Gobernar ya no es un vicio solitario
Por primera vez, los partidos dan como inevitable un Ejecutivo de coalici¨®n
Despu¨¦s de a?os exigiendo que gobernase siempre la lista m¨¢s votada, el PP acude a estas elecciones con el objetivo de que no gobierne la lista m¨¢s votada. Las encuestas encierran tantas incertidumbres que hasta el presidente del CIS, Jos¨¦ F¨¦lix Tezanos, pide que no nos fiemos de las suyas, pero hay al menos dos certezas: nadie alcanzar¨¢ la mayor¨ªa absoluta y el PSOE ser¨¢ el que recoja m¨¢s esca?os. As¨ª lo asume ya el propio PP, que no ha vuelto a desde?ar los "pactos de perdedores" y los "acuerdos de despacho", como los llamaba hasta hace unos pocos meses. Exactamente hasta las 11 de la noche del pasado 2 de diciembre, cuando se conocieron los resultados de las elecciones andaluzas.
La pirueta del PP es solo la manifestaci¨®n m¨¢s visible de una de las novedades de esta campa?a: por primera vez, todos los partidos hablan abiertamente de formar un Gobierno de coalici¨®n. Ciudadanos y Podemos han convertido ese reclamo en uno de los pilares de sus estrategias. Albert Rivera quiere hacer de la campa?a un duelo entre ¨¦l y Pablo Casado para ver qui¨¦n encabeza la hipot¨¦tica alianza que expulsar¨ªa del poder a Pedro S¨¢nchez y sus secuaces. Eso no quita que, como sucedi¨® este viernes, los de Rivera ataquen a sus futuros aliados aireando sus trapos sucios.
Un malabarismo al que tambi¨¦n est¨¢ condenado Pablo Iglesias: reprocha a los socialistas escaso inter¨¦s para acabar con las cloacas del Estado y, a pesar de todo, se propone gobernar con ellos para encargarse ¨¦l mismo de hacer la limpieza de los bajos fondos. La frase "queremos gobernar" se ha tornado mantra en Unidas Podemos. "En Espa?a se han acabado los gobiernos de partido ¨²nico", insiste Iglesias apelando a su condici¨®n de polit¨®logo.
El PSOE es el m¨¢s inc¨®modo con esa cuesti¨®n. Sin negar la evidencia de que las urnas forzar¨¢n a negociar acuerdos, no manifiesta preferencia clara por ning¨²n socio. El secretario de Organizaci¨®n, Jos¨¦ Luis ?balos, sembr¨® hace d¨ªas la insinuaci¨®n de un posible pacto con Ciudadanos. Ning¨²n socialista relevante ha seguido por esa senda, sobre todo porque esa es la hip¨®tesis que agita Iglesias a cada poco para drenar la sangr¨ªa de votos que sufre hacia el PSOE. La vicepresidenta Carmen Calvo volvi¨® este viernes a mandar balones a la grada desde la cadena SER: "La pol¨ªtica espa?ola ha entrado en un nuevo registro y es necesario que hablemos entre todos, porque todos los partidos que lleguen al Congreso son legales". Hermeneutas habr¨¢ que sepan interpretarlo.
Espa?a no ha tenido en 40 a?os un Gobierno de coalici¨®n, una anomal¨ªa en Europa, donde hasta el p¨¦treo bipartidismo brit¨¢nico alumbr¨® en 2010 un Ejecutivo entre conservadores y liberales. El intento m¨¢s serio ¡ªy el m¨¢s asombroso visto desde hoy¡ª lo protagoniz¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en 2002, cuando ofreci¨® sin ¨¦xito varios asientos de su Gabinete a la Converg¨¨ncia de Jordi Pujol.
Las autonom¨ªas est¨¢n m¨¢s acostumbradas al poder compartido, especialmente entre socialistas y nacionalistas. Algunos de esos gobiernos han vivido peleas hom¨¦ricas. En Galicia, la Xunta de PSOE y BNG sufri¨® una crisis interna por una disputa sobre el dise?o de los letreros de entrada a las consejer¨ªas. Hay tambi¨¦n ejemplos de relativa estabilidad, como los de PNV y socialistas en el Pa¨ªs Vasco o el actual Gobierno valenciano.
Todav¨ªa el pasado julio, nada m¨¢s ser elegido l¨ªder del PP, Casado propon¨ªa entre sus primeras medidas una reforma de la ley electoral para primar a la fuerza m¨¢s votada. Esa prima, en realidad, ya existe. La ley electoral espa?ola es una peque?a muestra de lo que los polit¨®logos llaman gerrymandering. Elbridge Gerry fue un gobernador de Massachussets que en 1812, vi¨¦ndose en apuros ante unas elecciones, cambi¨® a su antojo la distribuci¨®n de esca?os entre los distritos del Estado. Un diario local dibuj¨® el mapa resultante y le sali¨® algo muy parecido a la silueta de una salamandra. De la fusi¨®n entre las palabras Gerry y salamander se form¨® el t¨¦rmino que bautizar¨ªa la triqui?uela.
Cuando UCD afront¨® las primeras elecciones en 1977, dise?¨® un sistema que favorec¨ªa a las provincias m¨¢s peque?as y conservadoras, donde se ve¨ªa m¨¢s fuerte. Con menos del 35% de los votos, se qued¨® a solo 10 esca?os de la mayor¨ªa absoluta. Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, es el PSOE el cortejado por la salamandra espa?ola.
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