Desencanto en la ¡®pelu¡¯ de barrio
En Las ?guilas, en el suroeste madrile?o, un barrio en la media espa?ola en renta y voto, clientes y peluqueras coinciden en que no hay que fiarse de ning¨²n pol¨ªtico
La F de Flash Peluqueros Hombre-Mujer la forman unas tijeras abiertas y un mech¨®n de pelo. Est¨¢ en el mercado municipal de Las ?guilas, epicentro de un barrio que, en datos, podr¨ªa ser cualquier otro. La renta, 20.798 euros, est¨¢ algo por debajo de la media espa?ola (24.167 euros). En la decena de secciones censales que recorren la larga calle donde se encuentra, la derecha y la izquierda se repartieron a pachas el voto en 2016. Una geograf¨ªa humana en la media, esto debe ser a lo que los pol¨ªticos se refieren cuando dicen ¡°la gente¡±.
Una ma?ana cualquiera, la gente que se lava la cabeza aqu¨ª se refiere a los pol¨ªticos como ¡°esos aprovechados que solo velan por lo suyo¡±. Sobre el ruido de los secadores y la m¨²sica de Cadena 100 ¡ªsuena Every breath you take¡ª una docena de personas se declaran aburridas de ¡°tanta palabrer¨ªa¡± y desenga?adas con una campa?a ¡°que parece una pelea de patio de colegio¡±.
La peluquer¨ªa de Las ?guilas ¡ªdos lavabos, tres sillas para peinar¡ª podr¨ªa estar en cualquier sitio, pero este lugar sin anomal¨ªas censales est¨¢ en el suroeste madrile?o. Entre la M30 y la M40, junto a Aluche y Carabanchel, puro barrio. Casas de clase media, construidas a partir de los sesenta para familias de militares y funcionarios. Aquellos pisos de ladrillo naranja, se salpican de otros nuevos, que han revalorizado la zona para familias j¨®venes. ?rboles en las aceras, autoescuelas, poller¨ªas y mucha peluquer¨ªa. En Flash sobre todo ti?en canas femeninas, explican Gloria Morcuende, 37, y Mamen P¨¢ez, 35, varias d¨¦cadas m¨¢s j¨®venes que la mayor¨ªa de sus clientas, entre las que hay de todo, dicen, ¡°peperas y socialistas, mitad y mitad m¨¢s o menos, por eso a veces se pican, aunque con respeto, no como los se?ores en el bar¡±.
En cuatro horas solo aparece una votante del PSOE, Amparo, funcionaria, que vota a PACMA cuando su partido ¡°mete la pata¡±. Su m¨¢xima preocupaci¨®n es el paro en el que est¨¢n sus dos hijos treinta?eros. ¡°Yo es que pobres y de derechas, no me cabe en la cabeza¡±, suspira discretamente cuando la conversaci¨®n de la pelu gira hacia que la pol¨ªtica migratoria de Vox no est¨¢ tan mal. Lo dice ?ngel Luis Rojo, 47, que al contrario que las se?oras ha venido sin hora, porque total lo que quiere es ¡°todo al dos y en un plis estamos¡±. ¡°Yo soy de Ciudadanos, pero admito que son poco contundentes. En mi pueblo de la sierra, donde hay mucho marroqu¨ª que no da palo al agua y vive de subvenciones, todos mis amigos votar¨¢n a Abascal, estoy asustado, vais a flipar¡±, cuenta.
Mar¨ªa Dolores? ¡ª75, peinado perfectamente esf¨¦rico¡ª vot¨® a Felipe Gonz¨¢lez, luego al PP y ahora piensa hacerlo por Vox ¡°por el muro que han dicho que van a levantar¡±. ¡°Estamos saturados de negros y ¨¢rabes, yo no soy racista, pero hay que poner un l¨ªmite¡±, dice en voz baja. Tambi¨¦n en susurros Rosi ¡ªpelo blanco, mechas rosas¡ª despu¨¦s de insistir en que a ella la pol¨ªtica no le interesa (¡°eso, mi marido que es muy pesado¡±), admite que Abascal le gusta: ¡°Es el que m¨¢s siente por Espa?a¡±.
Yo es que pobres y de derechas, no me cabe en la cabeza, Amparo, votante del PSOE
Las peluqueras participan sin polemizar, Gloria est¨¢ indecisa, Mamen cree que votar¨¢ en blanco: ¡°Ninguno me convence del todo, elegir¨ªa de Vox la actitud contra la inseguridad ¡ªyo saco asustada al perro, hay que poder defenderse¡ª, y de la izquierda algunas medidas sobre el desempleo¡±. Coinciden con sus clientas en que deber¨ªa haber m¨¢s mujeres en el panel de candidatos. A ellas les gustaba Cifuentes, ¡°porque era m¨¢s real y cercana¡±; a la votante del PSOE, Carmen Calvo e Irene Montero (¡°mejor que Pablo¡±); a la de Vox, Arrimadas (¡°mejor que Rivera¡±). Con mujeres, dicen, habr¨ªa menos gresca. Cayetana ?lvarez de Toledo no cae muy bien.
¡°Yo no entiendo mucho, pero no me gusta Carmena y Vox, menos¡±, contemporiza Argentina, 79 a?os, que ha venido con las dos nietas a las que cr¨ªa con los 1.300 euros de la pensi¨®n de su marido enfermo. Empez¨® a servir a los ocho, pero tras seis d¨¦cadas en negro no le qued¨® nada cotizado. Le importa que funcione la Seguridad Social y m¨¢s all¨¢ es una tumba. No la sacas del ¡°ya no me creo nada¡±. ¡°Todos son iguales¡±. ¡°Ninguno tiene palabra¡±. Votar¨¢ ¡°con la nariz tapada y al tunt¨²n¡± porque le gusta ir a votar, aunque ahora le da un poco de miedo ¡°que haya peleas¡± en el colegio electoral.
En el sill¨®n de al lado, Angelines menea la cabeza llena de bigud¨ªes. Admite que con la edad cada vez tiene peor genio, aunque la edad no la admite. Con la pol¨ªtica, est¨¢ enfadada: ¡°A todos los que vot¨¦ me salieron malos¡±. ¡°As¨ª y as¨ª", dice haciendo tachones furiosos en una papeleta imaginaria, "voy a votar yo a esos desgraciados¡±. Voto nulo de Angelines que empez¨® a servir a los 15 cuando se mud¨® del pueblo a este barrio en el que entonces "todo el mundo se saludaba".
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