien como responsable de Difusi¨®n Institucional de la Generalitat plane¨® y encarg¨® las campa?as publicitarias previas al refer¨¦ndum ilegal. Su declaraci¨®n parece prima hermana de las que ya prestaron d¨ªas pasados otros profesionales o empresarios. Valgan los ejemplos del publicista Ferran Burriel, de la dise?adora gr¨¢fica Teresa Guix ¨Ca la que el juez Manuel Marchena llam¨® la atenci¨®n por su sospechosa desmemoria tras decir cuatro veces consecutivas ¡°no recuerdo¡±¨C o del propio Enric Vidal, quien con gran desahogo pretendi¨® que el personal se creyera que un desconocido llamado Toni fue capaz de poner en marcha una gran maquinaria de imprimir carteles y papeletas sin soltar un euro. As¨ª est¨¢n las cosas ¨Cel fiscal Jaime Moreno preguntando y el tal Jaume Mestre respondiendo unas veces no lo s¨¦ y otras no me acuerdo¨C, cuando el juez Manuel Marchena interrumpe el interrogatorio y, con el C¨®digo Penal en la mano, la mirada en el testigo y el tono grave, advierte:
¡ªMire, se?or Mestre, sea usted libre a la hora de formular sus respuestas, pero acu¨¦rdese de que el delito de falso testimonio, como dispone el art¨ªculo 460 del C¨®digo Penal, no solo lo comete quien no dice la verdad, sino quien la altera sustancialmente con inexactitudes o respuestas evasivas. Y es evidente que hay algunas preguntas que usted est¨¢ eludiendo.
El interrogatorio se reanuda, y aunque parece que el testigo hace un amago de recuperar la memoria, enseguida vuelve a las andadas, de tal forma que el fiscal Moreno pide al tribunal que env¨ªe las declaraciones al juzgado de guardia para que valore un posible delito de falso testimonio. Pero, ?qu¨¦ acaba de pasar para que Marchena, que no fue m¨¢s all¨¢ de una llamada de atenci¨®n a otros testigos que tambi¨¦n respond¨ªan con evasivas, haya amenazado a Mestre con acusarlo de falso testimonio? Un detalle, solo un detalle. Apenas una declaraci¨®n perdida entre los miles de folios del sumario.
El fiscal le ha preguntado a Mestre si pidi¨® ayuda a la Corporaci¨®n Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) ¡ªel ente p¨²blico que gestiona TV-3 y Catalunya R¨¤dio, para difundir el anuncio de las v¨ªas del tren que ped¨ªa el voto en el refer¨¦ndum. Y cuando el alto cargo de la Generalitat dice que no, el presidente del Tribunal, que ya ha demostrado durante el juicio que se ha estudiado en profundidad el sumario instruido por el juez Pablo Llarena, parece recordar una declaraci¨®n prestada el pasado verano por la presidenta de la Corporaci¨®n, N¨²ria Llorach. El periodista de la SER Alberto Pozas, que sigue el juicio desde la Biblioteca del Tribunal Supremo, solo necesita unos segundos para localizar la grabaci¨®n en su archivo sonoro. El 26 de julio de 2018, en presencia del juez Llarena, uno de los abogados de Oriol Junqueras pregunta a N¨²ria Llorach:
¡ªQu¨¦ persona le envi¨® esa campa?a.
¡ªEl se?or Mestre.
¡ª?Sabe usted de qu¨¦ departamento era el se?or Mestre?
¡ªS¨ª, de la direcci¨®n de difusi¨®n del departamento de presidencia de la Generalitat de Catalu?a.
Los abogados de la defensa no ganan para disgustos. Durante los ¨²ltimos d¨ªas va quedando claro que, mientras los capitanes de la secesi¨®n hablaban de democracia y libertad en elegantes escenarios y grandes avenidas, su leal infanter¨ªa era abocada a construir un entramado de corruptelas y clandestinidad que ahora trata de disimular en las fronteras del falso testimonio.
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