S¨¢nchez cae en su tela de ara?a
El presidente intent¨® instrumentaliza TVE para abortar el debate de Atresmedia que ten¨ªa comprometido
El debate es... el debate, un equ¨ªvoco de comedia del arte cuyo origen y responsabilidad recaen en la picaresca, incongruencia e instrumentalizaci¨®n de Pedro S¨¢nchez. Fue el presidente del Gobierno quien rechazo la f¨®rmula a cuatro de TVE. Y es S¨¢nchez quien ahora la antepone al compromiso adquirido con Atresmedia aduciendo un inveros¨ªmil escr¨²pulo institucional.
En realidad, no habr¨ªa conflicto si no fuera porque TVE, expuesta a las indicaciones de La Moncloa, decidi¨® establecer la misma fecha y la misma ahora que el propio S¨¢nchez, Casado, Rivera e Iglesias acordaron en la cadena privada. Habr¨ªa otras opciones disponibles m¨¢s all¨¢ y m¨¢s ac¨¢ del 23 de abril, pero el ardid de la coincidencia permit¨ªa a S¨¢nchez simplificar la exposici¨®n a una sola contienda, cuando no, como casi ocurre, abortar los dos debates en su propia inviabilidad.
No estaba en los planes de S¨¢nchez debatir con Cs, PP y Unidas Podemos. Por eso no quiso la f¨®rmula a cuatro que originalmente le propuso TVE. Y s¨ª estaba en sus planes la incorporaci¨®n de Vox como argumento de desconcierto y psicosis en la propuesta de Atresmedia. Se trataba del mejor escenario, del mejor plat¨®, para ilustrar las relaciones de Abascal con los colegas de la plaza de Col¨®n; para exponerse S¨¢nchez como dique inequ¨ªvoco al oscurantismo; y para incitar la movilizaci¨®n del votante de izquierdas, convocado no ya a sustento prosaico del PSOE sino a una suerte de emergencia nacional que contradec¨ªa la tentaci¨®n de quedarse en casa.
Fue entonces cuando sobrevino el recurso de las formaciones soberanistas y cuando el veredicto de la Junta Electoral Central evacu¨® del debate al partido ultraderechista. No por discriminaci¨®n ideol¨®gica, sino por tratarse se un movimiento sin pedigr¨ª parlamentario ni impronta institucional. Vox es la noticia altisonante de estas elecciones. Y la presencia de Abascal representaba una expectativa medi¨¢tica, period¨ªstica, incuestionable, pero el rigor de las reglas electorales malogr¨® la estrategia de S¨¢nchez hasta el extremo de engendrarle una crisis de credibilidad.
Casado, Rivera e Iglesias han confirmado su presencia en Atresmedia el mismo d¨ªa en que S¨¢nchez ha prometido rivalizar con ellos en... TVE. Se trataba de planes incompatibles y hasta excluyentes, pero ilustrativos de una instrumentalizaci¨®n "presidencial"? que ha terminado desenmascar¨¢ndose con una rectificaci¨®n inevitable y engorrosa: dos debates en 48 horas.
S¨¢nchez despreci¨® la televisi¨®n p¨²blica cuando no le convino el debate. Y quiso convertirse en el mejor valedor de TVE para neutralizar su propio compromiso con Atresmedia. Quiere decirse que S¨¢nchez podr¨ªa haber debatido consigo mismo en la p¨²blica mientras Casado, Rivera e Iglesias discut¨ªan con una silla vac¨ªa en la privada.
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