Pueblos sedientos de cine... ?y ¨®pera!
La Espa?a rural tambi¨¦n quiere algo casi tan dif¨ªcil como una autov¨ªa: cultura. Una empresa familiar ha abierto 16 salas en seis a?os en peque?as localidades y hasta dan galas l¨ªricas
En la Espa?a rural no solo quieren infraestructuras; si les preguntaran, muchos tambi¨¦n dir¨ªan: queremos un cine. De hecho, se suele argumentar eso, que no hay cine, como obst¨¢culo insalvable para imaginarse viviendo en un pueblo. Los pueblos se han vaciado tambi¨¦n de cines y puede parecer suicida abrir uno. Pues bien, en Daimiel, provincia de Ciudad Real, 18.000 vecinos, acaban de inaugurar uno hace 15 d¨ªas, con 190 butacas y los ¨²ltimos estrenos. Es un ¨¦xito, pero no es todo. Esta semana han dado nada menos que ¨®pera, en directo desde la Royal Opera House de Londres. ?Es una locura una ¨®pera en un pueblo de La Mancha un martes por la tarde? Fueron 41 personas, todos encantados, mejor dicho, encantadas, hab¨ªa mayor¨ªa abrumadora de mujeres, media de edad alta. La ¨®pera era La forza del destino. Pol¨ªticos en campa?a, tomen nota de lo que sue?a la gente. En los ¨²ltimos Presupuestos, que no fueron aprobados, la partida para proyectos culturales rurales era ¨ªnfima: 900.000 euros.
Lo incre¨ªble es que el cine de Daimiel es solo el ¨²ltimo de los 16 que ha abierto en seis a?os una empresa familiar, Proyecfilm, con sede en Salamanca. Su lema, Cine donde no hay cine. Todas las salas, en gesti¨®n directa o por concesi¨®n, en pueblos de Castilla y Le¨®n, Castilla-La Mancha, Andaluc¨ªa, Extremadura, Murcia y Galicia. Localidades como Cu¨¦llar (Segovia), Astorga (Le¨®n), Quintanar de la Orden (Toledo), Cabra o Pe?arroya-Pueblonuevo (las dos en C¨®rdoba). ¡°La gente a?ora el cine, por eso estamos en esto¡±, dice Joaqu¨ªn Fuentes, el due?o.
Un cine es lo que los ni?os le ped¨ªan al alcalde de Daimiel en el pleno infantil. El Ayuntamiento pon¨ªa dos autobuses los jueves para ir a Ciudad Real, a 30 kil¨®metros, a ver una pel¨ªcula. Los vecinos est¨¢n plet¨®ricos: ¡°Hac¨ªa 40 a?os que no sal¨ªamos un s¨¢bado para ver una pel¨ªcula¡±, comenta un matrimonio en la cola. Dos amigas de 42 a?os, Mar¨ªa Jes¨²s y Bel¨¦n, es la primera vez que ven una ¨®pera, una casi de verdad. Al empezar el espect¨¢culo, subtitulado, la locutora anuncia que se ve en ese momento en 1.034 cines de 23 pa¨ªses, y uno de ellos es Daimiel.
Es un acontecimiento para el pueblo, tocado por las cicatrices de la larga crisis. En la plaza principal, la de Espa?a, se alquilan dos locales y otros que cerraron dejaron paso a bancos: hay cuatro sucursales. Hab¨ªa tres f¨¢bricas de cer¨¢mica, cerraron. En los a?os del auge del ladrillo sal¨ªan cada d¨ªa al alba hasta 10 autobuses a Madrid de currantes para obras. Daimiel no es precisamente un ejemplo de la Espa?a vac¨ªa, tiene bastante vida. Hay seis colegios de primaria, dos institutos, un centro de salud con especialidades, piscina cubierta que ha dado ya un equipo de nataci¨®n, escuela de m¨²sica, un teatro. El turismo de Las Tablas, parque nacional. Hay varias f¨¢bricas de dimensiones respetables. Se cultiva la vi?a y el olivo. Pero est¨¢ en el l¨ªmite en que puede inclinarse hacia la despoblaci¨®n, porque sigue perdiendo vecinos, los j¨®venes se van. La vida de las tiendas es dura: ¡°Internet nos ha fastidiado a todos. ?Ay con Amazon, lo infiel que es la gente!¡±, lamenta Victoria, de una de las tres librer¨ªas.
Sin embargo, ante las elecciones, la gente siente un alejamiento sideral de la pol¨ªtica nacional. Desinter¨¦s total. No creen que los partidos puedan o quieran hacer algo por ellos. Y la oportunidad es una Espa?a rural de peque?as poblaciones bien atendida, que funcione. La clave es la buena conexi¨®n: Daimiel tiene autov¨ªa y en la capital, estaci¨®n de AVE. Es el tipo de localidad que se puede salvar, como otras muchas de tama?o medio.
Un cine hace mucho por la vida social y la autoestima de un pueblo. ¡°La gente quiere la experiencia de ir al cine, salir de casa, verla con sus vecinos¡±, dice Alberto Fuentes, tercera generaci¨®n de Proyecfilm. Su familia es de cine. Su abuelo pintaba carteles de pel¨ªculas y trabaja de proyeccionista en Piedralaves, ?vila. Conoci¨® a su abuela en la sala y su padre, Joaqu¨ªn, naci¨® al lado de la cabina, en una sesi¨®n doble de verano. Su padre tuvo luego un cine en Guijuelo, Salamanca, pero cerr¨® en 1988, justo poniendo Cinema Paradiso, la hermosa pel¨ªcula de Giuseppe Tornatore sobre la decadencia de los cines de pueblo. Derrotado, se puso a trabajar en un banco. EL PA?S le hizo un reportaje, que tiene enmarcado en su despacho. Pero dos a?os despu¨¦s volvi¨® a trabajar en otro cine de la provincia, en Pe?aranda de Bracamonte. Y ya no lo dej¨®, ahora es suyo. Fue el inicio de su aventura llevando pel¨ªculas por los pueblos.
Los Fuentes, de momento, se han arriesgado hasta el list¨®n de los 5.000 habitantes, los que tiene Almaz¨¢n, en Soria. Por debajo de esa poblaci¨®n ven dif¨ªcil que funcione. ¡°Yo ten¨ªa cines en varios pueblos de Castilla, en Medina de Rioseco, Pe?afiel, pero la llegada de la pirater¨ªa con el DVD nos hizo polvo, tuvimos que ir cerrando. En 2013, con el digital, vimos que pod¨ªa ser posible otra vez¡±, explica Joaqu¨ªn.
En realidad no es tan dif¨ªcil, en miles de pueblos hay un viejo cine o teatro olvidado. A los Fuentes les basta que el Ayuntamiento se lo ceda, cubra el mantenimiento y ellos se encargan de todo. Alberto Fuentes reconoce un buen alcalde en cuanto lo ve, y tambi¨¦n le ha tocado tratar con algunos no tan buenos. Todo depende de la voluntad del Ayuntamiento, y si realmente quiere, el cine se abre. Por ejemplo en Daimiel, Leopoldo Sierra, del PP, se ha volcado con ellos. ?Qu¨¦ les pedir¨ªa esta empresa familiar a los pol¨ªticos para que su vida mejorara? Su pesadilla son los secretarios municipales, el papeleo, los tr¨¢mites de licencias, las inspecciones absurdas. Dan trabajo a tres personas por cine, tienen 21 empleados y contratan empresas de cada zona. Es f¨¢cil imaginar lo que significaba para esta peque?a empresa el 21% del IVA en cada entrada, que por fin baj¨® al 10% en 2018. ¡°El ministerio subvenciona pel¨ªculas espa?olas, y yo cuando pongo una le pago un 60% a la distribuidora la primera semana. Y a nosotros nadie nos ayuda. Podr¨ªan subvencionar una parte¡±, apunta Joaqu¨ªn Fuentes.
Su opini¨®n sobre la despoblaci¨®n quiz¨¢ no es popular, pero es su experiencia: ¡°Cada pueblo tiene lo que se merece. Si no vas al supermercado de tu pueblo y te vas a la capital luego no te quejes de que cierre¡±. Tiene un cartel pensado para los pueblos donde tenga que cerrar: ¡°Nos vamos porque no vienes¡±. Pero en ning¨²n sitio se ha tenido que ir. Solo les llaman para que vayan.
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